—¿Quieres reproducir el Giro de Dedicación? —preguntó Ferdinand sin levantar la vista de las tablillas de madera y documentos de papel vegetal en sus manos al otro lado del despacho.
—No he dicho que quiera replicarlo, es solo que... —Rozemyne dejó escapar un suspiro de fastidio en ese momento. ¿Cómo explicaba que los bailes podían usarse para otras cosas, además de para presentar el giro de dedicación en la Ceremonia de Graduación y Mayoría de Edad en la Real Academia? Si estuviera en Klassenberg tal vez sería más sencillo, o al menos, eso era lo que imaginaba.
—Pon tus ideas en orden y lo discutiremos durante la comida —sugirió Ferdinand sin dejar de moverse.
—Bien —respondió Rozemyne resignada.
Se concentró entonces en terminar su trabajo. Había solicitudes de todo tipo en su escritorio por parte de los Gieves de su ducado. Granos, soldados, dinero, mana, algunas peticiones para la imprenta. Era una suerte que esas últimas terminaran por completo en sus manos, porque había tres informes ahí que, estaba segura, las había colado Justus entre la papelería y tablillas a revisar por ella.
La joven Aub tomó esas tres, apilando el resto en un montón para revisar en cuanto terminara.
Era notable la diferencia entre las peticiones de imprenta de los gieves y las peticiones coladas por Justus, ya que estas últimas tenían información sobre las condiciones en que se encontraba el lugar, el número de habitantes, tamaño del territorio y principales fuentes de ingresos... los cuales eran muy pocos. Uno de los territorios en cuestión era incapaz de producir alimentos adecuados a pesar de los cálices de mana debido al suelo rocoso. Otro de ellos tenía costa y por alguna razón era poca la cantidad de pescados y mariscos que podían obtenerse. El último se encontraba junto a la frontera norte, resultando en un clima algo más frío de lo normal.
Decidió hacer algunas anotaciones en el territorio con playa propia, ¿no sería increíble si pudiera anexar un balneario a su Jardín de Besuchgweg? Eso seguro que atraía gente.
A continuación, rebozando todavía de emoción, Rozemyne procedió a hacer algunas anotaciones en la última hoja para verificar si era posible investigar sobre tela que siguiera siendo ligera y transpirable bajo el agua para hacer ropa que pudiera usarse para nadar en esta zona, de ser así, la tienda de moda podría presentar no solo babydolls, ropa interior y ropa de verano, también podrían enfocarse en el diseño y venta de trajes para nadar... aunque teniendo en cuenta los estándares sobre mostrar piel, no tenía muchas esperanzas en conseguir ahí un bikini sexy para lucir frente a Ferdinand, ni siquiera uno de esos trajes de baño escolares con los que Shuu parecía haber tenido un fetiche cuando pasaban por la preparatoria... dudaba mucho de que fueran a ser siquiera esos trajes de baño de abuela que había visto en fotografías a blanco y negro en algún libro de historia... suspiró, en este mundo lleno de mojigatos vergonzosos no podía pedir mucho, ¿cierto?
Puso algunas anotaciones más, quería saber cuanto costaría llevar insumos regulares de pescados y mariscos desde las otras zonas costeras además del número de granjas en el territorio. Un buen menú de playa debía incluir algo más que mariscos, por supuesto.
Una vez terminó, procedió a anotar en las otras dos una solicitud para verificar si alguna tenía termas, minerales o algún tipo de planta especial de la región para luego verificar las otras solicitudes.
Sonrió cuando terminó, estirándose un poco y escuchando la mal disimulada risa de su esposo al otro lado, encontrándose con que un par de ojos dorados la miraban divertidos.
—¿Más libros, todas mis diosas?
—No, más imprentas y tal vez una forma de aprovechar mejor las zonas de playa.
ESTÁS LEYENDO
Los Dioses del Amor
FanfictionFanfic Erótico. Proceda con precaución. RozemyneYurgensmith es una tierra de fantasía en una época un tanto medieval. Rozemyne acaba de completar su unión de las estrellas con Ferdinand y no está muy complacida por la falta de conocimientos de su co...