De un Mafioso | Clan Crawford #1

Capítulo 41

ADVERTENCIA DE CONTENIDO.

El siguiente capítulo puede contener menciones que, para algunxs lectores puede ser fuerte. Se recomienda discreción.

Capítulo dedicado a AndreaVelderrain1

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Tengo mucho miedo.

Y no tengo idea de cómo controlarme; jamás había sentido tanto terror, unas palabras jamás me habían asustado tanto, y nadie antes me había parecido tan tétrico como Zeke me lo parece. Mi cuerpo se sacude con pequeños temblores debido a los sollozos silenciosos que estoy dejando escapar. Un horrible sentimiento se instala en mi pecho, uno parecido a la desesperación y desolación unidos.

Intento zafar mis manos y pies, intento de todo para poder deshacerme, pero es inútil. No son esposas lo que me sujetan, sino cuerdas, y cada movimiento hace fricción sobre mi piel, quemándome. Está demasiado ajustado, y en la posición en la que me encuentro me resulta difícil. No estoy en una cama, estoy de pie, amarrada y con los ojos vendados; mi cuerpo está cansado y adolorido… Ya no puedo más.

¡Mierda, ya no lo soporto más!

Un ambiguo sentimiento me golpea como una fuerte ola, y comienzo a llorar como no lo había hecho hasta ahora. Me siento impotente, terriblemente asustada, y solo quiero rendirme. Ya no quiero hacer esto, no más. Mi vida ya no es mi vida, mis decisiones le pertenecen a los demás, y ahora, más que nunca, lo sé.

Me dejo caer hacia delante, ya no teniendo fuerzas para sostenerme por mí misma, y eso hace que mis brazos duelan muchísimo, pero mi voluntad no está de mi lado este día. En mi cabeza sigo intentando recordar en qué momento todo se fue a la mierda, en qué momento se empezó a desmoronar mi vida, y ni siquiera tengo una respuesta para eso.

¿Fue en el momento en que mis padres murieron?

¿Cuando ni siquiera nuestro familiares quisieron darnos una casa?

¿Cuando escapamos de la casa de ellos y nos ocultamos de servicios sociales?

No, nosotros estábamos muy bien en esos momentos, éramos los reyes de las calles que apenas conocíamos porque éramos nuevos. Era una vida a la que no estábamos acostumbrados, pero a la que nos adecuamos rápidamente y… Tal vez ese fue nuestro mayor error. Tantos años viviendo de comida robada, aprendiendo a pelear para que no nos quiten lo poco que nos pertenecía. Y, entonces, yo tuve que arruinarlo todo. ¡Mierda! Era una adolescente cansada de todo, cansada de las personas que nos hacían menos y subestimaban… Ella no tenía nada que ver, era inocente, y no tenía la culpa de todo lo que Chase y yo pasamos.

Entonces, solo porque tuve un jodido día de mierda… la asesiné. Dos segundos después de haber disparado a su cabeza, dos segundos después de que la sangre me salpicara, solo dos segundos después de haber cometido el más grande error de mi vida, me di cuenta de lo que había hecho. Y lloré, y grité, y ni aún después de diez años puedo sacar la culpa que cargo, no solo por ella, sino por Chase.

Arruiné la vida de la única persona que me importaba, y la única a la que le importaba. Y todo por nada. Y, ahora, creí que estaba haciendo las cosas bien, estábamos bien, nadie nos juzgaba, éramos normales. Moví un ladrillo flojo en la hermosa pared, y todo se derrumbó de nuevo. ¿Por qué?

«Que se joda Eslay. Definitivamente estaremos mejor sin él».

«Eres mi mejor amiga».