capítulo 39.

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Zhang hao.

No voy a negar que me dolió despertar y no ver a Hanbin a mi lado, porque si, me dolió y mucho. Pero así era mejor, pues no teníamos que hablar de lo que sucedió anoche, no quería hablar de eso, solamente deseaba no volver a hablar con él de nuevo, porque mi corazón aún le sigue perteneciendo y mientras siga viéndole, seguiré igual de enamorado.

Me miré en el espejo y pude notar aquellas marcas rojizas que me dejo en la piel, supongo que intento dejar huella en mi, lo hizo para que pudiese recordar lo bien que solo él me podía hacer sentir. Oculté las marcas de mi cuello con maquillaje y bajé a la cocina para desayunar algo.

Mi madre estaba ahí y si tenía suerte, ella no se había enterado de que Hanbin había pasado la noche conmigo.

—Buenos días, mamá— le saludé con un beso en la frente.

—Buenos días, ¿cómo amaneciste?

—Bien— mentí— ¿Qué pasó con Hanbin?

—No lo sé, eso debo preguntarte yo... ¿qué pasó con Hanbin?

Las mejillas se me tiñeron en un tono rojizo por la vergüenza, ella lo sabía todo.

—Solo nos despedimos— me excuse rápidamente— Lo dejé dormir en el suelo.

—¿No pensaron en volver?

—No mamá, él y yo no vamos a volver.

—Ok, entiendo. Si esa es su decisión, está bien— se encogió de hombros— Pero ambos saben que se aman.

Auch, mamá... no sabes cuanto me duele oír eso.

—Por favor no sigas abriendo más la herida— le pedí tratando de no ser grosero—Es más , ya nunca más menciones su nombre en mi presencia, ¿si?

—¿Qué nombre?— frunció el ceño— No sé de qué hablas.

Sonreí ante su comentario y minutos después, ella se marchó al trabajo dejándome solo en casa. Era sábado y no tenia nada que hacer, si no fuese por Matthew y Jiwoong que llegaron a tocar mi puerta, estaría completamente solo y aburrido.

—¡Hola!— me saludó mi mejor amigo rápidamente y entró al interior de la casa con toda confianza.

—Hola, Zhanghao—me saludó él pelinegro—¿Puedo pasar?

—Claro que sí, adelante.

Los tres nos sentamos en el sofá, pude notar que ellos estaban bien vestidos como si acababan de ir a un buen lugar o tal vez irían.

—¿Porque vinieron los dos juntos? ¿en dónde estaban?— los miré con recelo.

—En realidad me encontré a Jiwoong en el camino—se encogió de hombros—Venimos a decirte algo increíble.

—¿Ah, si?

—Si, Yeonjun organizó una gran fiesta está noche y obvio tenemos que ir.

En realidad no tenía ganas de ir a ninguna fiesta, así que lo mejor sería quedarme en casa viendo películas y disfrutando de mi soledad...

—Y ni me digas que no quieres ir, porque soy capaz de sacarte a patadas de esta casa—me advirtió—Tienes que empezar a disfrutar de tu soltería, salir, divertirte, hacer lo que nosotros los jóvenes hacemos, ¿escuchaste?

—No tengo ganas de ir...

—Matthew tiene razón, Zhanghao—me animó Jiwoong—Deberías venir con nosotros.

Yo lo pensé por unos segundos y si, tenían razón. ¿En verdad iba a pasar toda mi vida encerrado esperando a que mi corazón dejase de amar a Hanbin? No, aquello no era bueno para mi, así que si, iría con ellos.

Ya era suficiente, ya no debía permanecer encerrado. La despedida de Hanbin y yo dolía mucho más cuando ayer nos entregamos de nuevo, pero debía olvidarlo, era sólo eso; un adiós.

—Bien, iré con ustedes—sonreí y ambos hicieron lo mismo—Pero con la condición de que pidan una pizza y ustedes la pagan.

—¿Ahorita?

—Tengo hambre— asentí.

—Jiwoong paga— contestó rápidamente—Yo no tengo ni un billete roto.

—Está bien—aceptó sin más remedio y sacó su teléfono para llamar a la pizzería.

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Jiwoong dijo que volvería por nosotros más tarde, así que Matthew y yo comenzamos a arreglarnos mientras escuchábamos música a todo volumen. No le había dicho, ni pensaba decirle a nadie sobre lo que había pasado con Hanbin, aquello sólo sería entre los dos, nadie tenía porque saberlo, ni siquiera mi mejor amigo. Sé que él no me juzgaría, pero aún así, prefiero evitarle la vergüenza de haber caído de nuevo.

—Aprendí a hacer un delineado bien bonito, déjame hacértelo— dijo mientras se acercaba a mi.

—No, está bien así— retrocedí.

—¡Ay, ándale! debes verte espectacular y hermoso está noche, debes ser el centro de atención.

—No quiero serlo.

—Hanbin estará ahí, te lo advierto— mi corazón comenzó a latir con fuerza— Pero debes demostrarle que ya vas a darle la vuelta a la hoja. ¿Puedes hacerlo?

—No... bueno, si— asentí sin estar muy convencido.

—Te pondrás una ropa que te haga ver sexy y lindo.

—Si.

—También usarás una de esas jodidas gargantillas que ese apestoso jamás te dejó usar.

—Si.

—Y si es posible, terminarás en la cama con alguien más.

—No, eso no...

—Estoy bromeando— soltó una risita— Pero si quieres no es broma.

Bien, yo podía hacerlo, podía divertirme en una fiesta sin importar que Hanbin estuviese ahí... ¡yo podía! ¿verdad?

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¡gracias por leer!

novio tóxico ✧ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora