Capítulo 44

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Las historias vergonzosas de Eslay y Aleksei están presentes durante toda la cena, y la increíble lista de locuras que hicieron antes de mudarse a Nueva York. Y, aunque había muchas cosas de las que reírse, ninguno de los dos parecía avergonzado de lo hecho en el pasado; lo que es más, ambos parecían tener mucho aprecio a esos recuerdos.

El par de hermanos se parece mucho entre sí, y se aprecian mucho. No hace falta hablar sobre el cariño, el amor, que ambos le tienen a su madre; es algo muy especial lo que tiene esta familia, y no es raro el saber porqué después de la pequeña conversación que tuve con Nina.

Apenas la conozco y ya le estoy tomando aprecio.

Todo termina de manera agradable, y al final de la noche nos despedimos de Nina y Aleksei, a quienes lo recoge Nikolai, un hombre de cabello rubio canoso, bastante gentil. Después de despedirnos, Eslay y yo nos quedamos en el auto hasta ver a los demás desaparecer, solo con su mano en la mía, y Matt siendo el único que hace ruido al tamborilear sus dedos sobre el volante.

—Fue agradable —comento, rompiendo el silencio—. Ambos lo son.

—Aleksei parece un ángel, pero no lo es. —La sonrisa en sus labios me dice que no habla enserio—. Tiene mucha influencia de Matt.

—¡Culpable! —dice Matt, comenzando a conducir.

Mi sonrisa se borra al instante—. Te refieres a…

—¿A qué? —cuestiona Eslay, y se queda pensando en ello hasta que reacciona—. ¡Oh, no! —Ríe—. No creo que haya tenido esa conversación con Matthew. Desgraciadamente me tocó hacerme cargo de esa parte en su adolescencia.

Sonrío sin poder evitarlo, tan solo con imaginar a Eslay actuando como un padre para alguien, e inmediatamente llevo mi mano libre a mi vientre, solo dejando que mi mano repose allí.

—En algún momento te tocará hacerlo de nuevo.

—No, de eso te encargarás tú —responde de inmediato, pasándome la pelota antes de que incluso nazca.

—Yo lo haré —se ofrece Matt, con una sonrisa surcando su rostro de manera malévola.

—¡No! —le advierto—. ¿Imagina que sea niña? Sería demasiado turbio que le des la charla. Lo que es más, creo que te asesinaría.

—Primero yo. —La expresión de Eslay se transforma; pasa de ser seria a haber advertencia en ella, como si con solo mirarlo le dijera a Matt que es un hombre muerto.

Zanjado esa conversación luego de eso, llegamos a la mansión, con Eslay cada vez más y más cerca de mí. Antes de bajar del auto me quito los zapatos, sintiendo que mis pies podrían quedarse atorados en ellos si siguieran puestos otro minuto más, y agradezco tener pantimedias, porque detesto cuando mis pies se ensucian.

Eslay me ayuda a bajar, y segundos después de cruzar la puerta de entrada deja caer su cabeza en mi hombro, haciendo un extraño quejido antes de decir:

—Creo que estoy ebrio.

—Eslay, bebiste solo una copa de vino. —Río, empujando su cabeza con mi hombro, pero él continúa allí—. Y pareces muy bien coordinado.

—No estás ebrio. —Aún así, paso mi mano por su cintura, y él es quien termina ayudándome a subir las escaleras. Mi barriga no está allí solo para darle una incubadora a mi bebé, sino también para estorbarme al caminar; en algún momento ya no podré subirlas.

—¿No puedes solo fingir que lo estoy y cuidarme?

Me río, notando que Eslay puede ser adorable a veces.

De un Mafioso | Clan Crawford #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora