capítulo 4.

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Busqué por horas algo que ponerme, tenía un montón de ropa pero sabía que a Hanbin no le gustaba que me pusiera. Termine por elegir un pantalón negro y una camisa blanca con rayas negras de manga larga. Me puse una gargantilla, pero terminé por quitármela, pues me hacía ver sexy—o al menos a él le parecía así— me arreglé el cabello y esperé a que él viniese por mi.

Estaba emocionado, porque era la primera vez que iría a una fiesta con él. Probablemente beberíamos juntos y bailaríamos hasta cansarnos. Imaginar aquello me hacía sonreír como tonto y sentir mariposas en el estómago.

El timbre sonó y supe que era él, apagué las luces de mi cuarto y salí de mi habitación para bajar a la sala donde Hanbin se encontraba hablando con mi madre.

—Claro que sí, suegra—le sonrió enseñando sus dientes y yo casi me lanzo a sus brazos al verlo, me encantaba cuando sonreía así—Yo cuidaré de Hao.

—Se qué si, espero que se diviertan—contestó mi madre con una gran sonrisa. Ella confiaba demasiado en Hanbin.

—Adiós, mamá—me despedí de ella con un beso y salí de casa con la mano entrelazada a la de Hanbin —Buenas noches, mi amor.

Él me inspeccionó de pies a cabeza y pude ver que hizo un gesto de desagrado. —Ese pantalón te queda muy apretado.

—Todos me quedan igual, Hanbini...

Él suspiró y chasqueó la lengua. —Ya qué.

—Te vez guapísimo—le halague tratando de hacerle sonreír. Aunque en realidad se veía increíble, llevaba puesto un pantalón rasgado por las rodillas, una camisa blanca y una chaqueta de cuero. Tenía una argolla con dije de cruz en la oreja izquierda y le caían mechones de su cabello por la frente.

Dios, mi novio era perfecto.

—Tú te ves precioso, demasiado diría yo—me tomó de la cintura para acercarme a él y besarme en los labios posesivamente—No quiero que nadie te vea.

—No me interesa nadie que no seas tú—puse mis manos sobre sus hombros y acaricié mi nariz contra la suya—No tienes porque estar celoso.

—Dejaré de estar celoso cuando salgas con una bolsa a la calle—bromeó y yo reí sin saber qué aquello era muy tóxico.

—Te amo, Hanbini.

—Y yo a ti.

Ambos subimos al auto, él puso música en el estéreo a todo volumen y nos detuvimos en casa de Kuanjui. Yo no sabía qué pasaría a buscarlo, por lo que me puse nervioso y Hanbin lo notó. Me miró de reojo y no dijo nada.

—¡Hey, Hanbin!—le saludó Kuanjui y después me miró. Se notaba que estaba dudoso en saludarme, pero lo hizo—Hola, Zhanghao.

¿Debía contestarle?

—Hey—conteste sin mirarlo y Hanbin no dijo nada, ni siquiera vi su reacción.

—¿Pasaremos por Jiwoong?—le preguntó mi novio.

—Sí, nos está esperando.

Jiwoong... nunca antes había escuchado ese nombre. Supongo que es un nuevo amigo.

Hanbin puso en marcha el auto, la música seguía sonando y ellos la cantaban a todo pulmón. En un semáforo aprovechó para sacar un cigarro y encenderlo, mientras yo miraba mi teléfono.

—¿Con quién hablas, bebé?—me preguntó tranquilamente.

—Solo estoy viendo Facebook—él asintió y continuó conduciendo.

Minutos después, llegamos a casa del tal Jiwoong, quién se trataba de un chico pelirrojo.

—Hola, gracias por venir por mi—dijo para después saludar con un choque de puños a Hanbin y después hizo lo mismo con mi novio. Al notar mi presencia me sonrió y yo no pude evitar darle una también—Hola...¿tú eres?

—Es mi novio—se adelantó a contestar—Su nombre es Zhanghao.

—¿Siempre contestas por él?

¡Por favor Jiwoong, no lo provoques!

—No—le dio una última calada al cigarro y después tiró la colilla por la ventana.

—Soy Zhanghao—contesté con timidez y aparte la mirada de él.

—Y yo soy Jiwoong—dijo para después acomodarse en su asiento.

Rayos, como daba miedo conocer nuevas personas. Era una horrible desventaja de andar con Hanbin.

—Amor...

—¿Si?—encendió el motor del auto.

—Te amo—le dije sin saber porque. Solo quería comprobar que no estaba enojado.

—Y yo a ti—me contestó y entonces me sentí más relajado.

Tal vez haber venido con él no había sido una buena opción...

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¡gracias por leer! 

novio tóxico ✧ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora