Without me✔ [Completo]

#10 ¿Por qué te importa tanto?

El ambiente está demasiado tenso, la molestia de la señora Smith era notoria y Said al parecer ya no se notaba tan seguro como hace horas atrás en la casa.

—Yo -Yo- Seño-ra - Smith — tartamudea Said.

Veamos si mi hermano es capaz de salir de esta sólo, trato de evitar las sonrisas ante la situación, aunque al parecer también tenía cierta culpa yo.

—¡Podrías explicarme ya lo que sucedió! — añade la señora Annetta.

Mi hermano cae al instante al suelo y pongo los ojos en blanco.

¿tenía que haber usado esa jugada?

—

¿Said? — me hinco y checo rápidamente su pulso, mirando mi reloj—¡una camilla rápido!

—Doctor yo.... no quise que se pusiera mal.

—Descuide Señora Smith. ¡Una camilla rápido!

Llegan los camilleros y lo suben a lo cual los sigo por los pasillos principales del hospital. 

Me pongo el estetoscopio y hago el que escucho su corazón —¡Rápido a urgencias! — miro en varias ocasiones a mi hermano que permanecía con los ojos cerrados.

Ingresamos y lo meten rápido a un cubículo, cierran las cortinas y golpeo su brazo en cuanto estamos fuera de la vista de la gente como de la señora Smith, mi hermano sonríe soltando la risa, abriendo los ojos.

—¡Eres único León! — me invita que las choquemos — por un momento pensé que no me ibas ayudar, te debo una brother.

Ignoro su puño alzado.

— Solo fue una falsa alarma yo me encargo— me dirijo a los camilleros.

Los dos hombres de bata salen y miro de reojo que se sienta en la camilla Said.

— Nunca falla — el chico pelirrojo que tenía a lado me mira — eso lo hacíamos de adolescentes cuando queríamos evitar un regaño de nuestra madre.

Tomo asiento a un lado de él y bajo la mirada al suelo  — de hecho era lo mejor, solo que dejó de creernos cuando nos escuchaba reir en tú habitación.

—Sí — silencio — León — toca mi hombro —¿Eso quiere decir que ya me perdonaste?

Hace un puchero y los ojos cafés que heredó de mi madre me miran en espera.

—¡Dame mis llaves! — me pongo de pie—  es la última vez que te llevas mi auto.

Se baja de la camilla y me palmea la espalda —¿Fue divertido, no lo niegues? — saca de una de sus bolsas de su pantalón mis llaves.

— No — se las arrebato.

El ruido de las cortinas correrse hace que me quede rígido al no saber si quería saber quién era. Said me hace una señal y eso me hace saber que es el director del hospital que está detrás de mí.

—¿Me puede decir que acaba de suceder, Doctor Truswell? 

Trago grueso y me giro hacia donde se encontraba aquella persona —Doctor Coleman 

—Le acabo de hacer una pregunta — me mira serio.

Porque siempre que ayudo a mi hermano terminaba recibiendo yo él regaño por él, todo por alcahuetear a Said como el seguir sus locuras. Mi jefe sigue esperando mi respuesta y yo me bloqueo por unos instantes.

“¿Si me caigo al suelo? me pego mentalmente”

—Ni se te ocurra hacer mi chantaje, tú ya estás grande — me susurra Said.