Capítulo 27

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27.- Recibiré los golpes en su lugar.


Lo que vas a escuchar es la verdad y nada más que la verdad. La verdad de mi vida, al menos. Queda terminantemente prohibido reírse, interrumpir o sentir pena por mí. El castigo por romper mis normas es la muerte. Tenlo presente en todo momento. Con esto no pretendo que cambie tu forma de pensar sobre mí. Soy lo que soy y eso es algo imposible de cambiar. Una lástima, ¿verdad? Todo lo que pasó forma lo que pasará. Todo lo que pasó me forma a mí tal y como soy hoy en día. Nunca he sabido si eso es algo bueno o algo malo. Tampoco me he parado a analizarlo. Y es posible que todo esto no te importe, pero es algo que quiero decir. Puestos a hablar, puedo hablar todo lo que quiera y más. A veces me he sentido mal por ocultar todo lo que un día pasó y fui. Me he sentido mal sobre todo conmigo mismo. Muchas veces me preguntaba por qué no era capaz de afrontarlo, por qué no podía decirme a mí mismo que hacía demasiado tiempo que aquello había pasado y que tenía que olvidar. La causa de mis males tiene nombre, respira y, por desgracia, aún está viva. Sostengo la teoría de que una posible cura a mi dolor sea eliminar el foco de mi desgracia. Nunca la he puesto en práctica y, sinceramente, dudo ponerla en lo que me queda de vida. Una lástima, lo sé. Aunque no toda mi vida ha sido un desastre. Tengo que admitir que me he sentido feliz durante largos periodos de tiempo. Y este es uno de ellos. No entenderás cómo puedo ser feliz siendo como soy, o haciendo lo que hago, o viviendo como vivo. Pero todos somos inexplicables a los ojos de los demás, así que deja de pensar en eso. Intenta entenderme y quizás saques algo bueno de todo esto.

Tengo muchas cosas de las que arrepentirme y muchas otras de las que sentirme orgulloso. Voy a intentar no entrar en muchos detalles. No tengo todo el tiempo del mundo y, si lo tuviera, no lo malgastaría contándote mi vida. Si te quedas con ganas de saber algo más, no se admite ningún tipo de pregunta. Va a ser algo rápido, o al menos eso creo. ¿Estás listo? Voy a intentar centrarme e intentar explicarlo todo lo mejor que lo recuerdo. Para contar una historia hay que empezar por el principio, ¿no? Podría hablarte del día de mi nacimiento, o de los años que le siguieron. Pero no lo voy a hacer. En su lugar vamos a comenzar unas semanas después de que se cumplieran catorce años desde que vine al mundo. Presta atención, no pienso repetir nada.

El sol quemaba. No recuerdo qué año era. Nunca me ha gustado recordar fechas. Hacía un par de semanas que había cumplido catorce años y, aunque mis padres me decían que llegaría el día en el que dejaría de crecer, yo no les creía. Algunos demonios se detienen en plena adolescencia y, aunque su mente madura, su cuerpo no lo hace. Son adultos atrapados en un cuerpo que se les queda demasiado pequeño. Muchas veces he preguntado el por qué de ese fenómeno, de por qué llega un momento en el que se detiene nuestro crecimiento y permanecemos con la misma apariencia hasta que la muerte nos lleva con ella. Nunca he recibido una respuesta clara, y hoy en día sigo sin saberla.

Aquel día en concreto se dio un cambio significativo en mi vida. Hasta ese momento había estado viviendo dentro de mi tierna inocencia, jugando, riendo. Cosas de niños, en definitiva. Mi hermano, tres años más mayor que yo, siempre jugaba conmigo y me ayudaba a salir de los problemas en los que me metía. Siempre me decía que no tenía que hablar a los humanos. Ni si quiera tenía que mirarlos. Podría causar problemas, muchos problemas. Y eso no beneficiaba a nadie. Y yo siempre le hacía caso. Nunca caminaba más allá del bosque y, cuando olía cualquier alma humana, me daba media vuelta y corría a casa, a nuestro refugio particular. Un caserón grande y antiguo, con tres plantas y más habitaciones, pasadizos y escondrijos de los que podía memorizar por aquel entonces. Y, ese día, estaba sentado en un tronco caído y hueco a apenas diez metros del antiguo caserón edificado entre las montañas, escondido del resto del mundo tras escarpadas paredes de rocas y un denso bosque, un lugar idílico y de disfrute exclusivo.

El Ángel de Lucifer [Completada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora