Capítulo 64

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Como esperaba, Jaron está en la sala junto a Axe, haciendo compañía a Cassie e Irina. No tiene puesto su traje, pero está bien, no tiene qué… Sonrío en su dirección, y él me devuelve el gesto acompañado de una leve inclinación, casi como agradecimiento. Cassandra es la primera en ponerse de pie y asaltarme con un abrazo tremendamente cuidadoso, no queriendo despertar a Yefrem o lastimarlo de alguna manera.

—Eslay nos advirtió que viniéramos después del almuerzo —se queja en un tono bajo cerca de mi oreja, y entonces se aleja con una sonrisa—. Pero de todas formas pasamos por Stevie’s y trajimos ¡esto! —Señala la mesa de centro repleta de bolsas y cajas de comida rápida del mejor lugar de Nueva York, y su sonrisa se ensancha.

—¿Pasaron?

—Sí —interviene Irina, poniéndose de pie y acercándose a darme un corto, pero afectuoso, abrazo—. Crecí aquí, y Stevie’s es el mejor lugar desde que tengo diez años, no me iba a negar a un poco de esto, ¿sabes?

—Pero insistió en pasar por un fino lugar por un lujoso pastel de setecientos dólares —se burla Matt, entrando en la sala, siguiendo a Eslay, quien trae la carriola de Yefrem, y Aleksei detrás de ambos, casi como un niño curioso—. Es delicioso, por cierto…

—¡¿Lo probaste?!

—Solo el glaseado, bebé.

Mientras Matt se acerca a Irina, con Cassie compartimos una mirada cómplice. Es bueno ver a Matt de esa manera, feliz, y también Irina parece una persona grandiosa, y se nota que lo quiere. Sin embargo, se siente como un compromiso estar entre ambos, por lo que con Cassie decidimos no meternos en la vida amorosa de Irina.

—¿Podemos unirnos a la reunión? Desde que Simon se fue de intercambio a Australia que no como comida chatarra —pide Aleksei, abriéndose paso entre su hermano y la carriola, tomando una caja con el plato de papas bañadas en kétchup—. Me dejó comida casera en el congelador como para un año completo, y si no le muestro que he estado comiendo se siente ofendido y no me habla.

—Pueda comerla por ti, si quieres —ofrece Cassandra, tomando su lugar en el sofá—. ¿Qué tienes? Tengo antojo de tomates y cangrejo.

Me carcajeo mientras pongo a Yefrem en la carriola, pues desde que supo del embarazo lo usa como excusa para comer, lo cual no debería suceder, si quiere comer simplemente lo haces, y listo. Pero es Cassandra, la mujer tiene una gran vanidad, y la idea de subir de peso jamás le gustó, al menos desde que la conozco.

Todos tomamos asiento; Eslay junto a mí, pasando su brazo por mi cintura, y compartimos la comida de Stevie’s. Éste se ha convertido en mi momento favorito, comiendo con estas personas, rodeada de afecto después de meses de larga oscuridad; la única persona que falta aquí es Chase, pero está haciendo algo importante con Elías, y sé que luego vendrá.

Esta es mi postal perfecta: Eslay meciendo a Yefrem en su carriola, mi mejor amiga de casi toda la vida… Si estuviera en una película, estoy segura de que este es el momento en que mi historia termina de ser contada al público, con una imagen y final feliz. Probablemente la cámara se alejaría por la ventana mientras nuestras voces se van amortiguando.

Sin embargo, esta no es una película romántica, y Eslay, más que un príncipe azul, es un caballero oscuro que vive rodeado por el peligro; por supuesto que las cosas no se terminan en un momento feliz, y cuando Troch entra a la sala con una expresión mortalmente seria, sé que esta historia está muy lejos de tener un final feliz.

Se inclina hacia Eslay y le dice algo al oído, y aunque hago todo lo posible por escuchar, no lo logro. Eslay le da una mirada dura que no sé cómo interpretar, pero solo sé que son malas noticias, puesto que el ceño de Eslay se frunce y le da una mirada a Matt mientras se pone de pie.

De un Mafioso | Clan Crawford #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora