Capítulo 51

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Despierto no sé cuánto tiempo después, y no estoy en el hospital, sino en mi habitación de hotel, y el ruido del agua de la ducha cayendo llega hasta mí, mientras un tarareo que conozco hace eco por las paredes del baño hasta mí. Inmediatamente sé que es Chase porque esa canción, específicamente, es una que nuestro padre solía cantarnos de pequeños; supongo que visitar el cementerio también le trajo muchos recuerdos.

Me sorprendo cuando me acomodo en la cama, y ninguna parte de mi cuerpo se siente adolorida; ni siquiera siento la molestia en mi vientre, y tengo que preguntarme si eso es algo bueno o algo malo. Froto mis ojos, y termino inclinándome hacia la mesita de noche para beber del vaso que se encuentra con poco menos de la mitad de agua. Ahora que mi garganta se siente menos seca, la aclaro y llamo:

—¿Chase?

El ruido del agua cayendo cesa inmediatamente, y oigo movimiento en el baño antes de que mi hermano se asome por la puerta, goteando agua de su cabello y envuelto casi herméticamente en una bata. Sonríe al verme.

—¡Estás despierta! Eso es bueno —Se me acerca con una sonrisa, y sin importarle que su humedad pase hasta la cama, se sienta a mi lado y toma mi mano—. Ya estaba preocupándome, aunque el doctor dijo que no es nada grabe. —Suspira—. Me cagué, Riv, nunca te había visto tan mal… Bueno, te he visto mal, pero verte después, a verlo durante… Hay veinte sustos de diferencia, sobre todo cuando te desmayas en un cementerio.

—Lo siento, no sé qué me pasó —respondo con una mueca de disculpa—. Solo perdí el equilibrio, y mi presión descendió.

—Eso mismo explicó el doctor. ¿Cómo te sientes ahora?

—Mucho mejor. —Me da una mirada suspicaz—. ¡Lo juro! Estoy muy bien. Deberías secarte o te resfriaras.

—Eso es un mito, pero te haré caso.

Justo en ese instante tocan a la puerta, y Chase se pone de pie, entreabriendo la puerta antes de abrirla por completo mostrando a Axe. Tiene dos bolsas de comida en la mano, y una expresión de cansancio que me hace sentir culpable. Me pregunto si anoche habrá dormido suficiente; en Tampa no hay peligro real para mí, pero no creo que él lo sepa. ¿Qué tal si pasó parte de la noche vigilando? Si le teme a Eslay, entonces seguramente lo habrá hecho.

—La comida del hotel no es de las mejores —dice Axe, entrando en la habitación y dejando todo en el sofá a los pies de la cama.

—Iré a vestirme —dice Chase, llamando nuestra atención mientras apunta a su bata—. Y haré una llamada, por lo que puede que tarde un poco.

Y con “tardar un poco” sé que se refiere a que probablemente, como anoche, no volverá a la habitación. Y está bien, no quiero sentirme como una niña que está siendo controlada las veinticuatro horas del día. Tengo mis momentos de desear atención, y mis momentos de desear soledad… Ahora estoy en un punto intermedio en el que estar con Axe es suficiente para mí.

Chase me lanza un beso exagerado, y entonces sale de la habitación con cautela, y sonrío divertida al oírlo correr hasta su habitación. No escucho la puerta cerrarse, pero asumo que ya está dentro, así que vuelvo mi atención a Axe y al aroma de la comida que comienza a inundar la habitación.

Olfateo y luego suspiro, sintiéndome hambrienta.

—¿Cuánto te paga Eslay? —pregunto, acomodándome para sentarme—. No creo que lo suficiente para cumplir todos mis caprichos.

—No, eso es cierto. —Ríe, comenzando a sacar las cosas de las bolsas—. Pero esto lo hago por gusto. Me recuerdas a mi hermana mayor. Ella es madre soltera, así que estuve allí para ella hasta que la bebé nació.

De un Mafioso | Clan Crawford #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora