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— Presidente... Zhan. Dijiste que iriamos a la cena.

— Wang. No puedes pensar que me puedes provocar de esa manera y voy a dejarlo pasar.

— Basta.

Yibo había escogido uno de los oufits que había comprado con la asesoria de Zhan al llegar a la ciudad. Era un traje que se adheria a su cuerpo pero no dejaba de ser elegante.

— Lo vas a manchar.

Zhan colocó una sábana debajo de sus rodillas.

— No te preocupes.

Yibo se estremeció cuando Zhan lamio por primera vez su falo. Yibo ya había olvidado por completo que Zhan había sido el primero en devorarlo de esa manera... Pasando su lengua por todo su cuerpo y ahora tomando su falo envolviendolo con los labios gruesos con fuerza mientras comenzó a chupar. — Compraré diez iguales... Aunque... – Zhan aspiro el aroma del doncel. — Aunque después de lo que te haré. Este definitivamente será mi favorito. — Yibo enredo sus dedos en los cabellos negros mientras luchaba por no escurrirse contra la puerta de la habitación. La cual por fortuna estaba insonorizada o de otra manera todo el mundo podría escuchar la manera en que Zhan lo consumía una y otra vez.

Habían estado a punto de irse, pero Zhan simplemente no podía dejarlo pasar. Yibo estaba vestido exquisitamente y sobretodo le había dicho te amo, solo podía pensar en arrancar su ropa. Aparte de que por muy neutral que hubiera querido mantenerse Yibo había golpeado su ego de manera positiva haciéndole saber que con el había sentido cosas que jamás...

— Zhan...

Yibo estiró su cuello hacia arriba con la boca entreabierta. El cabello que se había demorado en arreglar estaba ahora desornado y el estaba ardiendo en deseo empujando su pelvis contra la boca de su novio.

Zhan lo había acorralado contra la puerta hasta que el doncel había cedido en el deseo... El pelinegro arrodillado frente a él levantó sus pierna izquierda para tener mejor acceso a su apretado agujero mientras su lengua se deslizaba por la longitud del doncel completamente dura y brillante. Los dedos de Zhan se fueron abriendo paso y masajeando... hasta excavar en su interior... Los lujuriosos jugos se derramaron y el gemido hacia el cielo y los espasmos le advirtieron que el orgasmo estaba cerca. Zhan tomó cada una de las gotas y la saboreo. Antes de ponerse de pie y compartir el dulce néctar en su boca.

Yibo reaccionó poco después... Sintiendo su propio sabor. No se sintió disgustado.

— Es mi turno.

Yibo puso la mano en el saco de Zhan con sus labios hinchados y r respiración agitada.

— No. Cámbiate. Vamos a la cena. De otra manera no saldremos nunca de aquí.

— Pero... — Yibo miró hacia abajo y aunque intento estirar su mano para masajear el  gran bulto que se formaba en los pantalones del pelinegro. Zhan lo detuvo.

— Después. — Zhan besó su mano y la apartó. — Solo necesito un par de minutos para recuperarme. — Debo ver a alguien allá. 

Yibo finalmente obedeció y mientras escogía otro outfit no podía dejar de pensar en cómo Zhan sabía perfectamente que hacer y como hacerlo. Eso le quitaba un gran peso de encima.

Una vez listo se dirigieron al elevador en donde Yibo aprovechó los espejos pero ante  la luz blanca se percató de algo que antes no.

— Santo cielos! ¿Qué es esto?

Miró a Zhan cuestionandolo por las marcas en su cuello. Eran pequeñas pero era evidente que cualquier persona con los dos dedos de frente podría darse cuenta.

— Hiciste esto a propósito.

Zhan se sonrió y no contestó.

— ¿Qué van a pensar de mí?

– Qué no estás disponible. Así que más vale que te asegures de hacerles saber que eres mi pareja, mi amor.

Yibo tenía una sonrisa en el rostro que se le borro y por un momento parecía perdido en los ojos marrones.

— ¿Dije algo incorrecto?

En seguida negó. — No. Mi amor.

Zhan gruñó. — Esto es una mala idea. Deberíamos volver.

— Tienes que ver a alguien ahí.

— Ya sé. Pero no sé cómo voy a mantener mis manos lejos de ti.

– solo será una hora. Máximo dos.

El elevador se abrió y bastaron un par de pasos para estar adentro del evento donde unos elegantes camareros recibieron sus chalecos y ofrecieron algo de tomar.

— Zhan Ge! Volviste... Te extrañe.

Yibo con un semblante bastante diferente al que había tenido al comienzo apretó la mano de Zhan  entrelazando sus dedos  ante la vista de Angela o cualquier persona que pudiera pasar.

— Angela... — Queria decir que era grato verla pero solo por educación. Al final se abstuvo. Aunque alguna vez uso su compañía para alejar a otras personas en las que no estaba interesado. Sus pensamientos sobre Angela eran neutrales. — Este es Yibo. Mi pareja.

— ¿No es este tu asesor? Estoy confundida.

Yibo se sonrió. — Es mi ... pareja. — Pensó en decir que Xiao era su hombre pero pensó que no eran las palabras adecuadas. Seguramente todavía estaba invadido por la sensación de calor de hace un momento. No supo que más decir y en cambio se sonrojó un poco. No fue necesario que hablara.

— Resulta que tengo un novio muy profesional. Durante el horario laboral solo querrá ocuparse de los asuntos que le competen como trabajador. Pero es tan malo para mi. Que ande por ahí robando las miradas de otros. Me pone celoso...

— ¿Quién está celoso? Yo no era el que estaba coqueteando...Zhan no seas así. — Yibo refutó, pero en seguida Angela intervino señalando a Zhan.  — Tu... ¿Yibo? Sabes que es el premio gordo.

— Apostaría a que el premio gordo lo tengo yo.

– Xiao Zhan. —  Yibo estaba cada vez más rojo. ¿Quién diría que este presidente iría por todo el evento presentandolo y presumiendolo a todos sus conocidos.

Peor aún, que está que al comienzo de la noche parecía su rival amorosa se había unido a Zhan para intimidarlo exponiendolo como la pareja del ex soltero más codiciado del medio.


Dispassionate //ZhanYi // MPregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora