La fundacion

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Narrador omnisciente

En un largo pasillo, caminaba un hombro bien vestido. Su paso era lento, pero firme, resonando en cada rincón del lugar.

Mientras el humo de un cigarrillo manchaba las más hermosas obras de arte, el hombre  ni se inmutaba. No se tomaba ni un segundo para apreciar las pinturas, iba con prisa.

Al final del pasillo, una enorme puerta lo esperaba. La abrió sin tocar y frunció el ceño cuando vi a un joven arrecostado en su silla.

¿?: Oh, señor Valk, que placer verlo de nuevo.

Valk: -[Por unos segundos miró al joven, y escupió con odio las siguientes palabras]- ¿Quién te dio el permiso de entrar en mi oficina? Quítate inmediatamente de mi silla, si no quieres que te regrese al laboratorio del que saliste, maldita rata.

Sin inmutarse, el joven empezó a reír burlonamente y se levantó de la silla.

¿?: Oh...Señor, ¿Usted cree que eso me asusta? Por favor, ya fui su rata de laboratorio tanto tiempo, que honestamente sus amenazas son halagos para mí -[Se acercó con paso jugueton a él]-

Valk: -[Apretó el puño con rabia, sin embargo, suspiró intentando calmarse y caminó hasta su escritorio]- Bueno, si así funciona, entonces tendré que eliminarte, tal vez un nuevo experimento no sea tan adicto a esto como usted...-[Sacó una caja de jeringas, con la droga que alteraba la fuerza, y capacidad humana]- Será tardado, pero, podría encontrar otro sujeto, y...Seguir usando a ese estúpido y su hermana, mientras tanto.

¿?: ¡¡!! -[Al escuchar el tintineo de las botellas, el chico volteó desesperado para ver a Valk, no obstante, intentó mantener algo la compostura]- N-n...Ejem, no, eso no será necesario, Sr.Valk, usted sabe que le soy obediente, más allá del miedo, lo respeto -[Mintió]- y sería un honor para mí, ser su mano derecha...

Valk: Jajajaja...-[Su risa burlona se dejó escuchar unos segundos en la oficina cerrada, haciendo eco entre las paredes]- Serás una maldita rata adicta, pero, tienes buen sentido del humor, ¿Mi mano derecha? Jajaja...No digas estupideces -[Le lanzó una botella del suero]- Y mejor cállate de una vez, necesito ponerte a prueba...

Antes de que tan siquiera el suero lo hubiera alcanzado, el chico de cabello negro se abalanzó sobre el para tomarlo. De forma desesperada abrió la botella y lo bebió todo. El ardor en la garganta, no le dio más que alivio y gozo. Era adicto a ese suero, tanto como para humillarse, mentir e incluso, perder la vida solo por una muestra.

Por eso él estaba ahí, por eso ese chico agresivo, testarudo y vulgar, obedecía a ese sujeto sentado tras el escritorio, aunque no podía evitar controlar su temperamento burlón y jugueton.

Valk miró con repudio al joven, mientras guardaba el resto de frascos en su caja fuerte y suspiraba. Crear a esos humanos con habilidades especiales, no era nada fácil, y haber desperdiciado tanto suero y tiempo en ese joven, era lo único que le impedía no asesinarlo por ser un experimento fallido.

Además, era adicto al suero, sí, pero eso lo podría volver más fuerte a futuro, y manipulable.  Valk solo tendría que saber jugar sus cartas, y luego, se podría deshacer de primer experimento, y su hermana.

Con un bufido molesto, se dejó caer en el escritorio, y miró al joven algunos segundos.

El chico parecía acelerado, y su pequeña figura era notoriamente más robusta. De una forma repentina, se acercó al escritorio de Valk y este rápidamente lo detuvo, apuntándole a la cabeza.

Valk: Quieto, ni lo intentes...-[Siseo amenazante]- tengo un trabajo, y debes cumplirlo inmediatamente. Deja de perder el maldito tiempo, y demuestra que no fuiste un desperdicio de suero. Tal vez así...Te de más...

La Deuda de un Predador  (Depredador x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora