Zhan recibió una llamada. Yibo estaba totalmente avergonzado y ya no sabía cómo retractarse de lo que le había dicho a Zhan. Ni siquiera saber cómo había juntado valor para poner esas palabras juntas y...
Santo cielo.
Justo en ese momento, sí Zhan decidia prescindir de sus servicios. Era demasiado inconveniente. No quería terminar de gustar sus ahorros y tampoco volver a depender de Zhao Ling. Sobretodo porque Zhao Ling ya no tenía nada que ver con el y dadas las causales del divorcio, seguramente Zhao Ling era el agraviado por lo que seguramente terminaria pagando una buena suma de dinero.
Yibo empezó a entrar en pánico. Sus pensamientos últimamente eran como un torbellino. Solía ser muy optimista, pero ahora solo esperaba lo peor.
Tecleo una y otra vez letras al azar.
Ya casi era la hora de salida y solo esperaba no encontrarse al presidente Xiao por lo que quedaba del día. Después de haberlo dejado con la palabra... Lo que le quedaba de vergüenza, lo perdería.
¿Qué hubiera pasado si su socio no hubiera llamado desde el exterior?
Yibo se palmeó su cabeza.
¿Y si Zhan ya se había dado cuenta que el era insensible en la cama?
Suspiró pesadamente y miró de nuevo el reloj. Había pasado cinco minutos desde la última vez queatrevida.
— ¿Bebé?
Yibo necesitaba ocupar su mente en algo, así que llamó a su mejor amigo.
— ¿Qué haces?
— Acabó de salir del trabajo. ¿Quieres cenar en un rato?
— Uhm... Últimamente no estoy en posicion de gastar tanto dinero.
— Me estás ofendiendo. Soy tu amigo. Vamos... Yo invito.
— Hice algo estúpido.
— ¿El qué?
— Yo... Yo estaba pensando con... Le hice una propuesta indecente a Xiao. — Murmuró casi entre dientes a pesar que estaba solo se sentía juzgado y visto.
Yibo tuvo que separarse del teléfono al escuchar el grito de Luhan.
— ¿Qué hiciste que?
— Lo que dije.
— Oh... No me digas que tu y Xiao... Dime que fue la mejor experiencia de tu vida. ¿Masajeo ti prostata? ¿Viste las estrellas? ¿Que tal se siente tocar el cielo con las manos?
Yibo se puso totalmente rojo. — Estoy colgando.
— No se te ocurra. Debes contarme.
— No sucedió nada de eso.
— El no me respondió.
— Ah. — Luhan parecía decepcionado.
Pronto mientras hablaba con Luhan dio la hora de salida y Yibo tenía que salir de ahí.
— ¿Te espero en el restaurante?
— Cuando llegue a casa te llamo.
Yibo corto la llamada y sigilosamente pasó por la oficina y cuidó de que Zhan no estuviera alrededor para salir totalmente desapercibido. Mañana enfrentaria a su jefe y se disculparia por lo atrevido.
Estaba a punto de presionar el boton del elevador.
— Santo cielo. — Yibo miró a la secretaria de Zhan detrás de él. Agitada y con las mejillas rosadas. — Sabía que no te habías ido. Te he buscado por todos lados.
