— ¿Listo?
Yibo sólo pudo asentír. Xiao Zhan había estado revisando documentos de su computadora para poder descansar un poco en cuanto llegara a su casa. Sin embargo, a pesar de que Yibo y el no eran amigos había notado que el par de preguntas que le había hecho a su asistente, habían sido resueltas de forma muy directa. Ademas... No estaba seguro si era su impresión, pero... ¿Yibo estaba evadiendo su mirada?
Zhan frunció el ceño, mientras el castaño casi sumergía su cabeza en el vaso de café que había servido la azafata.
Este vuelo iba a ser largo. Zhan cerró su laptop. Tenía curiosidad, anoche cuando se despidieron en el restaurante... Yibo llevaba puesta una hermosa sonrisa...
— ¿Hice algo o dije algo malo?
Yibo casi se quemaba con el café por intentar evitar a Xiao.
— ¿Cómo?
— No sé. Tengo la sensación de que tengo alguna especie de virus que se trasmite por el contacto visual... Has estado evitandome...
— Señor Xiao. — Yibo reclamó como si el otro estuviera sobrepasando sus límites.
— Mira... Yibo. Se que no somos amigos. No tengo intenciones de serlo. Lo de anoche fue ... ¿Una cordialidad?. ¿Estamos de acuerdo?
— Claro que si...— Las mejillas de Yibo se calentaron.
¿Le había dado la impresión a Xiao de que estaba sobrepensando las cosas?
El no...
Las imágenes de las manos de Xiao en su sueño húmedo recorriendo su cuerpo desnudo. Yibo no pudo evitar mirar aquellas manos... Que aunque fuera en su imaginación lo habían hecho delirar.
Su manzana de Adán rodó un par de veces. Antes de volver la mirada a Xiao con una sonrisa lastimera...
No importaba...
El era frigido.
Si el hombre que amaba, no le podía hacer sentir nada. Mucho menos un extraño.
Sería una vergüenza que el presidente se enterara de sus problemas de cama y de su falta de capacidad...
Yibo escuchó la voz de su mejor amigo en su mente. — Ya basta!
— No estoy sobrepensando nada. Estoy muy agradecido, pero quiero conservar mi trabajo y actuar de forma profesional.
Xiao no conocía del todo a Yibo y aunque la respuesta no le convenció. No sentía el derecho ni el interés en indagar más.
— Perfecto.
****
— ¿Quieres que te deje en tu casa?
Yibo miró al presidente y se quedó pensando por un momento que todas las atenciones de Xiao algun dia serían para alguien. Negó con una sonrisa amable. — Estaré bien. Puede bajarme en su casa y caminar hacia la mía.
— Yibo...
— Zhan. Por favor!
El pelinegro asintió. Yibo suspiró de forma pesada tan pronto abrió la puerta.
Zhao Lin estaba caminado de un lado a otro quien sabe por cuanto tiempo, estrujado sus cabellos y cuando sintió que la cerradura se abría caminó rápidamente para ver.
Estaba aterrado. Yibo nunca se había ido así. Yibo jamás le había quitado esa certeza de que pasara lo que pasara, el se quedaría.
— ¿Dónde estabas?
Yibo apenas lo miró, mientras el corazón de Zhao Lin se calmaba. Su esposo estaba de regreso. No importaba nada más.
— Trabajando.
— Todo el fin de semana.
El doncel tomó su maleta. — Si, estoy cansado. Por favor guarda silencio... Necesito tomar una siesta.
— ¿Con quien estabas?
— Con mi jefe Zhao Lin... ¿Podemos hablar después?
El hombre lo siguió hasta la habitación donde supervisaba mientras Yibo se cambiaba de ropa. Miró la blanca piel cuidando de que no tuviera ninguna marca.
— Quería celebrar tu cumpleaños.
Para entonces la mirada del doncel era oscura y apagada. — Dijiste que no ibas a estar.
— Al final si pude acomodar mis compromisos.
La sensación del nudo en la garganta se fue haciendo más grande. — Ya no importa. Un cumpleaños más... Un cumpleaños menos.
Zhao Lin se sentó al lado de Yibo y empezó a acariciar la espalda. El calor de la piel lo hizo sentir ansioso. Quería tocarlo y saber que el doncel aún era suyo.
— Zhao Lin... Dije que quiero dormir.
— ¿Qué fue lo que estuviste haciendo este fin de semana para estar cansado incluso para intimar?
Yibo no se contuvo más y soltó una sonora cachetada en su mejilla. En seguida se arrepintió al ver los ojos tristes de su esposo. La comunicación se estaba rompiendo y su matrimonio cayendo en pedazos.
Yibo se mordió el labio inferior. — Lo siento. Yo no...
— Tú nunca me habias...
Zhao Lin estaba en shock.
— Tampoco nunca me hablaste así. ¿Qué está pasando mi amor?
— Tú tampoco me había insultado de esa manera... — Los ojos de Yibo se pudieron llorosos y con cautela Zhao Lin abrazó por detrás.
Yibo murmuró. — ¿Qué nos está pasando?
Tu... eres mi amor.
Pensó...
¿Lo eres?
Se volvió hacia el pecho de Zhao Lin y trató de reconfortarse con el aroma. No funciono... En cambio imágenes de otro pecho y de otros brazos...
Yibo quería llorar y abrazó a Zhao Ling más fuerte cuando el sueño húmedo flasheo en su mente sintiendose tan culpable. Tan sucio.
❤️💚❤️💚
Esta canción sonó en mi cabeza este capitulo...
¿Por qué no te besé en el alma cuando aún podía?
¿Por qué no te abracé la vida cuando la tenía?
Y yo que no me daba cuenta cuánto te dolía
Y yo que no sabía el daño que me hacía¿Cómo es que nunca me fijé que ya no sonreías?
Y que antes de apagar la luz, ya nada me decías💚Que aquel amor se te escapó que había llegado el día
Que ya no me sentías, que ya ni te dolíaMe dediqué a perderte
Y me ausenté en momentos que se han ido para siempre
Me dediqué a no verte
Y me encerré en mi mundo y no pudiste detenerme❤️