Cap25 Partida al bosque

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A la mañana siguiente, Elisa despertó sobresaltada de la cama. El claxon de un auto la despertó de su pesadilla donde revivía lo de la otra noche. Un timbrado la hizo refunfuñar, y otro la hizo levantarse de mala gana.

«De verdad tengo que quitar esa cosa»

Tomando su teléfono vió la hora y marcaba la 6:31am. Gran hora para despertarla. Encaminando se a la puerta se dió cuenta que había olvidado su bata, pero la vagancia era más grande, así que le dió igual. Sólo quería que ese aparato del demonio dejara de chillar... sonar... lo que hiciera pero que se callara.

«¡¿Dios quién molesta a las seis de la mañana?!» - preguntó abriendo la puerta.

Max esperaba de brazos cruzados a que la puerta blanca se abriera, hasta que por obra y arte de Dios lo hizo. Aunque las burlas no tardaron. Una Eli medio dormida, su cabello desordenado y con una pijama corta de conejitos más sus pantuflas de unicornio apareció en la puerta.

- Idiota.- murmuró ella mirándolo. Traía unos jeans de mezclilla, una polera blanca, su cabello desordenado seguía mojado definiendo más sus rizos y sus tenis negros favoritos de suela blanca.

- Pero que ridícula... - dijo entre risas - ¿Quién utiliza pantuflas de unicornio? - preguntó poniendo sus manos en su abdomen como si eso suprimiera el dolor de la risa.

- Yo, - se señalo a sí misma - son muy cómodas y un muy lindo regalo de parte de Carlos, así que ¡CÁLLATE! - chilló con las mejillas rojas.

- Bueno, bueno, me callo. - se levantó de nuevo, para volver a reír.

- No te soportó. - negó - ¿Qué haces aquí a las seis de la mañana? Creí que habíamos quedado claro a las siete.

- Los demás quedamos que a las seis, ¿No viste los mensajes del grupo?

- No Max no los ví.

Bostezo estirándose.

- Anoche me fui directo a ¡Mi cómoda camita que me esta llamando! - hizo un puchero.

- Podrás dormir en el auto, ahora dame tu bolso y vámonos.

Haciéndole señas con los brazos de arriba abajo le indicó que seguía en pijama. Max la miró con una sonrisa burlona.

- Entonces ve, anda, anda, shú, shú. - dió unos aplausos haciéndola caminar dentro de la casa.

Ambos subieron a la habitación de Elisa, Max tomó el bolso que le señalo sobre el sofá y ella entró en el baño. Una ducha de diez minutos es lo más que pudo obtener, al salir del baño su móvil sonó anunciando un nuevo mensaje.

De: Soph.
¿Max fue por ti?

De: Elisa.
Si tranquila, ya está aquí.

Saliendo del chat se dispuso a vestirse. Optó por unos jeans negros rasgados, una polera azul marino que dejaba ver los hombros y unos botines negros con detalles blancos. Se coloco un maquillaje sencillo, ató la mitad de su cabello dejando apreciar las ondas que formaba y tomo un pequeño morral que tenía sobre la cama con sus pertenencias. Ella no llevaría tienda de campaña ya Sophie lo haría, dormirían juntas. Bajando las escaleras de dos en dos, se encontró a Max en la sala revisando su móvil.

- Muy bonita como para ir a un bosque ¿no?

- Gracias, pero no creas que voy a salir toda destruida.

Max se echó a reír al mismo tiempo que se levantaba del sofá para dirigirse a ella, aunque no lo hizo ya que Eli fue a la cocina.

- ¿A ver dónde estas? - se preguntó Elisa revisando los gabinetes - ¡Ajá! Llevaré estos.

- ¿Llevaras té? - le preguntó Max - ¿Para qué llevaras té?

- Porque sí. - camino hacía el agitando suavemente la cajita - Jamás subestimes el poder de un buen té, y menos del que yo preparo.

- Déjame decirte que sí no he podido subestimar el poder de tú café aunque lo odies y no pruebes, no podré subestimar el poder de tu té. - rió el.

Juntos salieron de la casa para subir al auto e irse. Sophie le envío un mensaje a Eli informándole que se verían en un café cerca de los bosques.

- ¿Cómo dormiste? - habló Max después de un rato andando.

- Mal, - se frotó los ojos - tuve una pesadilla con lo que paso anoche. ¿Tú no?

- No. - negó el ojiazul - Cuéntame como fue.

- Ni loca no quiero distraerte y tener otro cargo de conciencia.

- Cierto, mejor pongamos música.

Ánimo y Eli asintió conectando el iPhone que estaba en la guantera, era increíble que Max también conservara las canciones que escuchaban de niños. Muy buenos recuerdos.

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