— Basta!
Ciertamente sabiendo que podrían encontrarse con cualquiera de los socios de Zhan en cualquier momento, Yibo no quería armar un escandalo. Pero era demasiado incómodo que Zhao Ling lo estuviera presionando.
— Hueles delicioso! Había sentido tu aroma antes, pero no así de fuerte. ¿Debe ser que me extrañas?
— Sueltame!
— No. Bebé. Déjame llevarte a casa. — Zhao Ling sostuvo su muñeca. — Te acuerdas cuando aveces me embriaga y tu me esperabas para cuidarme, me preparabas algo para la resaca y te quedabas conmigo.
— No ire contigo.
Zhao Ling depronto se detuvo y se acercó más al doncel que había logrado llevar hasta el ascensor. – ¿Por qué no podemos ser como antes?
— Zhao Ling. – Yibo miró su muñeca apretada en las manos del hombre. No se atrevía a golpearlo aunque tuviera todo el impulso. Se armó de paciencia y dijo. — Estás ebrio. Ya hemos hablado de esto antes y no. No hay manera de que vaya contigo.
— Uhmmm... — Mientras Yibo movía sus labios su ex esposo seguía cada movimiento luciendo hambriento del apetito voraz por poseerlo de nuevo. El hombre avanzó un paso para que al segundo siguiente el elevador les advirtiera que alguien lo había solicitado y se estaba abriendo la puerta.
Yibo solo podía pensar que lo tragara la Tierra.
Los ojos de Zhan cayeron en la mano que apretaba la muñeca de Yibo. El doncel era incapaz de verle a la cara después de que los ojos marrones casi le perforaran.
— Presidente Xiao. Nos volvemos a encontrar.
Zhan trató de no ser imprudente tratando de descifrar lo que estaba sucediendo. Sabía que este hombre era el esposo de Yibo, mientras que el... No era nadie.
— ¿Todo bien señor Zhao?
— Sí, Solo que mi esposo me llevara a a casa. — El hombre sonrió satisfecho. Yibo apretó su mandíbula porque en ningún momento había aceptado llevarlo pero ya estaba básicamente resignado. El elevador volvió a sonar dejando que la puerta se abriera hacia el piso donde estaba el auto de Zhao.
Yibo miró a Zhan por una vez, de alguna manera frustrado y anhelante convencido de que su noche de pasión se había quedado en solo planes.
— Señor Zhao...
— ¿Si?
Yibo se volvió casi de forma exagerada y Zhan vio que este, solo necesitaba una palabra... Un impulso, una excusa para poder dejar a Zhao sin que este le armará un drama en pleno edificio.
— Creo que no es buena idea que su esposo maneje. Se que no es algo que me incumbe, pero ambos han estado bebiendo. ¿Qué tal si me deja llevarlos a ambos a su destino?
— No vamos al mismo lugar.
— ¿Qué estás diciendo? — Zhao Ling se volvió hacia Yibo.
— Acepta la amabilidad del señor Xiao. He bebido un poco. Yo solo quiero ir a casa... con Luhan.
— ¿Por qué lo molestaría? El no tiene nada que ver conmigo. Tú eres mi esposo.
— Somos vecinos. El presidente Xiao vive en la casa continua. Prefiero que te lleve un conocido...
— Te preocupas por mi.
Yibo suspiró. — Zhao Ling, solo quiero que llegues bien. Pero no iré contigo. — Yibo murmuró dándole la espalda a Zhan para poder explicarle a Zhao Ling aprovechado que ahora este no se sentía tan libre de tomar su muñeca de nuevo. — No quiero estar contigo.
— ¿Es así? — Zhao Ling por fin liberó su muñeca roja por los apretones y dio un paso adelante cuando Yibo lo siguió cediendole el espacio.
— Está bien. — Resignado Zhao Ling acepto. Y Zhan se tragó un poco el sabor amargo y la molestia que tenia en su pecho. No estaba seguro de lo que estaba sucediendo pero almenos Yibo había aprovechado la oportunidad que le había dado.
— Buenas noches Wang.
— Buenas noches presidente Xiao.
Cuando ya ambos habían tomado caminos separados. Yibo estaba cabizbajo, no podía creer que a pesar de que Zhao Ling estaba siendo arrastrado por el hombre con el que le había sido infiel... Yibo solo pensaba en que su noche de pasión se había arruinado...
Noche de pasión..
Toco sus bolsillos y se dio vuelta de inmediato.
— Presidente Xiao... — Se dio la vuelta pero no veía a nadie por ningún lado. Sin embargo, su teléfono sonó.
"Puede que la noche se haya complicado, pero déjame saber si todavía estás de humor para lo planeado".
Yibo sintió que su cuerpo se calentaba y sin saberlo apretó las piernas y su rostro se calentó.
— Entonces espérame en casa...
Listo.
Yibo estaba muerto leyendo los mensajes de Zhan... No podía creerlo. El calor y la adrenalina recorriendo todo su cuerpo.
Zhan le envió la dirección y el código para que entrara. Yibo condujo despacio, aunque las. Calles estaban solas, al llegar al sitio las luces estaban apagadas, ni sabía cuánto podría tardar Zhan... Así que tomo una ducha y se despojo de su ropa... Aprovechando que el otro no estaba tomó una copa de vino y se ubico en la ventana con su esbelta figura desnuda reflejándose en el vidrio.
Yibo estaba embelesado viendo las luces cuando se percato de la silueta fuerte y los brazos firmes que lo envolvieron después de un gruñido en su oído.
Yibo se sonrojó.
— Pensé que no habías llegado.
Yibo quiso alcanzar algo de ropa... Aunque antes ya se habían visto no es que fuera tan descarado para caminar desnudo deliberadamente frente a otro hombre.
Zhan lo inmovilizo enterrando su nariz en su cuello y rozando con sus labios.
— ¿En que momento llegaste? — Yibo solo pudo posar su mano sobre aquella que envolvía su torso. — no te sentí.
— No te preocupes. — Zhan mordisqueo. — Me vas a sentir ahora.
