Capítulo 19

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19.- Esta partida es nuestra.


- ¿Hoax está muerto? -Pregunté.

Mi hermano asintió. Frente a él tenía el informe que acabábamos de recibir. Faltaba poco para la hora de comer y yo tenía hambre. Sentado sobre su escritorio, con las piernas cruzadas, le miré a los ojos; la misma mirada fría y desafiante de siempre.

- No es tan grave. Ambos sabemos que no es una gran pérdida. Al fin y al cabo, era el más débil de los cuatro.

- Para ti todo el mundo es un inútil en comparación contigo -dijo mi hermano.

- Por su puesto -asentí-. Todos sois unos inútiles. Dime, ¿qué haríais sin mí?

Él no contestó. Era comprensible: sabía que yo tenía razón. Y, si se atrevía a cuestionarme, simplemente prescindiría de él. Sería un engorro tener que encontrar a otro Gobernador y mantener la estabilidad del Gobierno; aún así, Crawl para mí no tenía la menor importancia. Era sólo otra de mis fichas.

Me puse en pie y coloqué bien mi ropa, una sencilla cazadora y unos pantalones oscuros.

- No podemos pasarlo por alto, de todas formas -dije-. Sólo necesitamos al Ángel de Lucifer. Los demás no nos hacen ninguna falta. ¿Eliminó Pressure a la mujer?

- Así es. Resultó más herida de lo que pensamos, sin embargo. La están atendiendo en este momento -contestó.

- Bueno... -Susurré-, la vergüenza por haberse dejado si quiera tocar por esa rata será suficiente castigo para ella... De momento. Cuando se recupere, quiero tener una audiencia con los tres Ases restantes. ¿Te puedes hacer cargo tú? Voy a estar ocupado -anuncié.

- ¿Ocupado? ¿En qué?

- Viajes de negocios. Nada que te deba preocupar, pero no sé bien cuando volveré. Hasta entonces mantén la situación actual -ordené.

- Hay grandes posibilidades de que hayamos encontrado el centro de operaciones de una Red rebelde secreta. ¿Crees que es buena idea dejar que campen a sus anchas? -Replicó.

- Crawl, ¿has jugado alguna vez al ajedrez? -Pregunté mientras salía del despacho.

- Claro que sí.

- Entonces sabrás que cuando termina tu turno tienes que dejar que el adversario haga su movimiento. Si mueves tú todo el rato, deja de ser divertido -repliqué-; déjalos creer que tienen alguna posibilidad. Da igual lo que hagan, esta partida es nuestra.

Y cerré la puerta.

Cuando avanzaba por el pasillo dorado pude ver como las puertas del ascensor se habrían. Un joven pelirrojo, de pasos decidios y un aspecto despreocupado avanzó hacia a mi.

- Buenos días -saludó con educación.

Devolví el saludo con un movimiento de cabeza y le seguí con la mirada.

Dylan Larette. Tengo grandes planes para ti.

Abordé el ascensor con una sonrisa.

Las puertas se abrieron y caminé hasta la salida del Edificio Alfa. Nada más salir alcé la mirada hacia el tercer piso. El apartamento de Blake. Hubo saltado por los aires. Chico listo, no dejó pistas ni pruebas. Todo quedó destruido. ¿Se lo puse demasiado fácil?

Introduje ambas manos en los bolsillos de los pantalones y anduve, pensativo. Si no me equivocaba, Pressure tendría que estar siendo atendida en el Edificio Lambda. Quería hacerle un par de preguntas. También se las habría hecho a Hoax, pero él nunca volvió. En todo juego siempre se pierde alguna pieza.

El Ángel de Lucifer [Completada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora