La Deuda de un Predador (Depredador x Lectora)

Mi veneno

¿Qué es tu amor para mí?
Cura mi alma con promesas de una mejor vida, me hace sonreír y da un motivo, pero...
Todo eso es falso porque te iras.
Entonces...
¿Acaso es el más letal
de todos los venenos?
Si así es...
Quiero morir intoxicada

Narra: Kerck

Desperté cuando sentí un peso en mi pecho.

Al abrir los ojos, esa bola de pelos estaba acostándose sobre mí. Ni siquiera me prestó atención cuando me moví sutilmente para darle a entender que ya estaba despierto.

Algunas veces parece que ese animal me trata con inferior, aún así, no me gusta despertarlo, se ve muy tierno, pequeñito y suave, no obstante ¡¡Quiero acariciarlo y no puedo!! La última vez me mordió.

Es mejor solo admirarlo ¿No?

Antes de poder seguir pensando en eso, las otras dos plagas aparecieron. El de color café se lanzó en la cama y comenzó a lamer mi rostro.

Me sobresalte cuando lo hizo y la bola de pelos pareció molestarse por el disturbio. Se levantó y, tan rápido como me usó de cama, se fue.

El otro pareció aún más entretenido y se metió bajo las cobijas para comenzar a caminar por todos lados. Me hacía cosquillas.

Intentaba quitarlo, pero, era muy escurridizo y temí hacerle daño. Me quedé quieto y él pareció perder el interés en jugar.

Salió de las cobijas y se acostó a mi lado, aún moviendo la cola emocionado.

Yo aproveché para calmarme y no pude evitar sonreír ¿Cuándo me habían despertado así? Con juegos y bromas.

Solo en mi infancia.

Mis hermanos mayores llegaban a hacerme cosquillas o me empujaban de la cama. Nos terminábamos batiendo en una guerra de almohadas hasta que nuestra madre llegaba para enviarnos al entrenamiento.

Eran buenos tiempos.

En fin...Desvíe mi mirada intentando alejarme de esos recuerdos para no caer nuevamente en la melancolía. Por suerte, tuve éxito en mi plan.

Vi al otro animal mirándome desde la orilla de la cama, sus enormes ojos se clavaban en mí mientras movía la cola de un lado a otro.

Me quedé atento a sus movimientos por varios minutos, no obstante...Parecía estar esperando algo.

Lo supe cuando se levantó en sus dos pequeñas patas traseras y comenzó a rasguñar la orilla de mi cama. Se quería subir.

Lo seguí mirando por varios minutos y terminó convenciendome. Lo tomé con cuidado mientras él movía la cola aún más emocionado. Al final, lo acosté junto a su hermano.

Eran criaturas curiosas.

Estando tan cerca pude notar que tenían collares colgando de sus cuellos. Los miré con atención y sus dos nombres resaltaron en las placas.