Capítulo 40

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40.- La pieza central.


El ala este del primer piso parecía libre de cualquier sospecha. En el apartamento no había ni un alma; más bien, parecía no haber estado habitado en muchísimo tiempo. Los muebles estaban envueltos en un plástico blanco que comenzaba a desteñirse. Las paredes necesitaban un buen baño de pintura y, la casa en general, una buena limpieza a fondo: el polvo parecía poder cobrar vida en cualquier momento.

Cerré la puerta con cuidado cuando salí y me encontré en el pasillo con Sapphire y Blake. Aunque seguía manteniendo una expresión de increíble cansancio trataba por todos los medios de aparentar un estado de serenidad que ninguno nos habíamos creído.

- ¿Has encontrado algo? -Preguntó la mujer.

Negué con la cabeza.

- ¿Vosotros?

Obtuve la misma respuesta. Permanecimos en silencio unos segundos: parecía poder cortarse la tensión con un cuchillo.

Nuestra situación era delicada y habíamos podido comprobar de primera mano que los Siete Demonios no habían decidido quedarse al margen. ¿Volveríamos a encontrarnos con ellos en algún momento? Algo me decía que sí.

- Henry -una voz me despertó de mis pesquisas. Miré a Blake-. Tú has coincidido varias veces con ellos.

- Por desgracia, sí.

- ¿Cómo los describirías?

Pensé en silencio. Era una pregunta que nunca creí que tendría que afrontar. Todo lo que se me ocurría sobre aquellas personas era ofensivo y poco agradable.

- Si te refieres a mi opinión sobre ellos, no es muy difícil de adivinar: los considero a todos unos capullos, hijos de puta y unos monstruos -dije fríamente-. Pero no conozco ni su pasado ni muchos de sus motivos; si ocurrió algo en sus vidas que desencadenara su comportamiento, no lo sé.

- Entiendo. Pero yo me refería más a sus personalidades, a la forma de actuar de cada uno. Cómo son en realidad fuera de esa fachada de incomprensible hostilidad. Que algo los haya vuelto así es irrelevante, porque el hecho es que a lo que nos enfrentamos es lo que son actualmente.

Cuando pretendía contestar a su pregunta escuchamos unos pasos acercarse por el extremo del pasillo. El grupo compuesto por Sheryl, Klaine y Benjamin se acercaban nosotros con una inusitada calma.

- No hemos encontrado nada -anunció la pelirroja.

- Me lo temía; malditas sabandijas escurridizas -proclamó Sapphire dejándose caer sobre el suelo.

Nos sentamos formando un semicírculo: aquella zona era un punto seguro de momento. Por lo que cinco minutos de descanso y reflexión no nos vendrían mal, sobre todo a Blake y Klaine.

- Como iba a decir -retomé el hilo de la conversación-, cada uno de los siete es un mundo; son completamente diferentes, pero todos tienen algo en común: son tremendamente retorcidos y no les importan los medios para conseguir lo que desean.

- ¿Y qué puedes decirnos de sus "cargos"? -preguntó, con un susurro, Klaine-.

- ¿Cargos?

- Sí: se hacen llamar a si mismos por unos curiosos nombres que pensamos reflejan sus cargos dentro del grupo. Por ejemplo, Hoax se hacía llamar el "As de Tréboles" y Pressure el "As de Picas" -explicó Sheryl.

- Imagino que será por algún tipo de delirio de Aris. Siempre le han gustado los juegos y trucos, así que no es de extrañar algo como eso.

- Entonces, ¿cómo son? -Volvió a preguntar Blake-. No sabemos mucho de ellos, no figuran en ninguna fuente de información de la que dispongamos. Eres el único que puede darnos algo de información. Además, aún hay un par de ellos que no conocemos.

El Ángel de Lucifer [Completada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora