Capítulo 16

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—Realmente fue hace mucho tiempo atrás, cuando la mitad de las estrellas eran jóvenes, y no es un momento que me guste recordar. Fue una guerra terrible, quizás la más difícil que he tenido que afrontar. No por ser la primera, no por ser joven, no por ser mi hermano quien me viese a los ojos cuando juró destronar a Dios. Fue la más difícil por la pérdida de inocencia entre todos mis hermanos, nunca creíamos que seríamos capaces de enfrentarnos, es más, ni siquiera estaban los bandos definidos hasta que la pelea se desató y por su afinidad con otros los llevó a decidirse.

»Fue tan terrible, y horrible, por todo lo que desató. Incluso los dioses de otras culturas también han llegado a petrificarse porque, lamentablemente, fue un antes y un después para todos...

. . . El infierno siquiera existía como tal y cuando lo hizo, después de la caída, nos dimos cuenta que los verdaderos enemigos están más cerca de lo que parece, entre nosotros, ocultándose tras sonrisas y falsos actos bondadosos, mintiéndonos...

. . .Cam, antes de contarte mi relato debes saber que Dios no es un ser, sino un puesto. La Silla de Dios es un honor de portar para todos aquellos que son capaces, la silla te elige. Y había elegido a una deidad, todavía no era su momento para asumir porque le quedaba mucho por aprender. Nosotros, los ángeles, no teníamos del todo permitido estar cerca de Dios por su seguridad, custodiábamos otros niveles así que no estoy del todo seguro cuándo ocurrió pero en un momento a otro, esa deidad fue cegada por la sed del poder y de la ambición, usurpó el trono, y entonces todo cambió.


———

24 años después de la creación de los humanos.
Cielo.

—Esto está mal —soltó mi hermano mayor, o mejor dicho, lo escupió. Apoyado contra el pilar, viendo con sus ojos entrecerrados y sin querer llegar a ocultar su disgusto —. No tiene sentido. ¿Desde cuándo nos prohíbe reuniones con él? Tenemos que esperar a ser llamados, eso está mal.

Hice una mueca, también viendo hacia el paisaje frente a nosotros. Las luces de las estrellas en conjunto al sol va tiñendo las nubes de colores claros antes de ser cubiertos de oscuridad, en cualquier minuto las lunas reinarían nuestro cielo.

—Está muy ocupado con toda la planificación de lo que vendrá —dije sereno para defender a mi señor, mi padre. Giré mi cabeza para verlo —. Pronto nos mostrará sus planes.
—Seguiré sintiendo que hay algo mal —repuso.

Suspiré.

—¿Estás seguro que es una intuición o son emociones sin una base? —cuestioné, y todo lo que recibí fue el silencio como respuesta.

Los rayos dorados desaparecieron y los plateados aparecieron. Sentí un pequeño peso en un corazón, un anhelo, una nostalgia. Así que me puse de pie, subiendo la pequeña escalinata y apoye mi mano en el brazo de mi hermano.

—En algún momento, volverán a reunirse.

Aquellos brillantes ojos azules que desprenden los rayos tanto dorados como plateados de la primer estrella se dirigen hacia mí. Le sonreí con confianza, aunque no tenga nada que asegure mis palabras, tan sólo decido confiar, tener fe.

—Y si así fuese, no estoy seguro que quiera que vea esto —agregó él, girando hacia el frente como yo.

Ante nosotros vemos las cúpulas de los edificios del Cuarto Cielo. Está en plena construcción, pleno armado, o mejor dicho, re edificando para que vaya en simultáneo a lo que representa: la Estrella que se hizo Sol. Sus tonos tornasolados entre dorados, amarillos y anaranjados resplandecen en calidez pese a los rayos plateados.

ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora