35.

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Se ha ganado mi indiferencia, razón por la que no me le acerqué en todo el día. Me envió un mensaje de buenos días, pero respondí tarde y con actitud tajante, pero aquí me tiene como estúpida haciendo un álbum de fotografías nuestras.

Quise pegar en mi nuevo diario (donde sólo escribo cosas positivas) todas las fotos que nos sacamos. Planeo enseñárselo después, pero primero debo esperar a que se me pase el enojo, aunque bueno, ni siquiera soy consciente de todas las sonrisas que se me han escapado mientras veo las imágenes y redacto las anécdotas detrás de cada una.

Es viernes, lo que significa que se irá en la noche y no lo veré hasta el domingo o lunes por la mañana. Ash, es un insoportable pero lo voy a extrañar.

La casa está en completo silencio así que fácilmente percibo unos toques sutiles en la puerta, los cuales decido ignorar al creer que sólo es mi imaginación. Digo, sonó demasiado suave como para que haya sido una persona.

Continúo pegando y escribiendo en mi libreta hasta que otros toques rompen mi concentración.

Gruño por lo bajo y me levanto de mala gana, abro la puerta y no encuentro a nadie. ¿Qué demonios pudo haber sido? No puede ser Suzie, pues me dijo que apenas viene en camino. Observo alrededor en busca de pistas, pero una enorme tranquilidad es lo único que me recibe y entonces mi mirada cae al suelo; hay una cajita de color amarillo.

No he pedido ningún paquete. ¿Podrá ser que se equivocaron? Lo tomo y regreso adentro. Hay una nota pegada en la parte superior, tal vez eso me ayude a saber a quién pertenece.

«Reconozco que actué mal y que no estoy en derecho de elegir tus amistades. Confío en ti y sé que nunca permitirías que Jaehyun sobrepase los límites, así que te ofrezco mis disculpas y queda en ti si las aceptas o no.
-Con amor, Mininho.

P.D: Espero te guste lo que te cociné».

Oh.

Tras leerlo, abro la caja y me topo con una bandeja de comida, una flor y tres chocolates. Quiero fingir que soy fuerte y que su gesto no me ha doblegado el corazón, pero no puedo, sobre todo porque él también ha doblegado su orgullo y usado el sobrenombre que tanto detesta.

Pongo la cajita a un lado y agarro mi celular para marcar su número. Él no se demora en atender.

—Dime.

—... Recibí tu regalo.

—¿Lo probaste?

—Aún no...

Un silencio breve predomina en la línea.

—Entonces... ¿estás de humor para venir afuera?

—¿Estás afuera?

—¿Crees que me iría sin despedirme?

Y bueno, ahí murió mi orgullo.

Basta con oír esto para soltar el móvil y correr afuera. Él está allí, recargado contra su auto y mirándome fijamente, entonces corro a sus brazos y me apretuja cariñosamente.

—Lamento haberte hecho enojar. No trato de excusarme, es sólo que me sentía bajo mucha presión y cuando estoy así actúo sin pensar.

—Está bien, sólo contrólate un poco. Tus celos son absurdos.

—No son específicamente celos, es recelo.

—¿Pero por qué? —me separo para mirarlo a los ojos.

—No sé, Jaehyun es muy apegado a Hwamin y por eso no me fío.

—¿Que Hwamin no es buena persona?

Grietas del Corazón ; Lee MinhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora