Desperté y lo primero que vi fue aquella flor blanca que Michael me había dado hace dos días en la azotea del edificio, la había dejado en un vaso con agua al lado de la cama, en la mesa de luz para que pueda acompañarme y calmar mis sueños. Apenas me sorprendí de encontrar glitter azul a un lado del vaso.
No tengo nada que me pueda indicar que haya alguna relación entre este brillante polvo azulado y las interacciones que he tenido junto a mi... ¿vecino guardián?
Sacudí la cabeza, como si eso fuese capaz de quitar mis alocados pensamientos aunque dudo que sean del todo irracionales. Más tarde le preguntaría a él sobre eso.
Michael me había dado alguno que otro ejercicio, como meditaciones o baños de limpieza energética, para ayudarme a quitar los restos del demonio que me poseyó, y en eso me siento mucho mejor sólo que a la hora de recordar que tengo clases compartidas con Hayden el agobio regresa a mí al igual que la confusión.
¿Y si Hayden me había hecho subir hasta ahí a propósito? Él había aparecido en el mismo momento en que estuve por intentar abrir esa puerta y no creo que haya sido para evitar que lo haga. Pero al mismo tiempo no puedo confiar del todo en esa sospecha ya que tengo la intuición de que hay algo más.
Conozco a Hayden desde la infancia, siempre lo he visto como un chico alegre, abierto y confiable, no por nada es que he desarrollado una especie de atracción hacia él. Sólo que me desconcierta que la noche en que mis sentimientos comenzaron a ser correspondidos se unan a lo que sucedió con esa puerta infernal.
—No te ves bien —escuché el comentario de parte de mi compañero, y nuevo amigo, por lo que alcé la mirada para verle, apartando mis pensamientos nuevamente.
Le vi con el ceño apenas fruncido, había escuchado más bien su voz pero no comprendí sus palabras ni mucho menos sé si me ha estado hablando desde antes que se posicione enfrente mío.
—Ha estado distraída todo el fin de semana —explicó Sam por mí, algo que no bajo la preocupación del chico.
—Sólo me levanté con la pierna izquierda —excusé viendo hacia el resto de mis compañeros esparcidos en todo el campo —, no tengo humor para el deporte esta mañana.
—¿Y si te pongo de humor?
Alcé una ceja por esa pregunta mirándole, y de un segundo a otro estaba siendo sostenida por él como si fuese un costal de papas. Más allá de la inesperada acción de su parte y estar viendo todo de cabeza, me asombra con la fuerza y ligereza con la que me mueve, a la vez que me aterra de que en una de esas tropiece y caigamos.
—¡No, Matt! ¡No! ¡Bájame!
Aunque quisiera enojarme y patearle por lo que está haciendo, aunque el miedo está presente en mi interior, no puedo evitar reír por lo que está haciendo, me siento completamente estúpida y avergonzada, pero feliz. Ambos reímos mientras me hace correr por casi media cancha.
—¡Palmer! ¡Williams!
El grito del entrenador hace que nos detengamos y volvamos hacia el grupo. Bueno, en realidad es Matt el que nos hace volver ya que no quiso bajarme hasta estar todos reunidos. Siento las miradas pícaras de mis compañeras hacia mí, yo sólo bajo la cabeza avergonzada.
Temía demasiado cruzarme a Hayden, lo bueno es que él tiene entrenamiento del equipo de fútbol así que ya me queda comprobado que por ahora no me lo cruzaré, lo malo es que seguro lo vería en la clase de historia.
—Al menos te hice sonreír —susurró Matt en mi oído haciendo que me sonroje por eso.
Le empujé en broma antes de separarnos para ir a nuestras posiciones en este casi partido de softball. Matt tiene razón, me hizo sonreír y distraer, recordarme que mientras no esté a solas con Hayden estaré bien, y en clase de historia estará Michael presente, mi guardián. ¿Qué podría salir mal?
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Elegida
ÜbernatürlichesMichael se cruza de brazos, como si no pudiera creer lo que acabo de decir. -¿Estás descubriendo que existen dioses y otras razas pero te ofendes que Santa Claus no se incluya en la lista? Hago una mueca, es un buen punto. Suspiré llevando mi cabel...