novio tóxico ✧ haobin

capítulo 1.

Yo siempre soñé con tener un amor de verdad. Veía a los príncipes de los cuentos y deseaba tener uno para mi. Un chico que me ame, me cuide y esté conmigo hasta el fin del mundo. Viví con esa ilusión desde que comencé a ser un adolescente, pero después de tener uno que otro noviazgo que siempre terminaban mal, empecé a sentirme decepcionado y a darme por vencido que mi príncipe nunca llegaría.

Pero no fue así... él llegó cuando menos me lo esperé.

Un chico pelinegro, alto, fuerte, con una sonrisa preciosa y guapísimo. Parecía haber salido de mis sueños, porque era exactamente todo lo que siempre soñé. Era perfecto para mi.

Pase varios meses luchando para llamar su atención, trataba de verme lindo para gustarle, solía a ir a las fiestas en donde él iba con tal de encontrármelo y qué, como en un libro de amor que alguna vez leí; dejarlo hechizado al verme bailando.

Sung Hanbin me tenía completamente enamorado sin ni siquiera intentarlo. Sentía que ya lo amaba sin haber cruzado palabra alguna vez con él, sin jamás haberlo besado ni abrazado.

Incluso lloré de frustración cuando pasaban los días y nada parecía funcionar. Parecía que nunca me notaría, que jamás me amaría como yo a él.

Hasta que llegó aquel día. Era una tarde lluviosa, las clases en la secundaria habían terminado él no traía sombrilla para cubrirse del agua, pero yo si. No dude en ofrecerle ayuda y aún puedo recordar que fue lo que dije;

—¿Necesitas una sombrilla?

—Santo cielo, no quiero aprovecharme pero me urge llegar a casa—contestó y yo sonreí.

—Podemos ir ambos hasta tu casa, no hay problema.

—¡Muchas gracias!

Aquel día nos presentamos y yo estaba muy feliz, al fin estaba hablando con Hanbin y él era tan lindo. Creo que hicimos una conexión al instante que nos miramos, porque me pidió mi número y yo, obviamente se lo di.

Comenzamos a chatear noche tras noche, luego fueron las citas y finalmente me pidió que fuese su novio. Aquello era un sueño, después de haber intentando de todo, al fin ya estaba con él.

¿Qué más podía pedirle a la hermosa y perfecta vida?

Nuestra relación fue increíble el primer año, éramos tan cursis, tan amorosos y felices. Salíamos todos los fines de semana a diferentes lugares, él me respetaba demasiado y me trataba como si fuese lo mejor de su vida.

Estábamos tan enamorados que incluso nos presentamos con nuestros padres para hacer la relación más formal. Nuestras familias quedaron encantadas con nuestra relación, recibimos todo su apoyo.

Todo iba perfecto, hasta que dejamos de vernos por un verano completo, pues el viajó con su familia y yo me quede con la mía. Nos comunicábamos todos los días o al menos así fueron los primeros días. Pues ya después, hablábamos muy poco.

El verano terminó y ambos entramos a la misma preparatoria. Hanbin había cambiado tanto en tan solo ese verano, se volvió más alto, su voz más gruesa y sus facciones se hicieron más maduras, ahora era todo un hombre y muy guapo.

Pero no solo había cambiado físicamente, de pronto comenzó a hablar de sexo, él quería estar conmigo de una forma íntima, quería hacerlo por primera vez y yo accedí porque lo amaba. No voy a negarlo, fue mágico, él fue muy delicado y amoroso, pero después comenzó a hablarme sucio en la cama y hacérmelo más «salvaje». Claro, eso también me gustaba, pero deje de sentir que hacíamos el amor, parecía solo sexo.

Hanbin también comenzó a tener amigos con los que aprendió a beber y fumar.

Salía con ellos a fiestas cada fin de semana. Incluso se hizo un tatuaje en las costillas. Ya no era el mismo chico caballeroso de siempre, ya no era tan cursi como antes y eso me dolía.

Hanbin había cambiado tanto... y entonces lo supe; mi novio ya no era ese tierno adolescente de dieciséis años que conocí. Había crecido y cambiado para mal.

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¡gracias por leer!