SS:Harmut & Clarissa. Trabajando para la diosa

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Se sentía tan emocionada como el día en que Harmut la había presentado con la fabulosa, bella, inteligente y amada por los dioses Lady Rozemyne.

Entre sus brazos llevaba el sobre dónde se ocultaban los inicios de la última idea de su señora. ¡¿Que tan fantástica, benévola y previsora podía ser su adorada Diosa para pensar en el placer del resto y compartir su sabiduría y experiencia?!

En definitiva, abandonar Dunkelferger para mudarse primero a Erenfhest y luego asentarse en la antigua Arsenbach y actual Alejandría para servir a la persona que más idolatraba en el mundo había sido la mejor decisión posible.

Su diosa les agradeció en su sala privada de lectura por el apoyo. No era necesario que les agradeciera, tanto para Harmut cómo para ella, ser útiles a su ama era la mayor recompensa de todas.

Justus también se fue, luego de convencerlos de entregarle tres de los dibujos que Lady Rozemyne les había entregado para su divino plan de reforma. Si al menos no necesitaran un dibujante para el manual...

–¿No te parece esto increíble, Harmut querido?

–¿Qué cosa, adorada esposa?

Tan pronto como fueron dejados a solas en la habitación oculta que compartían en casa, Clarissa se había sentado en el escritorio doble para sacar los papeles y examinarlos, regodeándose al poder apreciar de cerca la elegante y hermosa letra de la diosa a la que ambos rezaban y servían con fervor.

–¿No debería nuestra diosa dibujar más... hermoso?

Harmut se acercó a ella, inclinándose a su lado lo suficiente para tomar una de las ilustraciones en sus manos y analizarla.

–Nuestra amada diosa, Lady Rozemyne, nunca a dado mucha importancia a desarrollarse en el dibujo, de haberlo hecho, sus imágenes serían tan sublimes que la imprenta no podría hacerles justicia... claro que, invertir más de su preciado tiempo en practicar el arte del dibujo habría implicado menos tiempo para sus preciosos libros... y nuestra señora es nada menos que la encarnación de Mestionora misma, no de Kuntzeal .

–Lo entiendo, pero... su nivel como música es solo igualado por Lord Ferdinand, la bendición de Gramarature la ha llevado a inventar, por lo menos, un idioma distinto al nuestro para comunicarse con la familia archiducal...

–¿Sigues pensando que son dos idiomas, querida?

–He leído sus labios y los de Lord Ferdinand varias veces en el comedor, la estructura es muy diferente cuando dicen cosas como "carera gua bacades" a cuando se murmuran "yu arh mai lob", incluso sospecho que suenan diferente a sus oídos.

La mano cálida de Harmut en su espalda se sentía un poco incómoda. Solo un poco. Tal vez no se habría mostrado tan interesada en intercambiar mana cada vez que tuvieran oportunidad o en compartir una misma habitación para dormir si no viera lo feliz que parecía su Aub desde que comenzó a compartir una habitación, un lecho y una enorme cantidad de roces y muestras de afecto físico con el otro Aub de Alejandría.

Clarissa respiró hondo, soltando el aire poco a poco, levantando su mirada para ver el cuadro que colgaba de la pared. Era una imagen de Lady Rozemyne siendo pequeña, vistiendo un hábito de doncella azul del santuario e interpretando el harspiel.

–Nuestra divina Aub es amada por todos los dioses, mi querida Clarissa, ellos le han otorgado tantas bendiciones como ella ha decidido aceptar. Ahora bien, ¿cuándo y dónde deberíamos iniciar con esta investigación? Parece muy interesante.

Recargó su cara en su mano, observando a su esposo con una enorme sonrisa. Harmut se notaba especialmente entusiasmado desde que la divina Aub Rozemyne les entregará el sobre. No lograba identificar si este hombre estaba ansioso por ser de utilidad o por poner en práctica las bendiciones de Bremwärme y Beidchmachart, lo cierto es que ella se sentía curiosa por está nueva idea.

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