capítulo 63.

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Zhang hao

Deje que pasarán cuatro días después de haber hecho que Hanbin se peleará con Kuanjui por mi culpa, no le mandé ni un mensaje y el tampoco lo hizo, cosa que no me gusto. Pero como había dicho, él no se libraría tan fácilmente de mi, estaría ahí para ilusionarlo y jugar con sus sentimientos hasta verlo llorar de desesperación. Así que me arreglé lo más lindo que pude, podía decir que incluso me veía dulce e inocente, pero no, ya no era nada de eso.

Me dirigí hacia el estudio de Zhanghao con la intención de encontrarme con Sung, lo primero que hice cuando llegué fue buscarlo con la mirada y cuando lo hice, me sentí tranquilo.

—¡Zhanghao! — me saludó mi amigo con una gran sonrisa— ¿Qué haces aquí?

— ¿No puedo venir a visitar a mi amigo? — me hice el ofendido.

—Claro que puedes, pero sé que no estás aquí por eso — me miró con recelo— Ya dime, ¿por quién has venido?

—Es un secreto— le guiñé el ojo y al ver a Sung dirigirse a los vestidores, no dude en ir a seguirlo— Nos vemos después, ¿vale?

—Está bien... ah y por cierto, tus fotos fueron todo un éxito.

—Obviamente — respondí con vanidad y él rodó sus ojos.

Me dirigí hacia los vestidores y encontré al pelinegro sacándose la camisa, por unos segundos me permití admirar su increíble y bien trabajado cuerpo. Pero no perdí tiempo y entré sigilosamente para taparle los ojos por detrás.

— ¿Quién soy? — pregunté en un tono juguetón.

— ¿Zhanghao? — quitó mis manos y volteó a verme — ¿Qué haces aquí?

—He venido por ti.

—No entiendo— respondió con el rostro serio.

—Quiero un helado, ¿vienes? — sonreí enseñando mi perfecta dentadura.

—No.

Hice un puchero ante su respuesta— ¿Por qué no?

—No quiero ir contigo a ningún lado — seguía sin camisa y aquello me era imposible de ignorar.

Deslicé mis manos por su pecho hasta dejarlas sobre su nuca y mirarlo fijamente — No estás molesto por lo qué pasó la última vez que nos vimos, ¿o sí?

—En realidad si — no me apartó.

—Kuanjui es solo... mi buen amigo— me relamí los labios sin dejar de mirarlo— Así como tú.

Él finalmente me tomó por la cintura y me besó, no dudé en responderle de inmediato, ladeé mi rostro para darle más espacio dejando que su exquisita lengua húmeda entrara en mi boca, haciendo aquel beso más intenso.

Claro que sus besos eran tan deliciosos, lograban hacerme sentir excitado de una manera rápida, pero follar con él no era lo que quería ahora.

—¿Recordamos viejos tiempos? — pregunté mientras me limpiaba la saliva de mis labios.

— Está bien, vamos.

Joder, sí que era muy fácil convencer al pobre idiota.

[• • •]

Le pedí a propósito que vayamos a la heladería en donde solíamos ir de adolescentes y así lo hizo. Cuando llegamos pude notar que muchas cosas habían cambiado, pero sin embargo, sentí un extraño sentimiento en el pecho.

—Quiero un helado de fresa— le pedí dulcemente y él fue a pedirlo.

Creí que estar ahí no iba a afectarme pero la verdad es que si, sentía un nudo en mi garganta al recordar las veces que venía aquí con él cuando éramos novios, era horrible estar ahí, podía sentir la tristeza que sentía cuando me traía para pedirme perdón.

Y mis ganas de vengarme aumentaron aún más.

—He regresado, aquí tienes tu helado— me lo entregó y tuve que fingir una sonrisa.

—Gracias— lo probé y odie el sabor, no era dulce como solía ser, sabía mal, me hacía querer vomitar. O tal vez no era el helado, era el jodido nudo en la garganta que me hacía sentir así.

Ahora el helado sería algo que me traería un amargo recuerdo.

—¿No te hace recordar viejos tiempos el estar aquí?

—En realidad si...

—¿Te acuerdas cuando solías traerme aquí para prometerme que ibas a cambiar? — sonreí, pero no era por felicidad y él lo sabía— Que chistoso, nunca cambiaste, te volviste peor.

—Lo sé — contestó avergonzado.

—Me recuerda a aquella vez que me golpeaste, ¿lo recuerdas también, Min?

—Y-yo... este, sí, pero-

—Tranquilo, no pasa nada— lamí mi helado— Pasado es pasado, ¿no?

— Lo siento, en serio— dijo en un tono bajito— No debimos venir aquí.

—Cállate, Bin— me miró extrañado y yo me reí— Estoy jugando.

—Zhanghao, sé qué tal vez no es momento de decirlo, pero quisiera que sepas algo.

—¿Si?

— Has cambiado mucho.

—¿Tú crees? — pregunté de forma burlona.

—Si, mucho... ya no eres ese tierno chico a quién le brillaban los ojitos con ilusión, tu mirada se ha vuelto... diferente — habló con tristeza— ¿Realmente yo te hice cambiar tanto?

Solté una carcajada sin poder evitarlo y él me miró de reojo —Wow, si que sigues creyéndote importante, pero déjame decirte que no, no fue por ti, simplemente cambié. Las personas cambian, ¿no crees?

Me levanté de la silla para sacudir mi pantalón y sin dejarle contestar, volví a hablar— Iré al baño, dame un momento.

—Bien, te espero aquí.

Caminé hacia el baño y cuando entré, tiré el helado a la basura y me lavé las manos. No me sentía bien, estar aquí me estaba afectando a mi, hablar del pasado me hacía sentir débil, ¿por qué mierda me dolía tanto recordar?

No quería seguir aquí, así que sin avisarle, salí del lugar para entrar a mi auto y marcharme. Dejándole ahí solo, esperando a que regresara.

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¡gracias por leer!

novio tóxico ✧ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora