Cap56

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- Es extraño ¿No? Yo no me creo ese cuento. Bueno, no totalmente.

Dijo Max buscándole una respuesta a su duda sobre Emiliano, hasta que se dió cuenta de que Elisa no le estaba prestando ni mínima atención.

- Eli, Eli, Elisa.

- ¿Qué? - giro a mirarle.

- Ok, ¿Me puedes decir que te pasa?

- Na...

- Y no me vengas con nada.

Silencio un momento.

- ¿Me vas a decir o no?

- Solo estaba pensando, - respondió - nada importante te lo prometo. ¿Qué fue lo que me preguntaste?

- ¿Te crees el cuento de Williams?

Elisa paro un segundo y Max se detuvo poco después.

- ¿Vamos a seguir con ese tema?

- ¿Confías en el? - la miró incrédulo colocándose frente a ella señalando a Emiliano, Elisa solo lanzo un suspiro cansino.

-  No totalmente. Pero si nos puede ayudar a salir de aquí, es mejor dejarlo. ¿No? Además, no quiero ver a alguien más lastimado, o peor aun. Muerto.

Frustrado y fuera de sus casillas, Max contrajo su rostro haciendo un gesto de molestia que a Elisa no le gustaba para nada.

- Quita esa cara. - se cruzo de brazos - Quita esa cara Maximiliano.

Lo señalo con un dedo. Obediente coloco una sonrisa - bien falsa a decir verdad - y alzo los hombros para decir:

- Contenta.

Elisa ahogo una carcajada por la actitud de Max, a veces se comportaba como un niño malcriado. Serenamente se acerco a el colocando sus brazos alrededor de su cuello y dejando un besito en la nariz del ojiazul le sonrío con ternura.

- Cielo, ¿Confías en mí? - el asintió - Bien, es lo que necesito.

- ¿Y si nos esta llevando a una trampa?

Se apresuro a decir tomándola de la cintura.

- No morirá por un demonio o causas naturales... Ya que lo matare yo si hace eso.

- ¡Oigan. Caminen no se separen del grupo! - grito Emiliano.

- Vamos.

Tomados de las manos Elisa y Max regresaron a sus puestos. Ya tenían como una hora caminando, todo era oscuro y cada que se adentraban más se les hacia difícil el ver. Lo único que les ayudaba eran las linternas, bueno algunas, la de Ben ya se había quedado sin batería. - mala suerte - Las cosas no podían ser peores. ¡Ah, si! Sophie no soltaba a su pareja del brazo, su miedo se notaba, más cuando parecía que le cortaría la circulación al pobre chico. Carlos el pues... No podía hacer nada porque ni la linterna podía sostener. - ay Carlitos poreshito - A Emiliano, todavía le zumbaban los oídos y Nataly se sentía culpable por eso.

Mucho más adelante, Williams pudo distinguir la cabaña entre la arboleda, el grupo de amigos paro en seco al verla de nuevo, ese momento de la puerta abrirse y cerrarse los dejo con un trauma peor que el del monstruo bajo la cama. Emiliano y Nat se dieron cuenta del nerviosismo de todos, eso no era bueno señal.

- ¿Qué pasa? Vamos, hay que avanzar.

- ¿No hay otra forma de llagar al río? - preguntó Sophie.

- Si te quieres perder. - le respondió Emiliano enarcando una ceja - ¿Elisa podrías ayudarme?

«¡Ja! Conmigo no cuentes» pensó escondiéndose detrás de Max.

- Elisa. - insistió.

- ¿En verdad, no hay otro camino?

Preguntó aterrada.

- No, este es el único camino. - señaló la cabaña.

Elisa y los demás cruzaron miradas, pasar por allí no era una opción.

- ¿Qué pasa? - se acercó el a Elisa - ¿Qué está pasando? ¿Qué fue lo que hicieron?

- No hicimos nada Williams. - lo detuvo Max antes que se acercará a Eli.

- ¿Entonces porque no quieren pasar por aquí?

- Porque no y punto. ¿No entiendes o eres sordo?

¡ALERTA! ¡¡¡ALERTA!!! ¡HAY UN WILLIAMS MUY CABREADO! - Esto no es bueno.

- ¡Ya! - intervino Nataly - Se que ustedes dos no se llevan bien, pero este no es el momento de discutir. - los miró a ambos - ¿Sophie, que paso aquí?

Silencio, ella esperaba que alguien más tomara su lugar pero no sucedió.

- Al llegar aquí, nos cruzamos con... Esa cosa. - miro la cabaña - Paramos un momento a ver el mapa y de repente la puerta comenzó a abrirse y cerrarse sola, eso paso como dos o tres veces...

- Cuatro. - le corrigió Carlos.

- Cuatro. - repitió ella - Se detuvo sin aviso y fue cuando salimos corriendo antes que volviera a la misma acción. Es todo.

- ¿Contento?

Le devolvió la mirada a Emiliano, el solo desvío la suya para alejarse después.

- Pelear no es una opción. - continuó ella - No es que quiera que se lleven bien, ya que por lo que veo es imposible. Lo único que quiero es salir de aquí con seis personas completas, no menos o por la mitad, y para eso tienen que dejar de comportarse como los niños inmaduros que son. Ok.

Ambos hombres asintieron a regañadientes al igual que los demás.

- Bien, - asintió Nat también - ya que estamos todos contentos, ¿Podríamos seguir?

Emiliano se giro a ver la cabaña un momento, no había otro camino. Así que, era ese o era ese. Su mirada se poso en el norte, por los árboles, una densa neblina se acercaba a ellos y eso eran problemas.

- Tienes razón Nat, hay que avanzar. Miren allá. - señaló con la mano - Es niebla, si no nos apresuramos quedaremos atrapados y créanme. No es lindo.

- Así que... Igual cruzaremos por allí.

Emiliano lanzó un suspiro molesto.

- No hay otra manera Eli. Cruzaremos lejos de ella, no nos acercaremos tanto.

Sin nada más que hacer avanzaron hacía aquel túnel de muerte. Era espantoso, lo único que había era un pequeño espacio de apenas seis metros, - era pequeño para Elisa - lo demás eran árboles y total perdición...¡Ah! Y otra cosa, un fantasma psicópata de manicomio acechando desde las sombras para después atacar. - El combo perfecto ¿No?

Entre las Sombras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora