novio tóxico ✧ haobin

capítulo 55.

Sung Hanbin.

Llegué a mi casa totalmente desilusionado, había salido a pasar una noche divertida y terminé sintiéndome de lo peor. Encontrarme a Zhanghao no había sido algo bueno, al contrario, creo que solamente le he perjudicado a él, se notaba que no deseaba verme, pero entonces me pregunto, ¿por qué me había besado? ¿que pasaba por su mente para hacerlo si realmente me odiaba tanto?

No lo sé, tal vez en el fondo no lo hace... no, ¿a quien quiero engañar? es obvio que si lo hace. Estaba resignado a jamás poder deshacerme de la culpa que sentía al haberle lastimado tanto, supongo que debía vivir con aquello toda mi vida.

Miré a Eunchae y Hye dormidas en el sofá, la televisión estaba prendida en el canal de caricaturas y había juguetes regados en el suelo como de costumbre. Caminé con cuidado de no patear ninguno y moví a Eunchae del hombro.

—He llegado— susurré en su oído. Ella abrió los ojos y pegó un brinco del susto pero enseguida se calmó al verme.

—Hanbin, buenas noches— se levantó para estirar y bostezar— Lo siento, nos quedamos dormidas y no la lleve a la cama, ahora mismo lo hago.

—No te preocupes, lo haré yo— saqué mi billetera para entregarle su paga de la noche— ¿Te llevo a casa o vienen por ti? Ya es tarde para que te vayas sola.

—Mi novio vendrá por mi, no te molestes— aseguró y yo asentí.

—Nos vemos Eunchae, ten linda noche.

—Igualmente— tomó su chaqueta y salió del departamento.

Cargué a mi bebé entre los brazos y la llevé hasta su habitación, con cuidado la recosté sobre la cama y la tapé con su manta. —Te amo— susurré dispuesto a irme, pero ella me sostuvo de la mano.

—No te vayas, papi.

—Hye, creí que estabas durmiendo— acaricié su cabello negro— ¿Te he despertado?

—Quédate a dormir conmigo, papá— me pidió con un puchero y ojitos tristes. Jamás iba a poder decirle que no, ella era mi debilidad.

—Está bien— me quité los zapatos y entré bajo las sábanas para acostarme a su lado. Ella me abrazó por la cintura y apoyó su cabeza en mi pecho.

—Te amo papi, dulces sueños— fue lo último que dijo antes de quedarse dormida. Yo miré el techo sin poder cerrar los ojos, no podía dormir, solo podía pensar en Zhanghao.

No podía quitarme de la cabeza todas las cosas que me había dicho, no voy a negar que fue horrible y doloroso escucharlo, pero no podía dejarme llevar por la tristeza, ya no era un adolescente, tenía responsabilidades y lo mejor era que no lo tomara a pecho.

Si, eso debía hacer...

Pero también, ¿cómo borraba de mi mente su bello rostro, la melodía de su voz, sus suaves y húmedos labios sobre los míos, su cuerpo moviéndose encima del mío? joder... cómo iba lograr ahora dejar de pensarle?

Zhanghao me encantaba, me había fascinado de pies a cabeza desde el día en que le conocí y hasta ahorita así seguía siendo, nunca he visto a otro chico igual y creo que jamás en mi vida lo haré.

Pero debía aceptar que nuestro tiempo fue cosa de jóvenes inmaduros— o al menos yo lo era— que el tiempo había pasado y que no solo porque antes tuvimos una historia significaba que volveríamos a tener otra.

Debía seguir con mi vida y él con la suya...

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¡gracias por leer!