Yibo había dejado a sus amigos. Aunque en algún momento tendría que enfrentarlos... Era como si un castillo de naipes estuviera a punto de ser derribado y el simplemente no quería afrontar esa verdad en su relación de pareja.
No quería verse como alguien egoísta o alguien que priorizaba el sexo.
Camino a su casa consideró seriamente.
¿De que le valía la pena Sehun a Luhan si había sido capaz de tener sexo cuando ni siquiera tenían una relación?
Probablemente nunca la tendrían.
Basta!
Se regañó intensamente a sí mismo.
Estaba siendo envidioso y eso, que no se había quedado para escuchar lo que su amigo tenía que decir.
Esa noche, preparó la cena. Aveces Zhao Lin, lo hacía... Otras veces el. ¿Esa era la única falla de Zhao Lin?
No, el no estaba haciendo esto. No estaba buscando los errores de su marido para poder justificar su insatisfacción.
Sonrió levemente cuando escuchó que la puerta del garaje se abrió. Su marido había llegado y el tenía una deliciosa cena preparada.
En cuanto la puerta se abrió. Yibo se lanzó a los brazos del hombre y se aferró profundamente.
— ¿Cómo te fue hoy?
Zhao Lin no dudo en levantarlo y acariciar su espalda.
— Un día común y corriente. Han habido mejores. Yo sólo te extrañé y preparé tu cena favorita.
— Me encanta... Huele delicioso.
El hombre no dudó en pasar las manos por su trasero y acarició. Yibo sintió la corriente eléctrica... Pero sabía como terminaría todo.
No necesitaba esa sensación amarga en la punta de la lengua en ese momento. Necesitaba reinvindicar las razones por las cuales amaba a su marido.
— Sólo estaba pensando en ti. Y quería cocinarte. Espero que te guste.
Yibo se bajó sintiendo que el falo de su marido empezaba a endurecerse.
Lo deseaba... Claro que lo deseaba, pero no podía quitarse esa sensación de su garganta de que a Zhao Lin no le importaba que el alcanzara también su placer...
Trató de todas las formas posibles de acallar su cerebro.
¿Cómo podría tan siquiera pensarlo?
No había hombre más amoroso y atento que su esposo...
Pero era orgulloso... Demasiado orgulloso.
¿Tal vez por eso había ignorado el hecho de que Yibo algunas veces le pidiera un poco más cuando el había terminado?
No.
No era cierto.
Zhao Lin siempre lo había puesto primero.
— Oh mi bebé está tan hermoso. — Abrazó al castaño por la espalda y empezó a respirar en su cuello. — Creo que más que darme de cenar, tu quieres ser la cena. De otra forma no andarías moviendo tu trasero por ahí.
— ¿Podemos... —Yibo trató de separarse. — ¿Podemos no hacerlo hoy? No me siento muy bien. Creo que estoy un poco estresado.
— Con mayor razón. — El hombre apretó su brazo alrededor de la cintura de Yibo. — Esto te ayudara a relajarte...
— Yo realmente. No estoy de ánimo.
Zhao Lin finalmente se separó de el. Era la primera vez que Yibo lo rechazaba de esa forma.
— ¿Estás seguro de que todo está bien? Tu nunca... —Acarició su mejilla con sus nudillos y estudio la expresión.
— Sólamente no estoy de ánimo. Creo que estoy frustrado por las ideas que no fluyen además... — Yibo suspiró. — ¿Sólamente podrías abrazarme en la cama y dormir? Tal vez hablar de cualquier cosa.
Zhao Lin asintió aunque su falo estaba duro. Su esposo siempre lo excitaba. Yibo era demasiado atractivo y casi siempre no veía la hora de llegar a casa... Se consideraba a sí mismo de un apetito sexual voraz... Pero pocas veces o ninguna le había preguntado a Yibo si realmente disfrutaba el sexo.
Para Zhao Lin, era algo muy sencillo y amaba la penetración más que cualquier otra cosa.
También su matrimonio era demasiado estable y no consideraba que necesitara esforzarse mucho para complacer a Yibo, puesto que le daba todo. Al menos eso era lo que le comentaban sus amigos y familiares. Que era un esposo entregado...
Zhao Lin no quiso pensarlo mucho. Yibo muy pocas veces le decía que no.. Y aunque el castaño básicamente no hacía algo más que dedicarse a el y a la casa.... Podía dejar pasar un día. No era la gran cosa.
— Sentemonos a comer. Dejame alimentarte y consentirte, así mañana te sentirás mejor. Sabes que puedes decirme lo que quieras.