El tejido de Dreganhürn había seguido avanzando como estaba convenido, de modo que la esperada fecha los había alcanzado en medio de mucha anticipación y algunas preocupaciones por parte de Ferdinand.
Si bien, las dos noches anteriores se había conformado con sostenerla entre sus brazos para charlar antes de dormir, resignado solo con ver a Bluanfah danzar por tener a todas sus diosas entre sus brazos, las dudas comenzaron a atacarlo apenas hacerse con la deseada herramienta mágica con forma de aros metálicos... ¿realmente era una buena idea entrar en la mente de su esposa para leer juntos un libro que muy seguramente no iba a poder leer?
Teniendo una memoria eidética, como la llamaba Rozemyne, Ferdinand podía recordar claramente la primera vez que había enlazado su mente a la de Rozemyne. Si, ella le había guiado a un par de bibliotecas y le había mostrado un par de libros... pero las extrañas runas en que estaban escritos le había impedido leer nada en aquel entonces. Ferdinand sospechaba que esta vez tampoco podría leer nada... por otro lado, Rozemyne había comentado que este famoso libro de las artes amatorias tenía diagramas... ¿en verdad iba a soportar ver imágenes que mostraran el arte que prodigaban en el mundo de ensueños a Brenwärme y Beischmachart? ¿no era eso demasiado descaro? ¿o Kuntzeal les habría dado en ese otro mundo algún tipo de ilustración que mostrara las diversas técnicas del libro sin ser vergonzosa?
Ferdinand suspiró con cansancio. Su curiosidad natural sumada a su asfixiante crianza no le estaban ayudando mucho en ese momento, si al menos hubiera desistido de entrar en el baile de Brenwärme y Beischmachart...
-¡Lord Ferdinand! -saludó una voz jovial a su espalda, provocándole un escalofrío y un sonrojo que sabía, por la risita mal disimulada de Justus y la mueca burlona de Hartmut, que todos habían alcanzado a ver antes de que volviera a poner su rostro estóico justo antes de voltear.
-¡Aub Alexandría! ¿es hora?
Se sintió estúpido haciendo la pregunta, sabía perfectamente que era la hora convenida debido a que no pudo concentrarse en ninguna de sus investigaciones en el laboratorio desde que dejara los instrumentos y la posión a utilizar en la habitación escondida... o comer adecuadamente durante el almuerzo con ella, su mente estaba tan motivada y su cuerpo tan deseoso de ella, que su estómago se había cerrado por completo. Era una suerte que Rozemyne no le hubiera reñido por no terminar el contenido de sus platos, ¿sería porque tomó la precaución de pedir que llevaran todas las sobras a su laboratorio de plantas fey en sandwiches?
-La quinta campanada acaba de soñar, Lord Ferdinand, vamos, sé que ha estado esperando por esta investigación todo el día.
¿Lo había descubierto?
Ferdinand observó un momento a su Gedulhd, siguiendo luego la dirección de sus ojos y encontrándose con los sándiwches a medio comer... o si, vaya que había estado esperando por esto.
Ella aguardó pacientemente a que Justus le despojara de los guantes, las botas y las extrañas batas que ella le había diseñado a él y a todos sus asistentes en el laboratorio de investigación para proteger sus ropas. Ambos comenzaron a caminar entonces hacia el pasillo que daba a la enorme biblioteca de su esposa, seguidos por ambos séquitos.
Cuando llegaron a la puerta, Ferdinand se apresuró a despachar a todos los asistentes y eruditos que los hubieran seguido, se resignó a que los caballeros se apostaran a ambos lados de la puerta, de todas maneras, la habitación oculta de la biblioteca, dentro de las habitaciones de descanso de Rozemyne estaba insonorizada, solo tendrían que activar las herramientas mágicas y colocar un par de piedras fey que él había cargado previamente para que nadie entrara.
-¿Ferdinand?
Miró a su adorada Mestionora. Estaba sonrojada observando algo en el centro de la habitación con sorpresa.
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Los Dioses del Amor
FanfictionFanfic Erótico. Proceda con precaución. RozemyneYurgensmith es una tierra de fantasía en una época un tanto medieval. Rozemyne acaba de completar su unión de las estrellas con Ferdinand y no está muy complacida por la falta de conocimientos de su co...