#QSMP
๑ˇ. * . .── Algunas cosas no son como uno las piensa, las elobora o las planea, uno simplemente reflexiona, y al abrir los ojos, nota que la personas. que tanto buscaba... siempre estuvo ahí, a su lado. ──
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││ . *❥ஓீ͜͜͡•➢ Se...
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Sentía que su cuerpo se derrumbaba ante el cansancio emocional, últimamente su cuerpo cedía por aquellas emociones que poco a poco se apagaban de su cerebro, sentía un maldito vacío que no entendía como llenar, y realmente se le estaba haciendo difícil.
Quería sentir algo por un maldito momento, algo que le trajera felicidad, alegría, que activara aquella sustancia en el cerebro que le diera felicidad alguno. La dopamina era escasa ya.
Y solo sentía como las lágrimas bajaban de sus mejillas, tratando de ocultar su rostro entre sus piernas y brazos, siendo un ovillo de recuerdos intrusivos ante todo su caos mental y destructivo.
Hasta que sintió la calidez comenzar a invadir en su mano, levanto suavemente la cabeza, apenas mirando por el rabillo del ojo. Etoiles se encontraba ahí, cansado de seguirle, agitado, preocupado, tratando de que Quackity se sintiera mejor.
── Eres demasiado energético, no sé como aguantas tanto corriendo ── bajo un poco la tensión de su cuerpo ante aquel comentario.
Una risa suave provino de parte de Quackity.
── No tenias porque seguirme, Atole ── menciono en un hilo de voz, no quería que le viera en ese estado tan lamentable, apartando sus dedos del delicado tacto que Etoiles le ofrecía.
── Estaba preocupado.
── Pues no lo estés.
── Quackity
── ¡Por favor dejame! ── azoto ambas palmas en aquel césped húmedo, alzando su mirada llena de lágrimas hacia el francés.
Etoiles le miraba con neutralidad, realmente estaba decidido, tomó a Quackity forzando a que se levantase.
── ¿¡Que haces, pendejo? Sueltame! ── gritaba y se negaba a ceder.
Pataleo, y golpeo como pudo el pecho del francés, apenas eran golpes suaves, patadas al aire, un desahogo de tantas emociones retenidas en Quackity, hasta que de nuevo los sollozos y lágrimas invadían por completo el cuerpo y mente del mexicano.
Etoiles le soltó al primer impacto, y solo había dejado que Quackity siguiera golpeándolo, no dolía sabia que Quackity estaba débil, pero una vez que ambas manos del mexicano pararon y se posaron a cada lado de su cuerpo mientras que su cabeza se dejaba caer en su pecho, con cuidado y mayor delicadeza, Etoiles rodeo con ambos brazos el cuerpo tembloroso y dolido del azabache.
── Fui un estupido
── No, no lo fuiste
── Claro que si, soy un idiota insencible
── Hey, no digas eso, eres asombroso Quackity ── murmuraba con dulzura sobre el oído del pato.
── Ni siquiera me conoces.
── No, pero si me lo permites lo haré.
── Pero te daré asco después de eso.
── Lo dudo.
── ¿Por que insistes tanto? ── apenas dijo aquello el mexicano se aparto un poco, mirando al francés.
Etoiles sonrió con dulzura, alzó su mano y quito con el nudillo de su dedo índice, la lágrima que varía suavemente por la mejilla de Quackity.
── Porque realmente me importas mucho, Quackity.
Quackity abrazo de nuevo al francés, nervioso y ruborizado ante las dulces palabras del extranjero.
── Atole.
── ¿mmh?
── Casemonos.
── De acuerdo.
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