Conozco a Hayden desde la niñez. Su padre es uno de los abogados más prestigiosos de Los Ángeles, su madre es una de las políticas más influyentes en la ciudad, su hermano mayor está estudiando en Harvard para ser médico y fue altamente reconocido en la secundaria por su alto coeficiente y haber sido capitán del equipo de fútbol americano por tres años seguidos.
Hayden, siguiendo los pasos de su hermano, busca batir ese récord por cuatro años consecutivos, es además uno de los más populares ya sea por la belleza de su físico desde que era un mocoso, por ser divertido y muy sociable, sacarse buenas notas y soler mostrarse amable. Eso sin mencionar que en su decimosexto cumpleaños recibió su primer auto, el cual aún mantiene, en vacaciones tiene grandes viajes incluso hacia el extranjero y no necesariamente con su familia sino también con amigos.
Siempre lo admiré, a veces en silencio y otras veces quedándose sin voz ni garganta en cada triunfo suyo en el equipo. No sé en qué momento comencé a sentirme atraída hacia él, quizás después de las vacaciones de verano y volví a verlo después de que la pubertad le haya pegado demasiado bien.
Sólo le comenté de mis sentimientos a Sam para que me ayude a comprenderlos, ambas concluimos aquella madrugada que es un crush o amor platónico. Nunca espere que fuese correspondida. Aquella noche de pura fiesta ambos nos habíamos acercado bastante, pero ahora que lo pienso cada vez más, dudo que haya sido realmente correspondida.
Fue el día en que Michael llegó a mi vida en que Hayden comenzó a darme otro tipo de atención, que comenzó a acercarse a mí con otros fines. Incluso ayer, cuando estaba en la enfermería, se acercó demasiado a mí pero estoy segura que lo hizo porque percibió que mi ángel guardián estaba llegando y tal cual pude percibir el día anterior, ambos se repelen y detestan por el mero hecho de ser de dos razas distintas.
Vaya ironía...
Todavía no estoy segura de sí estoy comprendiendo todo a la perfección o tan sólo me estoy perdiendo entre ideas y pensamientos, generando un gran laberinto mental.
Estos son los hechos: tanto el Cielo como el Infierno enviaron a que sea custodiada desde un cuerpo humano, uno está en mi vida desde la infancia mientras que el otro hace apenas un mes y medio. Aún no tengo respuestas de por qué es así, pero por cómo el demonio guardián me ha comentado, debo de tener algo importante como para que el mismísimo diablo se interese en mí.
Y si Dios envió a su arcángel más fuerte, ¿acaso Lucifer hizo lo mismo? Quizás Hayden no es un simple demonio, sino debe de ser alguien de alta jerarquía.
Durante la tarde, estando en una cueva hecha por mis sábanas, recordé parte de mi infancia, el cómo era acechada por pesadillas y estoy bastante segura que en una parte de mi casa se encuentran los recuerdos de mi niñez, recuerdos de los que quizás hayan pistas sobre qué es lo que sucede conmigo.
Creo que debería decirle a Miguel sobre eso, después de todo es mi guardián... Aunque ahora Hayden también lo es... Maldición... No sé cuál de los dos tiene las mejores intenciones conmigo, hasta ahora el ángel me ha estado cuidando más que el demonio pero éste último, a pesar de su sonrisa diabólica, ha mostrado preocupación hacia mí.
La alarma de mi celular suena desde la mesa de luz, la apago ni bien me siento en la cama. Me había despertado hace una hora o más, y mis pensamientos ya no me dejaban conseguir el sueño.
No. Definitivamente no le diré nada a ninguno de los dos hasta encontrar aquella caja de recuerdos, cuando lo haga plantearé todo lo que me han dicho y mientras veré en cuál de los dos puedo confiar.
Hoy es viernes, veré a mis amigos, asistiré a clases y me despejaré creando planes para el fin de semana. Sí... Es un buen plan, me daría unos días de descanso entre tantos ángeles y demonios.
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Elegida
ParanormalMichael se cruza de brazos, como si no pudiera creer lo que acabo de decir. -¿Estás descubriendo que existen dioses y otras razas pero te ofendes que Santa Claus no se incluya en la lista? Hago una mueca, es un buen punto. Suspiré llevando mi cabel...