— Mnggg.
— ¿Estás bien? ¿Es cómodo?
Yibo gimió mordiendo el hombro del pelinegro. Ya su cuerpo se sentía en llamas y aunque en algún punto se sintió avergonzado por cubrir al presidente Xiao con sus jugos. Zhan no había mostrado ningún rechazo. De hecho le había besado haciendo que el mismo saboreara la esencia.
Su cuerpo se sentía como gelatina y ahora que Zhan había empujado su glande dentro de él una pequeña punzada de dolor parecía apoderarse de él. Yibo ciertamente no era virgen, pero su entrada parecía contraerse palpitando una y otra vez. Lo que hacía que apretaba a Zhan con fuerza como si quisiera tragarlo.
No tenía que fingir. Se dio cuenta en el momento en el que Zhan se había desechó de su ropa desastroza y húmeda.
— Así es como me gusta. — Dijo mientras desabotonaba su pantalon y acarició la entrada sensible en el doncel.
— Justo en el punto. — Como un buen amante y sabiendo que su pene era un poco más grande del promedio. Zhan sabía que sí estimulaba bien a su amante, no tendría que esforzarse para entrar a la fuerza. De hecho mientras encorvaba su cuerpo contra el suyo. El doncel parecía tragarlo.
Zhan parecía tranquilo, pero ciertamente podía sentir que en cualquier momento podría estimular solo un poco y tener su propio orgasmo. Su falo dolía de ver al doncel con su jugosa entrada expuesta hacia el y esos pezones rosados que se habían enrojecido por tantos besos. Las marcas alrededor de la piel blanca.
Incluso las palmas marcadas en las nalgas firmes de Yibo. Parecía que no había dejado ni medio centímetro por recorrer.
Antes de poner su falo. Miró a Yibo... y se relamio los labios.
Yibo solo podía jadear tratando de que sus cuerpos se unieran moviendo sus caderas con desesperación.
— Damelo... — Su voz estaba ronca.
Zhan acarició el cuerpo. — Incluso tu pene es hermoso. Acarició un par de veces y se separó para que su pantalon pudiera caer. Yibo salivo ante él jugoso pene que se imponia con sus venas frente a él.
El se sentó. Y tomó la polla en su boca, luciendo esos labios esponjosos normalmente color durazno totalmente rojos tratando de envolverlo. — Es tu turno. — Dijo Yibo.
Se había sentido muy bien al ser atendido de forma tan meticulosa por Zhan... Pero si algo había odiado de Zhao Lin era su falta de cuidado por sus propios deseos. Al menos, eso había aprendido.
Así que chupo y no sabía porque... Tal vez la estimulacion recibida previamente o el simple hecho de que el falo le sabía bien... O tal vez que las venas palpitantes estimulaban sus pupilas gustativas.
Yibo cerró los ojos con fuerza y Zhan apretó la mandíbula mientras trataba no solo de contener su excitacion un poco más sino también una risita debido a que Yibo parecía completamente ido chupandolo y gimiendo... Llenando su falo y sus bolas de saliva. Como si fuera lo más delicioso que provo en su vida.
Yibo fue detenido de forma abrupta después de un par de minutos en los que pudo sentir su grande chocando con lo más hondo en su garganta.
Yibo abrió los ojos. Y se hecho para atrás.
— Detente. — Gruñó. — No es en tu boca donde me voy a correr. Al menos no está vez. — Tomó el brazo de Yibo guiandolo hasta que el doncel quedó acostado sobre su cama como una de las abollonadas almohadas levantando su trasero como tributo a Zhan.
El doncel rodeó el grande con el anillo de músculos internos. Y Zhan se sintió en el maldito cielo. Sus brazos sostenían su peso detrás de Yibo por lo menos hasta que el otro se acoplara.
Cuando sintió que sus testiculoss chocaron con las nalgas firmes. Preguntó.
— ¿Estás bien? ¿Es cómodo?
Yibo asintió levantando su cabeza hacia atrás buscando el rostro y los labios del que le hablaba y mordia el lóbulo de su oreja.
Zhan le rodeó el cuello con el brazo mientras besaba a la vez que los movimientos de su cadera empezaron a golpear la prostata de Yibo una vez más. De forma incansable.
Yibo se sentía tan lleno... Tan satisfecho, y su próstata estaba tan sensible.
— Ahggg Asi... Mas.... — En otro momento no se hubiera atrevido a exigir. Tampoco sabía cuán temprano había dejado de fingir. Pero sabía que casi El 95% había sido genuino.
Su cuerpo estaba bien.
No era frigido.
No estaba roto.
De hecho el orgasmo golpeo todos sus sentidos y después de varios minutos en los que sus gemidos se combinaron con los choques entre sus nalgas y la pelvis de Zhan, además de los gruñidos del otro mientras lo apretaba en su interior.
Yibo terminó corriendose otra vez.. sintiendo el chapoteo por los líquido de ambos combinados y los espasmos de Xiao en su interior.
Su cuerpo se apoyó en la cama.
El tiempo durante su matrimonio pasó frente a sus ojos. Pero con la plenitud en su mente y la verdad en sus manos.
Que Dios lo perdonara, pero Yibo no se arrepentia de nada.
Suspiró y se volvió hacia Zhan.
— Eres insaciable...
Yibo se rio. Zhan leyó sus pensamientos y cierta complicidad surgió entre ellos. Ya que Zhan había entendido su mirada brillante.
Zhan comenzó a besarlo está vez despacio mientras su erección creció lentamente otra vez para complacerlo de nuevo como queria.
Fue poco lo que durmió esa noche. Pero cuando abrió los ojos, Yibo vio el esponjoso trasero del presidente Xiao de pie frente al ventanal tomando café.
Yibo terminó de desperezarse y abrió los ojos.
Zhan se volvió hacia el. Yibo no pudo quitarle los ojos de encima, pero cuando vio su teléfono a un lado en la cama... La realidad le golpeo tan fuerte.
— ¿Despertaste? Tengo una reunión a la que asistir. — Zhan tampoco podía dejar de mirar la hermosa cara somnolienta y el cabello revuelto.
— Cuando regreses no estaré aquí.
Aunque al comienzo, Zhan pensó en algo mas. Solo asintió y salió de la habitación ingresando al baño para alistarse.