capítulo 32.

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Sung Hanbin.

Mi corazón latió con fuerza cuando lo vi pasar y no pude evitar sentir ese cosquilleo en mi estomago cuando vi su nuevo color de cabello, se veía tan precioso, tan divino y único... joder, ¿por qué tenía que estar tan enamorado de él? Las cosas podrían ser más fáciles para mi, podría seguir saliendo con quien yo quisiese sin necesidad de darle explicaciones a nadie, pero sin embargo yo lo amaba, en estos momentos no me interesaba darle miles de explicaciones o pedir perdón cientos de veces más, quería recuperarlo.

Lo necesitaba conmigo, aquella tarde se lo dije... él sería mi esposo, con quien quiero pasar toda mi vida.

Por eso salí de mis clases sin pensarlo, corrí detrás suyo y cuando lo alcancé lo metí a aquel salón vacío. No sabía que iba a decirle, solo sé que quería escuchar de nuevo su linda voz.

Lo acorralé en la pared y puse mis dos manos a su alrededor para evitar que se fuese—Hola...

—¿Qué quieres, eh?— me preguntó sin mirarme y con las mejillas rojitas, se veía tan hermoso.

—Te lo has teñido— sonreí y lleve mi mano a su cabello para acariciarlo, pero él la apartó.

—No me toques.

—Te vez hermoso— dije con completa sinceridad. Mi corazón estaba latiendo con fuerza y luchaba para no besarlo.

—Déjame ir, Hanbin.

—¿Estás saliendo con Jiwoong?

No contestó, se quedó callado y aún no se atrevía a mirarme. Sabía porque lo hacía, se volvía débil cuando miraba mis ojos.

—Contesta Zhanghao, ¿estas saliendo con él si o no?— repetí pero esta vez tomé su mentón entre mis manos y lo obligué a mirarme. Se veía tan indefenso y vulnerable.

—Que te importa— no apartó mi mano de su mentón y nuestras miradas siguieron fijas en el uno del otro.

—Sé que si y, ¿sabes?—hice una pausa— Me enojé tanto que no pude evitar romperle la maldita cara.

—Sabía que habías sido tú, eres un... un...

Me acerqué más a él y llevé mis manos a su cintura— ¿Un qué?

Me relamí los labios al mirar los suyos, siempre tan húmedos y rosados. Moría por besarlo, no podía soportar un día más sin hacerlo.

—Un imbécil— terminó la frase al mismo tiempo que cerró los ojos y yo al fin rompí con la distancia. Nuestros labios se juntaron en un delicado y lento beso, lo sentí tan especial, todo mi cuerpo se estremeció ante el contacto, pero aquello no duró mucho, porque Zhanghao se separó y me empujó con brusquedad.

Para una vez más, impactar la palma de su mano fuertemente hacía mi mejilla— ¡No vuelvas a meterme a un jodido salón a la fuerza y mucho menos besarme, idiota!

Se marchó del salón con coraje, dejándome completamente solo, con mi mano sobándome la mejilla y una sonrisa en mi rostro. Besarlo le había dado color de nuevo a mi vida y haría lo que sea para recuperarlo.

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¡gracias por leer!

novio tóxico ✧ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora