— Tu nombre... — Zhan sintió un poco de vergüenza. — No puedo creerlo... Honestamente he sido muy descuidado, en todo caso. Ya que vamos al mismo sitio te puedo llevar y de paso, me recuerdas tu nombre.
— No se moleste. Justo estaba esperando el auto que me llevara.
— Yibo... Lo recordé... Lo recordé.
Yibo asintió y sonrió levemente.
Xiao tuvo que buscar en su mente el nombre que seguramente Sehun le había dicho ya un par de veces. — Se que debes pensar que soy un jefe terrible. Y no te puedo culpar por ello... Solo estoy tratando de ser amable. Vamos súbete al auto, vamos para el mismo lugar.
Yibo lo dudo un poco. Miró hacia la ventana de su casa y después accedió.
— Realmente no quería molestarlo.
— Está bien. Normalmente soy un poco más amable con mis empleados, pero debido a la situación en este momento... Estoy un poco estresado. Aunque no es excusa.
Zhan estaba hablando demasiado. Al menos así lo sintió. — Lo siento. Estoy diciendo de más.
— Señor Xiao. No tiene que explicar nada... De hecho le pido una disculpa.
— ¿Por qué?
— Se supone que para cuando usted llegue. Debo tener todo preparado.
— Está bien. Por fortuna hoy no será un día tan ocupado.
— Puede que...
En ese momento. El teléfono de Zhan sonó. Yibo pensó que alguien como él, podría simplemente darse el lujo de desconectarse, pero lo cierto es que Xiao parecía muy exigente.
— Diga...
Zhan hablaba sobre asuntos muy técnicos de la producción. Yibo no quiso prestar atención para que no pensara que estaba husmeando. Sin embargo, de reojo pudo ver el perfil del pelinegro y por ratos su ceño fruncido.
¿Cómo era que alguien como Zhan estaba soltero?
Era lo suficientemente atractivo.
Se había quedado con el pensamiento siguiendo la línea del perfil hasta su mandíbula y sólo se percato de cómo de incorrecto era aquello cuando Zhan se volvió hacia el y le dio una leve sonrisa.
Aunque no pasó mucho tiempo para que Zhan colgara. Hubo un ambiente de incomodidad. Yibo se había sonrojado y su rostro se había puesto tan caliente. No sabía si Zhan se había dado cuenta pero el saco su celular y pretendió estar inmerso en una conversación por texto hasta que llegaron a la empresa.
Una vez ahí, Yibo pensó que aceptar el ride de su jefe podría ser contraproducente ya que podría dar una mala impresión. Así que esa sería la primera y la última vez.
El día trascurrio de forma tranquila sobretodo porque casi no veia a Zhan, parecía estarlo evitando a costa. Lo cual era absurdo. Al menos hasta el medio día cuando escuchó el grito de Zhan grito desde su oficina.
— Sehun!
Yibo entró para ver al pelinegro con dos computadores y su mouse. Como si estuviera tratando de resolver algo de forma urgente.
— Señor Xiao. ¿Necesita algo?
— Úbica a Sehun. Las cifras de las exportaciones de noviembre tienen un error. Se refleja en los balances finales ... Lo más pronto posible. Dile que lo revise y lo corrija.
— Sí señor.
Yibo caminó rápidamente. Sólo tenía que buscar a Sehun en su oficina y entregarle el folder con las indicaciones.
— Pan comido! — Se dijo a sí mismo.
Solamente que Sehun había sido llamado para autorizar unos arreglos en las maquinarias nuevas en conjunto con el ingeniero y Zhan necesitaba este folder ya.
Yibo espero diez minutos. Quince minutos y Sehun no aparecía ni devolvía la llamada.
Se puso de pie impaciente.
— ¿Estás seguro que dijo que volvería pronto? El presidente necesita esto urgente.
— Lo llamare de nuevo.
Yibo esperó un par de minutos y su secretaria entonces le comunico con preocupación. — Lo siento. Hubo percances.
El doncel suspiró de forma pesada. — ¿Sabes de alguien más que pueda resolver esto... ?
— Hay varios asesores, pero tendrías que haberlos llamado con antelación. Normalmente se toman su tiempo y cuando se solicitan sus servicios hacer una revisión completa.
— Oh...
Los pasos de Yibo de regreso a la oficina de presidencia fueron lentos y pesados. Xiao Zhan necesitaba el documento urgente y el nisiquiera tenia la capacidad de resolver un pequeño problema.
Era tan incapaz.
Ojeo el folder abriendolo por varios minutos... Y en un comienzo no parecía entender nada... Hasta que algo llamó su atención. Si recordaba bien sus clases en la universidad, las proporciones deberían corresponder con los porcentajes...
No se atrevió a realizar ningún cambio. En cambio entró a la oficina y busco al ocupado Zhan.
— ¿Conseguiste a Sehun?
— No señor. Esta arreglando un asunto de unas maquinas.
— Carajo! Lo había olvidado! Dame el folder y por favor toma el computador y ayúdame a localizar el archivo. Lo haré yo mismo. Esta es la última reunión. — Zhan suspiró. — Sí consigo las tres licitaciones. Te lo juro que me voy de vacaciones.
Zhan estuvo leyendo, pero tenía también otras ventanas abiertas... Así que después de varios minutos, Yibo se atrevió.
— Creo... Creo... Tengo una idea.
— ¿...?
Solo entonces el pelinegro apartó su vista de la computadora, pero no lo subestimo... Espero a que Yibo hablara.
— Creo que vi que en las proporciones no se correspondía. — Empezó a explicar de forma vehemente. Yibo vio que después de varios minutos. Zhan no decía nada...
Entonces mordió su labio inferior. — Olvidelo. Estoy diciendo tonterías. Tratare de buscar ayuda.
Zhan clickeo un par de veces más.
Entonces dirigió la mirada al doncel. Esbozando una sonrisa.
— Eres brillante...
Yibo sintió que su respiración se ralentizaba y se volvía pesada... Entonces bajo la mirada un poco avergonzado.
¿Qué le estaba pasando?
Dejándose intimidar por un hombre que no era su marido. –Sólo fue una idea tonta.
— No, Yibo... Lo digo en serio. Ahora solo tengo que imprimir. ¿Puedes hacerlo por mi?
Cuando Yibo volvió a mirar al presidente, la sonrisa aún permanecía. Demasiado inquietante.