14.- Eso es lo que quería oír.
- Sapphire y yo nos conocimos hará un par de años. Yo formaba parte de las fuerzas rebeldes. Ella es una jefaza, por decirlo de alguna forma. Nadie le ha dado ese cargo, pero todo el mundo la considera una líder nata. Creo que los motivos son obvios. A parte de su buena posición política y sus buenas relaciones con el Gobernador, es innegable que es una mujer de armas tomar.
Jane hizo una pausa. Aquella mañana había amanecido un día precioso. Sol y pocas nubes. Estábamos desayunando en la amplia cocina del apartamento dónde Jane se había instalado la noche anterior. Yo aún tenía sueño.
Las tostadas estaban en su punto y la leche caliente suponía un apetecible bálsamo para mi irritada garganta. Aquello parecía un agradable desayuno entre amigos.
- Yo tuve que irme. Por mi familia. Mis padres murieron y mi hermano se quedó totalmente solo. Con sus ingresos no podría mantenerse, y mucho menos pagar los impuestos del Gobierno. Así fue como acabé trabajando en Thunder, el bar que regenta un buen amigo de mis difuntos padres.
"Dejé de tener noticias de Sapphire y de los rebeldes nada más dejar esta ciudad. Realmente quería cambiar de vida. La presión a veces se hacía insoportable. Además, no es que tener como enemigo al Gobierno sea lo más agradable del mundo. Los rebeldes se han ido haciendo más grandes gracias a los trucos y tretas de gente como Sapphire; otra de sus virtudes es que es muy inteligente. No me preguntéis cómo se las apaña, ni siquiera puedo llegar a imaginarlo. Sea como sea, nada más saber qué pretendíais supe que la única mujer que nos podría salvar el culo sería ella. Es nuestra mejor baza. Pero Sapphire es difícil de contentar, y tampoco es que cerrar tratos con ella sea muy sencillo. Es estricta y exigente. No ha cambiado mucho en estos dos años, todo tengo que decirlo."
El silencio inundó la cocina. Jane terminó su taza de café y la dejó tranquilamente en el fregadero. Nos miró a los tres, uno a uno, pero no añadió ni una palabra más. Imaginé que no era el tema de conversación más agradable para ella.
- De todas formas... - Intervino Sheryl- ¿qué crees que nos puede pedir a cambio de cobijo?
- No tengo ni idea; puede ser cualquier cosa.
Cualquier cosa. La verdad es que no me gustaba nada como sonaba eso. Cualquier cosa podrían ser muchas cosas.
- Deberíamos ir subiendo ya; son casi las doce. Supongo que nos estará esperando.
Atendiendo a las palabras de Jane, terminamos de desayunar y recogimos la cocina con su ayuda. Desfilamos hacia el ascensor y con pulsar un botón este nos dejó de nuevo frente al estrecho pasillo dorado.
Sapphire nos esperaba tecleando sobre el teclado de su elegante y sofisticado ordenador portátil de ultima generación. Cerró todas las pantallas holográficas y apartó el ordenador. Ni un atisbo de sonrisa. Simplemente nos invitó a tomar asiento, a lo que nosotros accedimos cordialmente.
- Buenos días – dijo-. Aunque sé que la cortesía es lo que menos os importa en este momento, ¿queréis tomar algo?
- No, ya hemos desayunado – contestó Jane-, gracias de todas formas.
- Mejor así. No tengo nada de comida a mano.
- Sapphire, por favor... - Intervino, de nuevo, Jane.
- Vale, vamos a tratar el problema que nos ocupa – susurró la alcaldesa-. Voy a daros protección a cambio de que me deis algo. Ese algo es, ni más ni menos, que apoyo logístico y militar.
Aquella mujer, definitivamente, estaba loca.
- ¿Cómo esperas que hagamos tal cosa? - Preguntó Blake-. ¿Es que no sabes en qué situación estamos?
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El Ángel de Lucifer [Completada]
AksiTras una guerra que acabó con la mayor parte de los humanos, los seres que siempre se habían ocultado entre las sombras, aquellos siempre temidos, surgieron de la oscuridad y el mundo cambió para siempre; la historia del Ángel de Lucifer es la pieza...