capítulo 66.

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"Llegas y me tocas el cuerpo y te llevas mi alma, bien sabes lo que siento, me ilusionas me juras y en algunas perjuras, que soy yo tu deseo..."

Sung Hanbin

No podía estar más feliz desde que Zhanghao me había dado una nueva oportunidad para recuperarlo, hacía todo con alegría y es que aunque quisiera ocultar que no me causaba ilusión el hecho de pensar en volver a tener una relación con él, la verdad era que sí, me causaba muchísima ilusión. Es por eso que, cuando salí del trabajo y llegué a casa, me di una ducha y me arreglé lo mejor que pude, Hye estaba de nuevo con su abuela, así que aproveché para ir a visitar de sorpresa a Zhanghao... eso estaba bien, ¿no? así le demostraría que en verdad me interesa.

Subí al auto y antes de llegar ahí, pasé a comprar unos chocolates para él, si, sé qué tal vez es un poco cursi, pero quería darle ese detalle como muestra de que podía volver a conquistarlo como cuando éramos unos adolescentes. En la recepción ya me conocían, así que cuando llegué, me dejaron entrar al elevador para subir hasta el piso donde se encontraba el departamento de Zhanghao, finalmente llegué y con muchos nervios caminé hasta su puerta.

—Bien, tú puedes — me animé a mi mismo y antes de tocar el timbre, miré mi rostro por la cámara del celular, para comprobar que me veía bien.

Todo estaba bien, mis ánimos estaban muy arriba, mi corazón estaba ilusionado y me sentía tan alegre, pero todo eso cambió cuando escuché aquellos gemidos. Fue muy doloroso para mi hacerlo, incluso sentí un horrible dolor en el pecho, era mi corazón que se había roto.

—¡Oh, si... Kuanjui! — le escuché gemir sin pudor alguno y sin importarle qué algún vecino le escuchase.

Se formó un nudo en mi garganta y quise tocar la puerta para interrumpir lo que estaban haciendo, pero no pude hacerlo, simplemente me quedé ahí parado, torturándome más al escuchar las palabras obscenas que salían de la boca de Zhanghao.

¿Por qué me estaba doliendo tanto?

— ¿Buscabas a alguien? — me preguntó aquella señora haciéndome reaccionar.

—Ah... sí, pero me equivoqué de piso — mentí y aún con la caja de chocolates en la mano, entré de nuevo al elevador, pero esta vez para bajar e irme a casa.

[• • •]

Llegué y me sorprendió ver a mi madre y a Hye en el departamento, pues había creído que no la llevaría hasta la mañana siguiente y así hubiese gustado que fuese, no es que no quisiera estar con mi pequeña, pero me sentía tan... ¿triste? que no quería transmitirle ese mismo sentimiento.

—¡Papi! — corrió a abrazarme y llenarme de besos— Ya te extraña mucho.

—Y yo a ti, princesa.

— Iba a traerla mañana, pero resulta que me salieron unas cosas y por eso la he traído— me explico mamá— No hay problema, ¿cierto?

—No, claro que no — me acerqué a besar su frente— Ya quería estar con ella, no te preocupes.

—Dejé sus cosas en el sofá, yo debo irme.

—Vale, madre — me despedí de ella y Hye hizo lo mismo. Cuando finalmente se marchó, fui y me senté en el sofá totalmente desanimado.

Por suerte Hye solamente corrió a su habitación para sacar sus juguetes y comenzar a jugar con ellos, yo no aguanté mucho y en cuestión de segundos, me quebré... comenzaron a salir lágrimas de mis ojos haciéndome sentir tan idiota, ¿por qué diablos lloraba? ¿realmente me estaba doliendo saber que mi exnovio tenía sexo con alguien? o sea, si, él me mintió e ilusionó diciendo que podíamos intentarlo de nuevo, pero ¿en serio tenía que llorar?

Pero es qué joder... Zhanghao era un chico increíble y especial, aún lo amaba, aún estaba en mi corazón y creo que cualquiera se pondría triste de saber que jamás podría tenerlo o en mi caso, tenerlo de nuevo.

— Oye papi... ¿papi? — corrió hacia mi y me miró con preocupación — ¿Por qué estás llorando?

—No estoy llorando, amor — intenté sonreír— Anda ve a jugar, ¿si?

—¿Te duele algo? — tocó mi frente y limpió mis lágrimas— ¿Necesitas medicina, papi?

Ella era lo único que tenía y debía ponerme en claro que Zhanghao ya no iba a volver, que solo estaba, ¿vengándose? por lo que yo alguna vez le hice, era tan obvio, yo lo sabía, sin embargo quise creer que no.

—Si cariño, me duele algo... ¿puedes abrazarme? — le pedí y ella no dudó en hacerlo, le abrazó con sus pequeños y delicados bracitos y yo me permití desahogarme en ellos sabiendo que tal vez no era correcto demostrarme así con ella, no debía preocuparla con mis problemas de adulto, pero como había dicho, era lo único que yo tenía...

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¡gracias por leer!

novio tóxico ✧ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora