49.

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Aunque al principio todo apuntaba a que mi situación iba mejorando, últimamente me siento mal porque nada de lo que hago me satisface y todavía no decido que hacer con mi vida. Doyoung no me presiona, al contrario, dice que me tome cuanto tiempo necesite.

Él pasa muy ocupado y Johnny es el único disponible para mí, lastimosamente pronto regresará a Chicago con su familia. Me lleva a comer, dar paseos en lugares recreativos y a veces me distrae con sus lecciones de inglés, pero aún con su carismática presencia a mi lado me cuesta sacar una sonrisa genuina. Lo peor es que mi apetito ha disminuido otra vez.

Los pensamientos nostálgicos surgen con demasiada frecuencia y siempre busco confort en la carta que Minho me envió, cosa que me hace sentir ridícula.

Quiero volver y estar con los chicos.

Justo ahora estoy rodeada por la oscuridad de la habitación. Hace como cinco minutos que dejé de llorar y no puedo controlar los sollozos.

Esto no es algo nuevo, pero soy la única que sabe del sinnúmero de noches que he pasado despierta porque, como dije desde un principio, no quiero robarle la paz a mi hermano con mis problemas. Él sabe que no estoy en mi mejor momento, pero no tiene idea de los ataques depresivos que vengo sufriendo desde el primer día.

Estoy perdiendo la cabeza y cada día extraño más a Minho, con quien no he vuelto a hablar desde el incidente con Hwamin. Le volví a escribir saludándolo, pero no contestó y de hecho el mensaje ni siquiera le llegó. ¿Por qué? ¿Acaso me bloqueó? Sonó muy distante la última vez que hablamos, así que...

Limpio mis ojos cuando siento que las lágrimas vuelven a acumularse. Tsk, ¿no se supone que esto era lo mejor? ¿Por qué voy de mal en peor? Bueno, nadie dijo que sería fácil.

El brillo de mi celular me distrae cuando llega una notificación, entonces lo agarro.

Dodo🐰:
Estás despierta?

Yo:
No puedo dormir
Tú donde estás?

Dodo🐰:
De camino a tu cuarto

Bajo el celular y salgo de la cama para quitarle el seguro a la puerta, posteriormente, vuelvo a la calidez de mi sábana. Doyoung aparece poco después.

—Hola —dice al cruzar el umbral. Yo no respondo y Doyoung se sienta a la orilla de la cama, comenzando a acariciar mi cabello—. ¿Por qué sigues despierta?

—Insomnio, supongo...

El suspira cuando la tenue claridad de la habitación le permite ver mi rostro.

—¿Pasó algo otra vez?

—¿Mhm? No, es sólo que no me siento muy bien.

—¿Por qué?

—Sigo sintiéndome un poco rara en este lugar.

—¿No te gusta? ¿Alguien te ha dicho algo? ¿Nara, Johnny o mis demás amigos?

—No, para nada. Simplemente aún no me acostumbro.

—Es por él, ¿verdad? —continúa acariciando mi cabello. De nada servirá seguir poniendo excusas, por lo que me limito a asentir— ¿Lo extrañas tanto así?

—Es que es difícil para mí porque estábamos acostumbrados a estar juntos todo el tiempo.

—Ya veo... —eleva ambas cejas—... Pero si regresas, ¿cuál es el punto? Si estás con él, la pasas mal, si no estás con él, también y ¿entonces?

—Perdón, sé que me trajiste para mejorar, pero estoy aquí atascada y sé que me sentiré más sola una vez que Johnny se vaya.

—Eso es mi culpa. Prometo hacer tiempo para...

Grietas del Corazón ; Lee MinhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora