Capitulito corto porque el tiempo apremia.
❤️💚
Rosas.
Yibo no se imaginó que justo después de que le dijera a Zhan que estaba dispuesto a salir con el, le llenara de detalles.
Xiao era muy bueno y dedicado. Cuidando hasta los detalles más pequeños. Lo que lo hacía un poco incredulo...
Yibo se mordió el labio inferior viendo la oficina donde había regresado a trabajar medio tiempo mientras hacia su proyecto de especialización. Lleno de rosas para el.
Ni siquiera había una razón. Zhan no necesitaba una... Aunque en realidad lo hacía todo con tal de que el doncel finalmente se convenciera que quería todo con el.
— Señor Presidente.
— ¿Wang? ¿Algun problema?
— ¿Ya terminó su junta?
— Hace poco. ¿Por?
— Es que creo que tengo un pretendiente. Ha dejado mi oficina llena de flores hermosas y no sé como agradecer. O mejor dicho si se pero para ello. Necesito que haga acto de presencia.
Zhan soltó una risita. Sabía perfectamente lo que le quería decir Yibo cuando le hablaba en un tono tan coqueto por el teléfono.
— Señor Wang. Creo que tendrá que esperar a su novio.
Yibo se sonrojó. Y sintió un vacío en el estómago cuando Zhan se refirió a sí mismo como su novio. Porque en términos reales ya habían pasado la fase en la que Zhan trataba de alcanzarlo.
Yibo se quedó pensando y su suspiro fue profundo. Realmente le encantaba todo del presidente Xiao... Pero había algo en su pecho... Como si tuviera miedo de volver a fallar... De que todo no fuera tan hermoso.
— ¿Yibo?
— Lo siento. Me distraje. Esperaré a mi novio entonces para agradecerle personalmente.
— Te veo luego.
— Hasta luego.
Yibo colgó y se ocupo de algunos asuntos que tenia pendiente en la agenda de Xiao, la confirmación de un par de citas y unas llamadas a las secretarias.
Un par de horas después, el teléfono de la oficina sonó y Yibo profesionalmente contestó.
— Buenas tardes. Se ha comunicado con la línea de presidencia. Habla el asistente Wang. ¿En qué puedo ayudarle?
— Asistente Wang. Su novio no puede esperar para verle. Así que cancele la reunión de las cinco.
— Presidente Xiao!
Yibo regañó.
— No era muy importante de todas maneras. Nada es más importante...
Yibo sintió que su estomago se revolvia y su piel se calentó.
— Estaré ahí en un segundo.
Cuando Yibo cruzó la puerta pudo ver que Zhan todavía tenía asuntos por resolver debido a las dos pantallas de portátiles a cada lado. El camino cautelosamente como si no quisiera interrumpir pero Zhan las cerró apenas se percató de su presencia.
— ¿Me necesitaba presidente Xiao?
La forma en que Yibo pronunciaba su nombre y lo llamaba le hacia siempre sentir un poco más excitado.
— Tu...
Zhan no dijo ni una sola palabra más. Simplemente se acercó y rodeo al doncel apretandolo entre sus brazos... Colocando firmemente su cuerpo alrededor de la pequeña cintura. Era como si el cuerpo del doncel y el propio fueran compatiblemente perfectos.
— Ha sido un día muy largo.
Yibo sonrió levemente. Le gusta mucho que el presidente se acercara tanto. Abrazarlo de esa manera hacia que todos sus pensamientos se detuvieran y el resto del mundo quedaba a un lado.
Suspiró y sin darse cuenta abrió la boca. — Quisiera quedarme así para siempre. Se siente tan bien... Es como si nada más existiera.
Entonces Yibo se dio cuenta que había dicho sus pensamientos en voz alta y miró a Zhan con un poco de horror en su rostro.
— Yo...
Zhan lo besó. — Me siento de la misma manera. ¿Quieres ir a cenar?
— Suena bien.
Ambos recogieron sus cosas y Zhan esperó que Yibo saliera de la oficina.
Yibo abrió los ojos perplejo. Aparte de Sehun, su secretaria, y varias personas de la compañía estaban aún en las instalaciones..
Zhan estiró su mano para sostener la de Yibo. Este último aún no sabía cómo reaccionar.
— ¿Presidente Xiao? ¿Pasa algo?
Yibo no sabia si era cierto o no. Pero sentía que las miradas de todos estaban sobre el atento a cualquier movimiento que hiciera.
— ¿Pasa algo?
Yibo quiso retirarse del espectáculo. Pero no era justo... Podria ver la mirada de Zhan. Ya no eran un sucio secreto de una relación prohibida... Incluso había escuchado los rumores de que estaban juntos y el no se había molestado en detenerlos.
Yibo estiró su mano y atrapó la de Zhan que seguía firme. El presidente Xiao parecía conocerlo... Probablemente si le hubiera preguntado se hubiera anticipado tanto que no hubiera querido hacerlo. En cambio le hizo tomar una decisión de frente y justamente esa era una de las cosas que le gustaba del pelinegro. No se iba por las ramas. Sino que mostraba sus intenciones de frente.
— Todo listo.
Listo.
Desde ese momento el sería oficialmente relacionado con Xiao Zhan