Cap55 Nataly

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Mirando a todos lados Elisa parecía buscar algo o alguien. Max iba a su lado el se había dado cuenta de su actitud y no entendía porque estaba así, si era por el demonio suelo o porque iban de últimos. Todo lo que escuchara o hiciera el mínimo ruido la hacia pegar un brinco o sentía un escalofrío recorrer su cuerpo.

- ¿Pasa algo? - le preguntó Max obteniendo su atención.

- No. - respondió sin animo.

- ¿Segura porque no te veo muy bien? ¿Que tal tu brazo? Eso no se ve nada bueno. - señaló el moretón.

- Esta bien, la pomada a ayudado. Solo... Es otra cosa.

- Dime algo. No será que quieres darle otra bofetada a Williams.

Le susurro el ojiazul en el oído haciéndole reír a carcajadas.

- Bueno no te voy a mentir, si quisiera darle otra pero con una basta.

- ¿Enserio? - le miró no muy convencido.

- Si, ¿Qué no viste? Le deje marca y todo. - rió.

- No.

- Si viste pero no te importa ¿Verdad?

Sonrío burlonamente.

- Aja. - asintió sin más.

Más adelante, Emiliano charlaba un rato con Nataly ya que era obvio que nadie más iba a hablarle. ¿Por qué? Simple, porque todos lo odiaban en ese momento.

- No entiendo, ¿Cómo es que estas tan seguro de que lograremos salir?

- Porque es así. - respondió seguro - Si logre hacerlo una vez podré de nuevo.

Nataly trato de esconder una sonrisa, le encantaba la seguridad que tenia Emiliano en si.

- ¿Crees que Elisa me perdone?

- No lo sé, - dudo Nat - pero tienes que ganarte su perdón. Es una buena chica.

- Exacto. - se sobo la mejilla - También es cabezona al igual que tú.

- ¿Todavía te duele? - ignoró lo ultimo que dijo Emiliano.

- Si.

Nataly soltó una carcajada al recordar la escena y ver a Emiliano ahora.

- No es gracioso Nat, enserio no me serviste de ayuda. - le reprocho.

- Perdón, pero si no la hubiese apoyado no estuviera con nosotros. Y por otro lado si te merecías la bofetada.

Volvió a reír.

- Enserio, gracias por tu ayuda. - dijo sarcástico.

- No hay de que. - lo miró con gracia - además...

- Espera...

- ¿Qué pasa?

Preguntó tomándole la mano. Silencio, unas pisadas se escucharon cerca de ellos alertando a Emiliano.

- Apaguen las linternas, ¡ahora!

En menos de un segundo todo se torno oscuro y en silencio, el viento arraso agitando ferozmente las copas de los árboles acompañado de las mismas pisadas fuertes y claras.

- ¿Emiliano que esta pasando? - se acerco Elisa a el.

- Esta aquí. Acerquen se más y cierren los ojos.

- ¡Te habrás vuelto loco! - exclamó Eli en un susurro.

- Si no quieren morir hagan los que les digo.

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