— Quiere que veamos a un especialista.
— ¿Y piensas hacerlo?
— Podríamos intentarlo. Yo no quiero que nuestro matrimonio se arruine... Yibo es... Lo es todo.
— Pero te mintió... ¿Sabes que es lo que hacen los donceles y las mujeres cuando ya tienen a otra persona?
Zhao Ling miró a Jing Chao fijamente. — ¿Qué?
— Te hacen sentir culpable! Te hacen sentir que todo es tu culpa y que si la relación falló es porque tu fallaste.
— Mi esposo no es así.
— Por favor! Zhao Ling. Dime que quieres intentarlo, que te harás el de la vista gorda. Pero todos son iguales. El dijo que yo... — Pasó entero y no se atrevió a confesarle a su amigo las palabras que su esposo le había dicho. Le dolía completamente. Su orgullo estaba deshecho... Tanto que no había sido capaz de ver la cara de Yibo durante los siguientes días.
— Sé que Yibo no es así. El no es mentiroso.
— Pero dijiste que te mintió.
— No lo entiendes.
— Lo que sea. Tenemos una junta en veinte minutos.
Zhao Ling caminó un poco por alrededor de la plaza y compró algunas flores. Quería abrazar a Yibo... Pero a la vez se sentía herido. Era evidente que Yibo tenía un problema... ¿Por qué no se lo había dicho?
Después de juntar sus cosas en la oficina. Tomó las flores... Se había dado cuenta que Yibo le había estado esperando algunas noches aveces impaciente con comida. Le había llamado y buscado de muchas maneras...
— ¿Yibo?
El castaño estaba en la habitación. A diferencia de antes. La casa estaba en silencio y casi se sentía vacía cuando llegaba. No estaba su pequeño esposo corriendo a sus brazos para recibirlo.
— Mi amor...
El otro tenía los ojos cerrados. Zhao Ling no podía decir si estaba despierto o no.
Yibo se recogió en cuanto Zhao Ling, se volvió para quitarse la chaqueta y ponerse cómodo.
Le rodeó entre los brazos y Yibo se acurruco. Fue inevitable dejar salir la tristeza desde su garganta.
— ¿Dónde has estado?
— Ocupado.
— Tan ocupado que no tienes tiempo para mi.
Zhao Ling suspiró. — Te llevare a un doctor.
— ¿Iras conmigo?
— Bebé, ¿ Tú sabes que yo no tengo ningún problema? Solo quiero apoyarte. ¿Puedes ver cuanto te amo?
Yibo tuvo una sensación amarga en su garganta. Si bien sentía que su esposo lo estaba apoyando y que por fin le hubiera dado la cara después de varios dias... fue como si todo recayera sobre el. — Está bien. – Restrego su nariz en el cuello de Zhao Ling. — Te he extrañado tanto.
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— ¿Hiciste que?
— El dijo que me llevaría al medico. Lo arreglaré... Hablaré con él médico para que me de una solución así puedo arreglar este problema.
— Yibo... — Jae cerró su boca después de que su mandíbula cayera. — Esto es un problema de pareja. Si los dos ponen de su parte, pueden encontrar una solución. Pero juntos... Esto no es algo tuyo...
— Yo se que el del problema soy yo. No Zhao Ling.
Luhan murmuro bajando la voz.
— Cielos! YIBO! Ni tu te crees eso. Son una pareja. No me parece justo que te culpes a ti. Incluso si tienes alguna condición... Es asunto de los dos...
— Buenas tardes. — Luhan se tragó sus palabras al igual que Jae, cuando Zhao Ling apareció saludandolos a todos. — Vine a llevarte para cenar.
Yibo sonrió... y se puso de pie para abrazarlo. — Mi amor! Claro que si.
— Pasemos por la casa para recoger un par de cosas y tomar una ducha.
— Está bien. — Se despidió de sus amigos y ambos se dirigieron a su vivienda.
En el trayecto no hablaron mucho pero Zhao Ling sostuvo su mano todo el tiempo.
Yibo se bajó primero un poco entusiasmado por la cita. Tenía planeado tomar un estimulante tal vez... Estaba dispuesto a hacer lo que sea...
— Buen día.
La mandíbula de Zhao Ling cayó. El hombre alto cuyo auto lujoso estaba estacionado justo al lado del suyo.
— ¿Señor Xiao?
— ¿Ya nos conocemos? Me mudé la semana pasada.
El pelinegro se acercó y le dio la mano a Zhao Ling.
— Trabajo en Beijing corporation.
— Es pequeño el mundo. Somos competencia comercial, pero como vecinos espero que nos llevemos bien.
— Bienvenido.
— Muchas gracias. Y mis disculpas. Tengo una reunión en poco tiempo.
— Claro. De nuevo bienvenido.
Una vez la velada terminó con su marido la desilusión lo golpeó de nuevo siendo incapaz de alcanzar el placer. Zhao Lin se saciò completamente.
Había extrañado el cuerpo exquisito solo para encontrar la mirada triste de Yibo una vez su cuerpo se reguló.
— ¿Cómo estuvo?
— ... — Yibo suspiró pesadamente. — Lo siento. Yo puedo hacerlo mejor. Lo arreglaré.
Zhao Ling quiso decir algo más pero la indignación con un poco de golpe en su orgullo fue grande. Cerró los ojos para no encontrar los ojos de Yibo de nuevo.
La rutina volvió a ser la misma los días siguientes.
— Tantas mujeres y donceles ardiendo por ti... Y tu aferrado a tu esposo? Zhao Ling por favor. No seas ingenuo...
Le sugirió su amigo cuando volvió a ver el mismo rostro de preocupación y enojo cuando terminara la jornada laboral y tenía que ir a casa a encontrar a Yibo.
***
Creo que habrá un salto temporal.... tal vez.