16.- Despierta.
La parca acariciaba mi rostro. Sus cuencas vacías se perdían en mi mirada. Poco a poco sus huesos se recubrieron de carne. La carne de piel. Y fue tomando forma. Una figura humana se plasmó ante mí. El cuerpo desnudo y esbelto de Blake, ya sin heridas ni sangre. Me ofrecía su mano. Siempre he confiado en él. Así que, sin pensarlo dos veces, agarré su mano. Por un momento pensé que si la muerte era así, era preciosa. Aunque muriese allí, moriría al lado de la persona a la que amaba. Llegué a pensar que no era tan mal final para mí.
- Despierta -dijo.
Quise preguntarle que a qué se refería. Pero, por mucho que tratara de hablar, las palabras no aparecían. Mis labios se movían sin emitir sonido alguno. El cuerpo de Blake comenzó a difuminarse. Se iba convirtiendo en un polvo oscuro que se fundía con el aire. El espacio totalmente negro que nos rodeaba lo engulló por completo.
- Despierta -volví a escuchar.
Y desperté.
Manchas blancas y azules. Todo estaba borroso. Se asemejaba a tener una lluvia de pequeños trozos de algodón sobre los ojos. Aunque al principio pasó desapercibido, el dolor en mi cuerpo seguía presente. Me sentía atado, sujetado, oprimido. Cerré los ojos con fuerza. Me dolía la cabeza, estaba confuso. Recordé que había matado a aquel hombre, a Hoax. También recordé que había llamado a Sapphire. Y también recordé los cuerpos mutilados de Sheryll y Blake. Una punzada de preocupación me atravesó el pecho. ¿Qué habría pasado con ellos? Al final me acabé acostumbrando a la luz. Poco a poco, con cuidado y muriéndome de dolor, me incorporé. Pasé de estar tumbado a estar recostado en el sucio y frío suelo del descampado. Lo primero que vi fue una extraña máquina conectada a mi costado. Luego vi a Sapphire. Quizás debía mostrar alguna emoción o haberle dicho algo. Al contrario; simplemente la miré, confuso y moribundo, esperando que ella dijera algo. Entendió mi deseo a la perfección.
- Buenas, Klaine. Casi no lo cuentas, ¿sabes? Me debes una explicación -comentó.
Estaba arrodillada a mi lado. Parecía estar examinando algunas de mis heridas. Pero aún no me había dicho lo que yo quería escuchar.
- Después de recibir tu llamada rastreé la señal y vine en seguida con un equipo de asalto y primeros auxilios. Por su puesto, no son perros del Gobierno -continuó. Tras una pausa, resopló, irguiéndose-. Te vas a recuperar, tranquilo. El sistema de curación que tienes en el costado sirve para tratar las heridas más graves en poco tiempo. Aún así, deberías tratar de no sobrepasar tus límites en varias semanas. Es experimental.
Miré de reojo el extraño aparato. Varios nodos al rededor de la herida y unos cables que lo conectaban a una pequeña terminal portátil de color metalizado. En la pantalla de esta se podían ver algunos números y operaciones. Parecía trabajar de forma automática.
- Gracias -susurré.
- No me las des. Eres uno de mis hombres. Yo nunca dejo a un amigo tirado.
Casi me reí. Se había dado cuenta de que, desde que la conocía, me había dado miedo y la había considerado una tirana. Pero estaba equivocado.
Las palabras de Sapphire me llegaron a hacer sentir bien. Hasta que recordé a Blake y Sheryl. Fruncí los labios y me tumbé de nuevo. Apoyé un antebrazo sobre los ojos. El sol de medio día me cegaba.
- Blake ha recuperado la consciencia. Es un hombre fuerte, sin duda. Tardará en recuperarse, pero no morirá por esto -aseguró.
Sonreí. Quizás incluso derramé algunas lágrimas sin que Sapphire se diera cuenta. No se podía llegar a imaginar lo feliz que me hacían esas palabras.
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El Ángel de Lucifer [Completada]
ActionTras una guerra que acabó con la mayor parte de los humanos, los seres que siempre se habían ocultado entre las sombras, aquellos siempre temidos, surgieron de la oscuridad y el mundo cambió para siempre; la historia del Ángel de Lucifer es la pieza...