Grietas del Corazón ; Lee Minho

52.

Minho tiene el corazón acelerado y sus manos sudan por el nerviosismo; ha estado sintiéndose así desde que tomó el vuelo. También hay tres cosas que llamaron su atención. En primer lugar: opina que se ve preciosa con ropa deportiva, segundo: ¿quién es ese chico y por qué la trae en su espalda? Tercero: no lleva puesto el anillo que le regaló y eso generó un pinchazo raro en su pecho.

Ella baja de la espalda de Johnny, pero permanece junto a él. Mira fijamente al pelinegro, frunciendo el ceño, y Minho no sabe si es por confusión o disgusto.

Lo cierto es que ella está igual de nerviosa y sobre todo en estado de shock. Jamás esperó reencontrarse con el amor de su vida tan pronto.

—Johnny, adelántate a entrar a casa. Iré en un segundo.

El más alto no dice nada y simplemente desaparece por la entrada.

—¿Por qué estás aquí?

Tanto su voz como la distancia que impone le hacen creer a Minho que no está contenta con su aparición. Él lo entiende, ha sido algo repentino.

Minho se muerde la lengua y vuelve a mentir—. Vine por... cuestiones de trabajo.

—Aah... —asiente despacio—... Ya veo.

—Sí... ¿Me prestas unos minutos de tu tiempo? Quiero hablar contigo en un lugar donde seamos solos tú y yo.

—Entraré a cambiarme rápido. ¿Te molesta esperar o tienes algo que hacer?

—No, está bien, ve. Yo esperaré.

Ella asiente y corre adentro. Cuando la puerta se cierra, esa cara dura que exhibía segundos atrás ahora modela una enorme sonrisa, sus dos manos están en su pecho y suspira embelesada. Johnny la mira con una mezcla de extrañeza y ternura. Aún con todas las semanas que lleva conviviendo con ella, nunca la vio tan feliz como ese momento.

—Cuando mencionaste lo de Jaehyun, ¿te referías a que te pidió la dirección de la casa, verdad? —lo señala, inculpándolo— Tú sabías de esto.

—Yo creí que Jaehyun era quien viajaría.

—¡No importa! —brinca de felicidad— ¡Minho está aquí, Johnny!

Lo zarandea, emocionada, mientras él la ve como si fuese un bicho raro. Hace unos segundos parecía estar molesta y ahora sonríe como si no hubiera un mañana.

—Contrólate. —la toma por los hombros para estabilizarla.

—Se me va a salir el corazón —cubre su boca, sintiéndose incapaz de dejar de sonreír—. ¡Debo alistarme! ¡Está esperándome allá afuera!

Se aparta de Johnny y corre exultante a su habitación en busca de un atuendo bonito para vestir.

》Perspectiva de Minho:

Me encuentro jugando con la nieve entre mis zapatos, ensayando en mi cabeza las palabras correctas para decirle. Se me dificulta concentrarme porque no puedo dejar de pensar en lo hermosa que está. Luce muy sana y eso me pone contento.

La espera se prolonga como por quince minutos hasta que ella por fin sale. Viste unos jeans amplios y una blusa manga larga que se ajusta a su torso. Dios mío, sí que es perfecta. Su encanto es algo difícil de ignorar y mis ojos la recorren sin disimulo.

—Perdón por la espera, estaba un poquito sudada y me sentía incómoda. —sonríe avergonzada. Es tan tierna.

—Oh... Sí.

¡Reacciona, Minho!

El otro chico también aparece en ese momento, quitándome la oportunidad de decir algo más.