#26 Familia

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CEDRIC SHERVAKOV

Estaba de residente en el hospital clínico central de Moscú en oncología por supuesto como era la tradición de la familia Truswell Sherbakov me había graduado en la universidad Estatal de San Petersburgo " Facultad de medicina" me enseñaron siempre ayudar a la gente. Como lo hicieron un día ellos, conmigo cuándo yo solo tenía nueve años conocí a la familia que me brindó cariño y amor enseñándome principios, como el no tener rencor a los padres que no quisieron conocerme cuando yo había nacido llevándome a un pequeño orfanato de San Petersburgo.

Recuerdo muy bien ese día que conocí a mis padres adoptivos. Estaba sentado en una pequeña banca, mi vista estaba hacia el suelo movía mis piernas al frió que se empezaba a sentir por el otoño, mis pantalones eran tan viejos que estaban rotos de las rodillas quedándome un poco cortos. El orfanato no tenía casi donaciones y la ropa que aveces recibían era muy poca para todos los niños que éramos. Cómo todos los fines de semana las familias iban en busca de adoptar, siempre se llevaban a los recién nacidos o mas pequeños en general era las niñas las que adoptaban, había llegado a la idea que con el paso de los años nadie me iba adoptar.

Alzo la mirada al ver como los adultos se empiezan acercarse a los niños unos jugando con el balón, otros corren por el lugar, las niñas juegan con sus muñecas de trapo que llaman la atención de la mayoría de los padres por ser demasiado tiernas, como era de esperarse nadie se me acercó al ser él mas grande de los niños. Una pareja entra por el patio puedo ver que una mujer pelirroja me mira desde el otro extremo del patio haciendo que me intimide, junto a ella estaba un hombre con un traje impecable con el cabello oscuro como el mio, caminan hacia mi dirección dudo por un momento si es realmente a mi al que miraban, volteó por todos lados viendo si no había cerca otro niño dónde yo me encontraba, pero solo estaba yo en aquella esquina, al momento de llegar la mujer me regala una sonrisa hincándose en una pierna para ponerse a mi nivel.

—¿Cómo te llamas pequeño? —él señor sigue a su mujer se hinca a un lado de mi, poniéndome toda la atención

—Cedric —respondí tímidamente

Desde ese día mi vida cambió de una manera que no lo imaginé, me llevaron a lo que iba hacer mi nuevo hogar de ahora en adelante. Bajo del carro mirando hacia arriba admirando la casa tan inmensa que estaba frente de mi, toma mi mano Briseida invitándome a caminar, entramos por la sala de inmediato me percato de un niño de casi de mi edad de cabello castaño, sus ojos verdes se posan en mi regalándome una sonrisa. Un niño más pequeño se acerca a Briseida pidiéndole los brazos empieza a llorar al no ser atendido, me pongo atrás de él señor Truswell al sentirme intimidado. Briseida toma asiento en un pequeño sofá poniendo al niño en sus piernas, el señor Truswell me mira para brindarme confianza llevándome de la mano hasta donde se encuentran ellos.

—Cedric ellos son tus hermanos León, y él pequeño Said —me acerco con algo de temor pero veo que el niño pelirrojo a dejado de llorar.

Corríamos como locos León y yo buscando a Dmitri por toda la casa ya que mis padres no sabían la existencia que un san bernardo vivía en nuestra habitación. Hasta que Said dejó salir a Dmitri por toda la casa, mordiendo un bolso de mamá como dejar el abrigo de papá lleno de pelaje. Nos dejaron conservarlo pero teníamos que hacer trabajo en casa por el bolso roto y quitar todo el pelaje que estaba en el abrigo, los tres no la pasamos casi dos días quitando tanto pelaje de Dmitri.

Algo que siempre llevo en mi memoria es lo que mi padre nos decía a los tres, el siempre estar unidos y ver uno por él otro pese a lo que fuera. Said era atendido por una enfermedad que le detectaron en sus primeros días de nacido, al parecer era Leucemia, el ver a mis padres muy tarde cuidando de la salud de Said, pero a pesar de todo eramos una familia feliz.

No podía entender como ahora mis hermanos habían cambiado demasiado entre ellos dos todo por estar enamorados de la misma chica. Veo a León que sigue quejándose por él golpe que recibió de Said.

—Solo te diré una cosa León no permitiré que mis dos hermanos sigan con esta absurda pelea, mi padre no lo hubiera permitido—me bajo del carro dejándolo solo al llegar a la farmacia.

—Solo te diré una cosa León no permitiré que mis dos hermanos sigan con esta absurda pelea, mi padre no lo hubiera permitido—me bajo del carro dejándolo solo al llegar a la farmacia

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Without me✔  [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora