De un Mafioso | Clan Crawford #1

Capítulo 30

Mi ceño está fruncido, mus brazos cruzados, al igual que mis piernas, y con mi dedo doy golpecito cerca de mi codo, demostrando de una manera no verbal mi inconformidad y molestia con Eslay, Matt, e incluso Troch. Ruedo los ojos, considerando que haber venido fue una mala idea, ya que ninguno de los hombres que tengo frente a mí puede decirme qué es lo que le ocurrió a mi mejor amiga.

La única persona que realmente parece estar haciendo algo al respecto es Chase, a quien puse como condición para venir, no confiando en lo más mínimo en mí; él está junto a otro empleado de Eslay, y ambos están utilizando las computadoras para ver si logran localizar el smartwatch de Cassie... en caso de que la conexión con su celular no se haya roto por la distancia, y esté conectado a alguna red.

Además de ello, una mujer, creo que se llama Olenka, a penas llegué comenzó a interrogarme junto con Axe, y luego de saber los pocos detalles físicos que ambos pudimos nombrar, la mujer simplemente se fue. No sé qué es lo que fue a hacer, y realmente me pregunto si quiero preguntarlo después de saber que ella se encargó de asesinar a la mujer de anoche.

-¿Podemos hablar en privado?

-No -respondo a Eslay de inmediato-. Todavía no acabó el tiempo que te pedí, no podemos estar a solas.

-River, no seas absurda. -Detengo mi dedo y levanto mi ceja hacia él-. Estás siendo infantil justo ahora.

-No, sucede que tengo otras preocupaciones en mi mente. Lo siento si cumplir tus caprichos de niño en cuerpo de adulto no son mi prioridad.

La sensación de escalofrío al pensar en cómo estará Cassie todavía no desaparece, y de vez en cuando me encuentro sintiendo ansiedad y con necesidad de acurrucarme en un rincón del sofá, y simplemente dejar que Eslay me abrace.

Oigo a Eslay suspirar, y levanto la vista hacia él en el momento justo en que frota sus manos contra su rostro y se pone de pie, para luego sentarse en el sofá junto a mí con una extraña expresión en su rostro. Casi parece que estuviera teniendo una lucha interna, mientras cierra y abre sus labios, cortando cada palabra que quiere salir.

-¿Quieres decir algo?

-No soy bueno consolando a las personas... -comienza, acercándose cada vez más hacia mí, de manera casi imperceptible-. Y no tengo idea de cómo hacerte sentir mejor. Yo no hago esta mierda, no consuelo a las personas; me importan un carajo, para ser honesto.

Lo miro en silencio y con atención, solo esperando sus siguientes palabras, y esperando que no salga una estupidez de sus labios. Finalmente toma mi mano, solo enganchando nuestros dedos índices, y de manera inconsciente le dejo entrelazar nuestros dedos juntos. Eso, de alguna manera, me hace sentir ligeramente reconfortada; su palma es cálida y suave, a pesar de sentir algunos callos duros. Asumo que Eslay no es la clase de hombre que toma de las manos, o dice cosas bonitas, por lo que a una parte de mí este simple gesto la vuelve completamente loca y blanda... me vuelve completamente loca y blanda.

-¿Entonces? ¿Se supone que estás intentándolo conmigo?

-Honestamente, no lo sé. Te lo dije, no hago esto de consolar a las personas. -Lleva una mano hasta mis rodillas juntas, y me hace colocar las piernas sobre las de él, dejándome exactamente donde me quiere.

De repente me vuelvo más consciente de él y la cercanía de su cuerpo, la cual se va acortando cada vez más y más, sintiendo el calor que emana y lo bien que huele. Todos mis sentidos se vuelven casi obsoletos, excepto el tacto; puedo sentir cada parte de mi cuerpo donde Eslay está tocando. Mi mano arde mientras la aprieta un poco, y en cuanto toca mi espalda baja para acercarme un poco más a él, retengo la respiración y me concentro en pasar saliva con normalidad.