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Yibo fue incapaz de contestar, mientras Zhan volvió la silla hacia el, permaneciendo en ella en una postura imponente.

En un principio Yibo no podía moverse, porque sabía que su ropa interior debía estar totalmente humedecida y su rostro estaba caliente mientras el hombre le obserbava de arriba a abajo.

Mordió sus labios de nuevo imprimiendo mucha más fuerza haciendo que la sangre se acumulará en ellos y se vieran aun más provocadores.

Zhan podía sentir el calor en la habitación, pero conforme con lo que había dicho Yibo hace unos momentos y sobre lo cual tenía razón.  No pensaba hacer ningún movimiento sobre el doncel, pero si Yibo decidia... El no se iba a negar tampoco.

Desajusto su corbata ya que su ropa parecía volverse incomoda. Wang Yibo no sabe en qué momento las luces se habían atenuado tanto en la oficina de Xiao. O sí ya estaban así... O si era su imaginación. Lo cierto, es que el ambiente, sus respiraciones, sus alientos y todo lo demás parecía invocar a una cosa mientras las miradas de ambos se produndizaban y se perdían en el otro.

Xiao Zhan terminó cerrando la pantalla del computador.

— ¿Hay algo más?— Su voz sonaba totalmente profunda y era electrizante para Yibo escucharlo.
La posición de Zhan parecía una invitación a sentarse en su regazo y el finalmente a diferencia de lo que siempre pensó, sentia... Sentía demasiado. Así que con pasos largos pero pesados terminó tan cerca de Zhan que si estiraba sus dedos podía alcanzar su mano.

Zhan seguía sin tomar ninguna iniciativa. De ninguna manera quería tomar ventaja, pero el roce de los dedos de Yibo con la mano de Zhan, fue demasiado para detonar el calor dentro de su cuerpo y terminó colocando una pierna  a cada lado de la de Zhan subiendo en su regazo y pudo sentir que a pesar de que prácticamente no le había mostrado ningún gesto, el hombre estaba totalmente duro... Ahora encima de él podía sentir la poderosa erección que empezó a restregarse con la suya.

El doncel comenzó a moverse de forma exquisita haciendo que Zhan jadeara mientras apretaba el esponjoso y suave trasero. Antes de meter sus manos por debajo de la estorboza tela y por fin sentir el contacto piel a piel, su lengua invadió la boca de Yibo, saboreando de manera intima y mordiendo aún más aquellos labios que ya estaban rojos victimas de la ansiedad y la indecisión del doncel anteriormente.

Zhan fue dominantemente salvaje para saquear su boca y enredar y chupar su lengua una y otra vez... Sin embargo después de sentir el agotamiento sintió que el cuerpo delgado se volvía pesado y abrió los ojos para percatarse que Yibo acababa de desmayarse.

Palmeo suavemente su mejilla pero el doncel no reaccionó. Zhan puso su dedo cerca de la nariz, Yibo estaba respirando de forma muy pausada y a su vez también se percató de que el cuerpo era demasiado liviano. Había notado antes que el castaña había perdido mucho peso.

Fortuna o no... En ese mismo instante, Sehun estaba tocando la puerta de la oficina.

— ¿Quién es?

Zhan puso a Yibo en su asiento. Era lo más cómodo que había y organizo como pudo la ropa que el mismo había estrujado y la camisa que el prácticamente había descolocado para meter sus manos por debajo.

— Tú persona favorita.

Zhan no estaba para las bromas de su amigo, pero abrió la puerta levemente y jalo a Sehun hacia dentro.

En seguida vio a Yibo y se sorprendio...

— ¿Qué carajos?

— No lo sé. Creo que se desmayo. Estoy llamando a urgencias. Ayúdame a organizar todo. Sabes de lo que hablo.

Sehun con delicadeza logró hacer que la prenda de Yibo luciera "normal". Pocos minutos después un equipo de paramedicos llegó a revisar sus signos vitales y finalmente el doncel despertó.

— ¿Qué sucedió?
Yibo solo recordaba que de un momento a otro mientras que Zhan saqueaba su boca se había quedado sin aire y todo se habia vuelto negro. Y aunque se había sentido un poco fuera de sí en la mañana no había prestado mucha atención.

— Solo fue un desmayo parece. — Zhan estaba sentado a su lado y antes de que Yibo pudiera sonreír levemente al hombre avergonzado al recordar lo que hubiera pasado si no se hubiera desmayado... Vio a Sehun al lado y bajó la mirada.

— En realidad, no es un simple desmayo. Sus signos vitales no están muy estables. ¿Cómo se ha sentido estos días? ¿Se ha alimentado bien?

Yibo no quería pero tuvo que confesarse. Aunque sus emociones habían estado muy planas, su apetito se había ido por lo que apenas y comía. Y desde que le había preguntado a Zhao Ling varias veces cuando se divorciarian y no tenía una respuesta su estado de ánimo tampoco era el mejor... Sumado a todo lo anterior y la vergüenza que sentía por haber fracasado.

— Tenemos que llevarlo con nosotros. Prefiere que le lleve un familiar o ir en la ambulancia. ¿A quién podemos llamar?

Yibo suspiró de forma profunda. Y casi hablo entre dientes. — A Luhan, mi mejor amigo. — Sabía que Jae estaba fuera de la ciudad.

— Yo puedo llevarlo.

Las órbitas de los ojos de Sehun casi se salen cuando Zhan abrió la boca.

El paramedico asintió. Aunque la situación de Yibo no era de vida o muerte, lo mejor era ver un medico de inmediato.

Sin embargo, para no despertar rumores y también por políticas del hospital. Zhan no podía hacer más que eso.

Luhan no había contestado el teléfono. Su trabajo era muy exigente.

— ¿Algun familiar? En su historial tiene a su esposo para este tipo de emergencias. ¿Está bien?

Yibo asintió y aunque no supo si Zhan escuchó. Se sintió avergonzado.

Zhan no prestó atención a quien llegaba y salía pasadas un par de horas. Estaba en sala de espera, Sehun no podía creerlo, había cancelado el resto de su agenda durante el día.

— Los familiares de Wang Yibo. Por favor acercarse a la ventanilla.

Zhan quiso ponerse de pie. Pero al ver que un hombre un poco más bajo que Zhan se ponía de pie, cabello castaño un poco más oscuro que el de Yibo... Zhan se percató de que este aun llevaba su anillo de casado a diferencia de Yibo.

— Soy Zhao Lin, el esposo del paciente.

Zhan se sintió tan disgustado. Incluso si no había sentimientos hacia Yibo... Sabía que este hombre tenía mucho que ver con su actual estado.

— No te atrevas. — Quiso ponerse en pie pero Sehun se lo impidió. — Su esposo esta aquí. No tenemos que hacer nada aquí. — Ambos se dirigían a la salida. Zhan lo hacía a regañadientes.

— Sehun! — Un atractivo hombre delgado se acercó a él rápidamente. — ¿Qué sucedió? — Luhan no pudo dejar de echar un vistazo. Este debía ser Zhan... —  señor Xiao. Vine en cuanto pude—

—Tú amigo se desmayó en la oficina, nosotros ya nos íbamos. — Señaló Sehun antes de que Zhan cometiera una tontería.

Zhan vio en Luhan una oportunidad para quedarse sin levantar sospechas. — Podrías esperarlo. Y te acompaño. Igual ya cancelé todos mis planes.

Luhan miro a ambos sin comprender.

Lo hizo, pero la incomodidad de ver al otro hombre al otro extremo de la habitación acrecentaba cada que una enfermera salía y le hacia un reporte.