capítulo 25.

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Estas dos semanas fueron tan difíciles, lloraba por las noches y luchaba día con día para no llamarlo. Tenía que mantenerme fuerte cuando Hanbin intentaba buscarme, ya lo había bloqueado de las redes sociales y evitaba a toda costa toparme con él. Matthew me ayudaba demasiado, nunca me dejaba solo en la universidad y cada que podía iba a visitarme a casa. Me había estado animando a salir a divertirme, pero es que yo aún no me sentía bien para eso, solo quería estar solo.

Aunque probablemente eso no era lo correcto, pero es que solo así lograba sentirme bien. Solo, en silencio y con mucho tiempo para reflexionar tantas cosas. Había hablado con mi madre, pero no le conté todo los problemas que tenía con Hanbin, no tenía caso dejarlo como el malo con ella. Simplemente le dije que lo nuestro ya no estaba funcionado y que decidimos terminar en paz.

Ahora me sentía más tranquilo, poco a poco comenzaba a sentirme más libre y con ganas de vivir. Después de haber pasado tantos días encerrado, donde lo único que hacía era llorar y apenas comer, después de haberle escrito cientos de cartas que jamás le entregaré, después de todo eso, al fin me sentía mejor.

Pero es que durante todos estos días no había visto a Hanbin ni un segundo, probablemente eso había ayudado en mucho. Temía a que si lo volviese a ver, mi corazón se removiera de nuevo y que si intentara hablarme, yo no pudiese negarme.

En verdad esperaba que no fuese así...

Hoy fue el día en el que por fin decidí arreglarme hasta sentirme muy bonito. Me puse mi suéter favorito de color lila, un pantalón de esos que Hanbin jamás me dejo usar y maquillé mis labios para que se viesen rositas y humectados. Realmente me sentía lindo y bien conmigo mismo, me sonreí a mi mismo frente al espejo y bajé a desayunar algo antes de irme a la universidad.

—Buenos días, madre—le saludé con un beso en la frente.

—Buenos días, hijo—me sonrió—Te vez increíble hoy.

—Me siento mucho mejor.

—No sabes cuanto me alegra oír eso— dijo con completa sinceridad— Estoy feliz por ti.

—Gracias, mamá—sonreí también.

Después de desayunar, mi madre se ofreció a llevarme a la universidad. Cuando llegamos se despidió de mí y yo caminé hasta mi salón. El día era tan hermoso hoy, el cielo estaba pintado en un hermosos azul y el sol se encargaba de iluminarlo. Me sentía mejor y se notaba, pues le regalaba una sonrisa a quien se cruzara en mi camino.

—¡Pero que lindo te vez hoy!—me halagó Matthew en cuanto me vio—Te vez muy bien, ¿te sientes mejor?

—Sí, estoy mejor—aseguré con una sonrisa y él me abrazo.

—¿Te gustaría hacer algo conmigo hoy?

Lo pensé por unos segundos y asentí. Ya necesitaba salir, distraerme, ya había pasado días encerrado. Solo había terminado con Hanbin, nadie se había muerto... no debía permanecer en luto.

—Claro, esta vez si acepto.

—Un cambio de look, ir de compras y mucho chocolate siempre funciona.

—Me parece muy perfecto tu plan.

/~/

Saliendo de la universidad, fuimos al centro comercial a comprar alguna que otra ropa nueva, claro estaba, no teníamos dinero a manos llenas, pero por lo menos teníamos para darnos este lujo de vez en cuando.

—¿Qué opinas de esto?—le enseñe una camisa blanca con pequeñas florecitas rosadas—¿Es bonita?

—Es preciosa, queda contigo.

—¿Verdad que si?—la descolgué para llevarla conmigo.

Así estuvimos por toda la tienda, escogiendo ropa para finalmente probárnosla. Yo le modelé a Matthew y él a mi.

Bueno, obviamente no compramos todo lo que agarráramos, pero algo es algo.

Ahora con nuestras bolsas en mano, nos dirigíamos hacía el salón de belleza. No habíamos hecho cita, así que tuvimos mucha suerte en que nos atendieran. Ambos decidimos cambiarnos el color de cabello, queríamos algo lindo que resaltara, pero que no fuese demasiado...

—Rojo.

—¿Rojo?—le pregunté con asombro.

—No, no me convence... mejor—miró los tonos de tinte una vez más—Rubio.

—¿En serio?

—Obvio—Me pasó la libreta con los diferentes tipos de tintes—¿Y tú?

Ya lo había tenido negro por mucho tiempo, esta vez quería algo que me hiciese ver lindo y diferente. Pero sinceramente le temía a los resultados.

—Yo pienso que el rosa te quedará muy lindo.

—¿rosa?—pregunté sin estar muy convencido.

La chica que se iba a encargar de teñirme el cabello me miró con atención y sonrió para después decirme: —Si, en definitiva te quedará muy bien.

—No lo sé... el rosa es un color muy llamativo, ¿y si parezco un chicle o un algodón de azúcar?

—Te verás lindo.

Bien... la vida se trataba de tomar riesgos.

—De acuerdo, será rosa.

Los cambios eran buenos, me sentía feliz por mi cambio, no solo era un nuevo color de cabello. Era un nuevo Zhang hao.

✹✹✹

vamos a tener a zhanghao de color rosa por esta vez.
¡gracias por leer!

novio tóxico ✧ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora