Capítulo 37

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Me han mimado, regañado y limitado; todo desde hace seis días, después de haber estado en el hospital. En el momento en que me dieron el alta y fui a la mansión dejé de ser una persona, y pasé a ser una condición. No hubo nada que Eslay me dejara hacer, más que mi trabajo desde la computadora, donde, por supuesto, tuve una humillante videollamada con mi jefe teniéndolo a mi lado, explicando las razones por las que, temporalmente, ya no iría a trabajar a la oficina y haría todo desde la casa.

No exagero cuando digo que incluso monitorearon mis pasos, y cuando Eslay no estaba conmigo, o lo estaba Matt o algún prospecto. Algunas atenciones se sentían bien, tengo que admitirlo; Eslay incluso se quedaba en la cama conmigo hasta que me quedaba dormido… Aunque hubiera preferido que pasara allí toda la noche. No he tenido pesadillas, pero tampoco he tenido los mejores sueños, y él se volvió una especie de refugio para mí.

Ni siquiera me es fácil de asimilar para mí, así que por supuesto que no se lo he dicho. A la única persona a la que se lo he dicho es a Cassie durante una de nuestras innumerables llamadas, donde la he notado extraña y con el humor un poco perdido… Casi que no es la Cassandra O’Brian que conozco, sin embargo, puedo comprenderla, y por todo lo que ha pasado es que no la presiono para hablar.

Y hoy, justamente hoy, me cuestiono si es una buena idea el tenerla aquí. Ambas estamos arreglándonos ya que es la boda de Chase y Stephanie, y Cassie luce aún más decaída de lo que venía estando estos días. Su vestido dorado luce increíble en ella, con brillos a cada milímetro de éste, y un hermoso peinado y maquillaje… Y aunque se ve despampanante, no deslumbra como siempre.

Suspiro, poniéndome los zapatos de tacón y acercándome a ella en el espejo, sonriéndole.

—Es hermoso —dice distraídamente, alisando la falda del vestido—. También luces hermosa.

No tengo el vestido de dama, puesto que he sido relevada del puesto debido a mi condición, así que luzco un vestido color crema al cuerpo, con espalda descubierta y mangas cortas. Es hermoso, por supuesto, y amo como luzco en él… Pero no quiero hablar precisamente de mí justo ahora.

—Gracias, tú también lo estás. —Entrelazo nuestros brazos, mirándola a través del espejo con una sonrisa—. ¿Estás bien?

—Estoy increíble —miente, sé que lo hace con solo ver como esquiva mis ojos.

Está inquieta, e incluso la noto incómoda. Abre y cierra sus labios, queriendo decir algo que nunca es pronunciado, y todavía sin mirarme. Entonces tocan a la puerta de la habitación, y sé que ya es hora de irnos, por lo que suelta el brazo de Cassie con un suspiro, y tomo nuestros bolsos estilo sobre de encima de la cama, tendiéndole el suyo, que tiene una cadena como correa.

Ella me mira, y luego al bolso, y, entonces, repentinamente suelta—. Dormí con tu hermano. Es hora de irnos.

Toma el bolso de mi mano tan rápido como puede, dejándome momentáneamente en blanco.

—¿Qué? —Al oír mi propia voz me siento volver en mí misma, y volteo a verla antes de apresurarme hasta ella cuando abre la puerta, mostrando a Matt y Eslay del otro lado de esta—. Cassie, espera, ¿qué es lo que acabas de decir?

Mi mente siente que lo que acabo de oír en realidad es algo que ella nunca dijo, que tal vez otras fueron las palabras pronunciadas, y que solo estoy jugándome una broma a mí misma. Esas cosas pasan muy seguido… A las personas, no a mí, pero pasan. Ella me ignora por completo, pasando a Eslay y poniéndose junto a Matt, entrelazando sus brazos.

—¿Listas para irse? —pregunta Eslay, y mientras Cassie responde que sí, yo digo que no.

—Cass, tenemos que hablar de esto.

De un Mafioso | Clan Crawford #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora