El doncel finalmente apagó la pantalla del televisor. Aunque no le había mencionado nada a Xiao, ni a Luhan ni a nadie... Veía las noticias esperando que todo se resolviera para su ex.
Una vez el otro fue declarado inocente. Yibo con un humor neutro se desconectó de la situación y con su voz interna le deseó una buena vida. Que pudiera conocer a alguien, así como el esperaba conocer a alguien con quien compartir su vida y ser feliz finalmente.
— Yibo...
Zhan sonrió... Aunque había estado molesto por su confesión frustrada y ahora estaba definiendo que movimiento iba a hacer a continuación. No pudo evitar hacerlo. Yibo era bonito y ahora con su cabello más dorado, le añadía un toque más de dulzura a su semblante y le gustaba.
Además, el doncel se había quedado viendolo detenidamente.
— Presidente Xiao.
El pelinegro frunció el ceño. — Deberías terminar tu comida. La preparé meticulosamente con toda las indicaciones que me dieron en el hospital.
Yibo miró el plato y por un momento parecía no entender. — ¿No me digas... que? — El doncel se quedó perplejo. — ¿Tu también sabes cocinar?
— Me defiendo un poco.
Yibo se puso de pie casi atraído magneticamente por la presencia del otro.
Zhan era un hombre tan completo... Yibo sonrió y se sentó a horcajadas sobre el mirando ese cuello del pelinegro donde un par venas resultaban sensualmente.
El no podía resistirse y esperaba que Zhan no lo hiciera. Su cuerpo empezaba a sentirse caliente y el agujero empezaba a mojarse al punto de que podía sentir que su ropa interior se mojaba.
A Yibo más que el dinero o cualquier cosa material, le encantaban esas cosas que lo hacían sentir importante para alguien... Pero sumado a la naturaleza de la relación que tenía no pudo evitar definitivamente excitarse.
Habían pasado días. Necesitaba esto tanto. Por lo menos mientras Zhan encontraba una persona especial lo tomaría...
El pensamiento generó presión en su pecho. Pero Zhan se merecía ser feliz, si el lo queria... En seguida extendió su lengua tibia y acarició la extensión del cuello haciendo que el otro punzara con su entrepierna apuntando amenazante hacia sus nalgas encima de él. Yibo comenzó a gemir levemente de forma deliciosa y Zhan disfrutaba cada instante por lo que rodeo la pequeña cintura entre sus brazos.
— ¿Qué haces?
La voz de Zhan ya sonaba rasposa y aunque Yibo se tomó un par de segundos. Después desabotono su camisa exhibiendo su piel blanca, su clavícula y los exquisitos pezones rosados que estaban muy duros para entonces.
— ¿Qué cree que hago presidente Xiao?
Yibo deslizó su mano hasta alcanzar la ereccion que se sentía dura y tibia por encima de la tela del pantalón.
Zhan gruñó de nuevo y sostuvo la traviesa mano. — Tenemos que hablar.
—¿ Podemos hablar después presidente?
Zhan no sabía porque pero el tono en que Yibo pronunciaba la palabra "presidente" su cerebro hacia corto circuito. No era la palabra en sí, sino como salía cada vez de sus labios. Zhan apretó al doncel y azotó sus nalgas. Definitivamente tendrían que hablar después. No podía dejar pasar esto.Amaso sus nalgas abriendo del toda la camisa y metiendo sus manos para hacer contacto directo con la suave piel. Yibo se excito y comenzó a mecerse sobre el a la vez que la mano acariciaba el falo. Finalmente el pantalón de Zhan se humedeciendo y Yibo se sintió bastante mareado. Totalmente tentado se deslizó por el cuerpo de Zhan hasta caer de rodillas. Su garganta se secó cuando vio el gran bulto en los pantalones del otro haciendo que la tela se ciñera a su piel. Yibo se relamio los labios con anticipación y antes de hacer nada más hundió su nariz para disfrutar del aroma. Además para jugar con Zhan...