Cap51 Carlos

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En la fogata, Carlos asaba los malvaviscos para preparar los smores, si el pobre termino cocinando solo a una distancia considerable - excesiva - del fuego. Elisa y Max no paraban de reír, parecían haberse arreglado. - ¡Hurra! - Sophie y Ben bueno... No paraban de darse mimos, ya ellos los asemejaban a un chicle; uno que otro beso robado, cuchicheos, caricias, diabetes, diabetes y más ¡Diabetes! Pensaba Carlos. Lo peor es que dijeron que iban por las chaquetas y nos las tenían siquiera en la mano.

Rodando los ojos, se abrigo más ya que el ambiente se puso horriblemente frió de repente, los malvaviscos comenzaban a verse bien muy apetecibles y olían rico. Hasta que ese olor a azucar y caramelo se desvaneció dejando en su lugar un desagradable olor a carne podrida, más que sintió una presencia detrás de el.

Un grito vino del otro lado del campamento, Elisa y Max miraron en esa dirección encontrando una escena espantosa. Carlos estaba con las manos dentro del fuego acercándose lentamente más a el; Ben corrió hacía el y lo tomo de la capucha de la chaqueta tirando de ella, sacándolo de allí. El castaño calló de espaldas soltando una carcajada de ultratumba. Ben y Max lo tomaron de los brazos volviendo lo a recostar al verlo querer levantarse, Elisa se abalanzo encima de el aprisionando sus piernas y torso, pero no dejaba de mover la cabeza, así que dándole indicaciones a Sophie ella le sostuvo la cabeza.

Un fuerte escalofrío recorrió el cuerpo de todos. Los ojos de Carlos estaban en blanco con esa sonrisa demoníaca, a Elisa se le pusieron  los pelos de punta al verlo y la imagen del río volvió a su mente.

- ¿Qué hacemos? - preguntó Max.

- Dame un momento.

Elisa coloco sus dedos indice y medio en el cuello de Carlos tomándole el pulso mirando el reloj de Max.

- Más de cien latidos... - murmuró.

- Tenemos que suministrarle algo. - le indico Sophie.

- ¡No! - exclamó Eli.

- ¿Qué?

La miraron todos confundidos.

- ¡Te volviste loca! - añadió Ben - ¡Tenemos que suministrarle algo.

- ¡No! ¡Ah! - grito al ver que Carlos la intento morder.

- ¡Sujeten lo bien! - ordeno Max - ¡Que no te muerda!

- ¡Elisa! - chillo la pelinegra.

- ¡No le voy a suministrar nada mientras tenga el pulso acelerado! - dijo revisando lo otra vez.

- ¡¿Y qué propones hacer?!

Le pregunto Max. Elisa repaso rápidamente con la mirada el lugar posando la en dos objetos, mirando a Sophie ella le suplicaba con sus ojitos color esmeralda que lo ayudará.

- Sophie pásame el mantel y busca agua. ¡Ya!

Asintiendo, siguió las ordenes de su amiga quien se amarraba el cabello rápidamente.

- ¡¿Qué pretendes?! - le miro Max asustado.

- Hacer una de mis locuras. - sonrío de lado - Sostenga lo.

Tomando el mantel lo coloco en la cara de Carlos cubriéndola por completo.

- El agua, échale en la cara.

El liquido comenzó a caer en el mantel empapando lo por completo, el castaño movía la cara frenéticamente de lado a lado, pero no hacia más, hasta que empezó a tocer como loco. Parando a Sophie, la castaña retiro el mantel de su cara dejándolo respirar. Elisa ordeno que lo soltaran cundo se le quito de encima, y cometiendo el primer error, Carlos apoyo sus manos en el suelo con maleza, piedras y ramas. Un grito de dolor salió de su garganta desgarrando la por completo.

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