#5 Escapando del hospital

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SAID TRUSWELL

Estaba fastidiado de estar hospitalizado, se me viene a la cabeza lo que pasó y cierro los ojos ."Llevo mis manos a mi boca en menos de lo que pensé estaban llenas de sangre a mitad de quimio" Eso hace que esté aquí ya casi tres días y no he visto a Ángel, me dicen que no puede estar conmigo, ya que me compliqué en estos días.

Entran a mi habitación dos personas con batas blancas, uno de ellos como de costumbre era mi hermano.

—¿Cómo te sientes Said? —Él doctor Coleman abre mi expediente.

— Muy bien ¿ya me pueden dar de alta? — pregunto algo fastidiado.

— Solo checo tus últimos estudios — su vista sigue en mi expediente.

Se me viene a la cabeza Ángel de la última vez que estuvo conmigo, su rostro solo reflejaba preocupación y eso era por mi culpa.

—Said — llama mi atención mi hermano — tu amiga es demasiado terca, sabe que no puede pasar y no para de venir todos los días — dice algo irritado.

Suelto una risa ante el comentario de León y niego con la cabeza —típico de ella.

—El peligro ha pasado. te daré tu alta, tienes un momento para ver a Ángel — me habla Coleman.

—Haré que pase un momento a verte pero tienes que convencerla qué se vaya a su casa — añade León

—Sabes que eso no pasará aunque yo se lo pida — pude ver que mi hermano se queda pensando por un momento.

—¿León estás bien? —su cara no me ayudaba a descifrar lo que piensa.

—Sí —hace una pausa— se ve que te quiere mucho — me quedo pensando en que quiso decir.

No comento nada a lo que hablo León, sale mi hermano junto él doctor Coleman en eso veo entrar a Ángel al momento de verme, se lanza encima de mí, un pequeño dolor siento a lo tosca que fue y suelto un quejido conjugado con risas.

—¡Ángel!— una voz la regaña —Said todavía no está muy bien — ambos volteamos a ver hacia la puerta. ¿No ya se había ido? Suelto con fuerza una risa al notar los gestos que le empieza hacer Ángel a mi hermano.

—¿Tú de qué te ríes Said?— gruñe León.

—De nada — digo rápidamente intentando borrar mi sonrisa.

Ángel me sigue y se gira dándole una sonrisa falsa.

—¡Esto es en serio!—bufa León.

Se gira sobre sus pies dejándonos por fin solos, al parecer Ángel estaba mega divertida con la situación, ya no sería el único que volvería loco al imponente doctor Truswell

—Debería buscarse, novia tú hermano.

La miro atento al amar como arruga la nariz—Yo también le he dicho lo mismo pero creo que su prioridad es hacerme la vida difícil.

—Escuché que ya en un rato te dan de alta.

Me acomodo por milésima vez en la cama —Si al fin, ya no aguanto estar cerrado y menos en esta cama tan dura.

—¿adónde vamos a ir saliendo de aquí?

Me tomó de sorpresa cuando pasa su mano sobre mi cabeza despeinando mi cabello, que estaba seguro que ya era un desastre sin su ayuda.

—Dónde tú me digas, linda.

#

Después de unas horas me habían dado las indicaciones de lo que tenía que tomar y de seguirlo todo como estaba indicado en mi receta, me estaba terminando de vestir cuándo entra de nuevo mi hermano.

—Said ¿ya estás listo? pedí permiso para llevarte a la casa, mi madre se adelantó para prepararte algo de comer.

Echo la cabeza para atrás frustrado —No te preocupes me voy a ir con Ángel, descuida.

—Said estás delicado, mejor yo te lleve.

—No soy un niño— contesto con tono firme.

Me reta con la mirada —No te voy a poner en riesgo.

— ¿De qué estás hablando?¿a qué te refieres con eso?—me estaba empezando alterar antes sus órdenes

—Solo te llevaré y punto, vengo por ti en un momento.

Sale de mi habitación y le mandó un mensaje a Ángel después de unos minutos escucho que tocan la puerta.

—Adelante.

—¿Qué pasa Said?¿Para que me pediste una silla de ruedas?— entra empujando la puerta con la silla.

—¡Nos vamos a escapar!

La cara de Ángel queda en shock —¿Qué, por qué?

— Tú solo ayúdame a llegar al elevador — me subo apresurado a la silla de ruedas con solo un objetivo — andando....

Salimos con dirección al elevador cuando vemos a lo lejos a León hablando con una enfermera.

—Espera, espera, date la vuelta — detengo la silla poniendo mis manos en las ruedas — del otro lado Ángel.

Bufa— Eso intento, estás muy pesado.

Soltamos unas risitas y claro que estábamos más que nerviosos por ser atrapados, la silla de ruedas rechina ante la vuelta que da Ángel, haciendo que se levante la llanta de lado izquierdo, cierro los ojos al momento que siento que mi rostro quedará pegado al suelo, pero manipula bien la silla y da la vuelta corriendo hacia el otro elevador.

Llamo al elevador y la puerta se abre de inmediato, entramos y mis ojos se encuentran con los de mi hermano, me observa en cuanto él quiere detener la puerta y se cierra el elevador.

Without me✔  [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora