Cap75 Salida

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«Al fin. - pensó Elisa - La luz del sol, los árboles terminan, la entrada del bosque aleluya... ¡Ah! La luz»

Todos contrajeron el rostro al momento en que la luz toco sus ojos, un pequeño detalle muy desagradable que habían olvidado. A cada paso que daba Elisa sentía la misma pesadez que había sentido cuando llegaron, ella no sabia si los demás lo notaban pero también tenía la sensación de que los seguían.

De vez en cuando miraba sobre su hombro y aun así no veía nada, poco después escucho pasos muy carca, dudaba si voltear. Ella sentía como se acercaban cada vez más y finalmente decidió mirar, nuevamente no logro ver nada, Max noto que Elisa estaba distraída. Ahora caminaba lentamente de regreso, sutil y sigilosamente.

- ¿Eli?

Emiliano y los demás pararon al escuchar a Max llamar a la castaña.

- ¿Elisa, qué haces? - preguntó Emiliano.

Apenas podía ver que había detrás de unos árboles pero le daba la impresión de que era alguien, los estaban siguiendo de eso no tenía duda.

Un escalofrío recorrió su columna vertebral al ver dos ojos blancos entre los árboles. El corazón le comenzó a latir con rapidez que pensaba que se le saldría disparado del pecho en cualquier momento, lo que la hizo reaccionar fue esa sonrisa que reconoció de inmediato cuando cruzaron el río.

- ¡Corran!

Sin pensarlo dos veces se pusieron marcha. Los pasos detrás de ellos se hacían más rápidos y parecían pisarle los talones, los demás iban al frente, Elisa estaba junto a Max ayudándolo a correr como podía, ambos eran los más vulnerables en ese momento. Carlos miró un instante atrás sin dejar de correr como loco, el hombre o más bien ¡Demonio! Porque eso era, es el mismo que todos describan. Ojos blancos cortados por... Ni el mismo sabia que era, degollado y quemando, el verdadero demonio. Notando que Elisa y Max luchaban para avanzar detuvo sus pasos bruscamente para devolverse tomando a Max por el otro lado.

- Vamos Max. Corre por favor, no te rindas ahora.

Llegar a campo abierto les permitió ver en los árboles del frente un grupo de hombres. Tan solo faltaba unos metros más, un poco y serían libres. Como dijo Emiliano, al pisar esa parte del bosque una gran enredadera empezó a crecer alrededor del bosque, en medio del campo algo detuvo a Elisa. Una voz. Un susurro de ultratumba llego a sus oídos diciéndole: "Quédate y todos salen" luego de un segundo otra vez lo escucho: "Esto es tu culpa, quédate y ellos salen"

Como si todo pasara en cámara lenta las imágenes comenzaron a repetirse en su cabeza como película.

(...- ¿Acaso no te das cuenta?  Eres el centro de todo esto.

- Quiere dejarte sola, para el separarte de tus amigos es un juego. Para ustedes, es la ruleta rusa.

- ¿De quien fue la idea de venir?

- Fue mía. Ellos no tuvieron nada que ver y tu lo sabes Emiliano...)

(- ¡Esto tiene que ser una maldita broma! ¿Cómo se supone que vamos a salir se aquí?

- No hay salida. Moriremos aquí y todo por mi culpa...)

- Esto es mi culpa. - susurro y una lágrima corrió por su mejilla al decirlo.

Max noto la ausencia de Elisa, volteando de prisa para buscarla la encontró paralizada a escasos metros de ellos.

- ¡Elisa ven acá! - ella negó con un movimiento de cabeza.

Al ver esto Max se preocupo, separado se de Carlos se acerco a ella como pudo.

- Elisa ven aquí. - le ordenó en un tono firme.

- No. - susurró suficientemente alto para que Max escuchara - Yo me quedo.

- ¡Vamos!

Les gritaban los demás desde afuera mientras un equipo de agentes estaba esperándoles.

- ¿¡Podemos salir de aquí!? - pidió Carlos.

Max volvió a mirar a Elisa que permanecía inmóvil en el mismo lugar con los ojos cristalizados.

- Princesa... Mi niña, vámonos, no sabes lo que dices. Podemos salir todos de aquí sin que ninguno se quede.

Ella miró sobre su hombro a los árboles y allí estaba esperándole ese demonio, oculto entre las sombras.

- Eli...

- No puedo... - volvió su mirada a el - Es la única manera de que te salves y tengas una vida feliz...

- ¡No! - negó Max con lágrimas ya corriendo por sus mejillas - Yo no tendre una vida feliz sabiendo que no estas conmigo... Por fin te tengo y no te voy a a perder en tan poco tiempo. Por favor no me hagas esto...

La mirada azulada de Max que le suplicaba no le ayudaba con el dolor que sentía en su pecho, lo dificultaba más, aun más. Dejarlo tampoco era fácil para ella.

- A veces la vida no es justa Max. - dijo entre sollozos.

- Lisa. Te lo pido, ven conmigo. - le extendió su mano para que la tomara. Sabia que tenia miedo.

- ¡Te dije que no Maximiliano!

Repitió rompiendo en llanto incontrolable, tanto que tubo que cubrir su boca para suprimir sus gemidos y callar su lamento. Max intento acercarse a ella pero Elisa retrocedió al verle las intenciones, después quito las manos de su boca dejando ver su labio inferior temblar.

- Perdóname cariño... Te amo...

Dicho esto ultimo, Elisa se dió vuelta empezando a caminar en dirección contraria, la sonrisa de lo que se ocultaba entre los árboles se ensanchaba a cada paso que avanzaba.

Max no la dejaría ir, por fin estaba con Eli y ahora quería arrebatarse la un demonio de quinta. Sin pensar las consecuencias corrió detrás de ella, parecía que el dolor en su pierna había desaparecido por arte de magia y olvido por completo la fractura.

- ¡Elisa!

Ella intento volverse hacia el para mirarlo, eso le dió más animo a Max, el cual se fue por el caño convirtiéndolo en miedo al verla como volaba por los aires elevada por una fuerza sobrenatural haciendo que se estrellara contra un árbol, Elisa recibió un fuerte golpe para después caer al suelo con el lado derecho de su cuerpo. Enloquecido, Max corrió para llegar a ella y Carlos fue detrás de el, Emiliano que presenció todo lo que paso corrió adentro con Malcom y el equipo de agentes. Carlos se percato de que venía con la policía, así que corrió lo más rápido que pudo y atrapó a Max.

- ¡Sácalo de aquí! - le ordeno Emiliano - ¡Ayude lo! ¡Y salgan, voy enseguida.

Corriendo en dirección al cuerpo de Elisa, llego a su lado, apenas se movía pero lo bueno era que tenía pulso. Tomándola entre sus brazos, la alzo disponiéndose a salir de allí, un agente le esperaba en medio del campo, Emiliano miro alrededor, las probabilidades de salir así eran imposibles. Entonces algo cruzo por su mente... Entregándole a Elisa al agente le ordeno que se fuera, les daría tiempo de salir.

- Me quedo. ¡Déjalos salir yo tomaré su lugar!

- ¡No! - Nataly intento entrar pero Malcom se lo impidió tomando la por la cintura.

Las enredaderas se detuvieron, el hombre logró salir a tiempo, allí tubo su oportunidad.

Dándose vuelta corrió rápidamente, corrió como jamás lo había hecho en su vida; miró a los lados y las plantas comenzaron a crecer como locas. Acelerando el paso llego a unos metros de la entrada, no lo lograría, no podría salir...

Juntando todas sus fuerzas dió un salto, pero, aún así no llego. Nataly se safo del agarre de Malcom y cuando estaba apunto de cerrarse por completo el bosque, callo se rodillas al suelo y estirando sus manos tomo las de Emiliano.

Con un tiron lo atrajo a su cuerpo sacándolo de ese lugar, ambos vieron como las plantas cubrieron el ultimo espacio que quedaba a tan solo centímetros de ellos, después un estruendoso gruñido inundo el ambiente. Emiliano al fin pudo respirar profundo, echando a descansar su cabeza en las piernas flexionadas de Nataly cerro los ojos mientras su respiración se volvía a normalizar, ella solamente acerco sus labios a los de Emiliano dejando un beso lleno de lágrimas saladas en el.

Entre las Sombras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora